EUROPEAS
(A Vicent,
al que, pese a no conocer, agradezco su atención)
Existen
dos métodos de análisis que mi estimado Vicent ( ver web de La Illeta en los comentarios
sobre la “victoria del pp en las Europeas) debería conocer y que, a la
vista de su perspicaz análisis cuantitativo, seguro que conoce. El otro método,
el que Vicent descarta, se basa en un razonamiento cualitativo. Ambos son
complementarios, por lo que utilizar de forma excluyente uno u otro, lo único
que denota es una profunda miseria intelectual.
El
análisis cuantitativo está claro: el pp ha obtenido más escaños en las
elecciones Europeas que la opción que ha quedado, cuantitativamente, en segundo
lugar. No obstante, cuantitativamente, el resultado se diluye y desluce cuando
aplicamos, de forma somera, un análisis cualitativo: la abstención ( a la que
el pp sigue denominando bajo el eufemismo de “mayoría silenciosa”), la perdida
cuantitativa de votos respecto a los anteriores comicios europeos de los
partidos de la alternancia ( por el hecho evidente e históricamente comprobable
de que se han alternado en el gobierno del Estado), no puede quedar fuera de
cualquier análisis. Igualmente, tampoco se puede obviar el objetivo de
cualquier análisis que se precie de ser mínimamente objetivo: la causalidad.
La
derecha gobernante ha recibido un castigo evidente a sus políticas nacionales
vinculadas a las decisiones de la troika europea. Ha recibido una contestación
social basada en, o la indiferencia o la huida hacia otras candidaturas a sus
políticas domesticas que (y es una evidencia que las cifras no pueden
disimular) han creado pobreza. Ha recibido ( y esto es una opinión) un castigo
a su prepotencia y su soberbia al creer que la legitimidad dada por las urnas
permiten gobernar a golpe de Ley o decreto sustentado por la mayoría (
igualmente discutible si nos atenemos a las cifras de participación de las
generales del 2011: 28,31 de abstención, 650.000 votos blancos y nulos, un 44,62%
de apoyo al pp, que sobre la totalidad de ciudadanos y ciudadanas con derecho a
voto en el Estado español, supone “solo” el 31,57%) parlamentaria ajena al
sufrimiento ( ahí están las cifras de entidades tan poco sospechosas como Cáritas
sobre pobreza infantil, por ejemplo) de la mayoría de la sociedad.
La
derecha ha aplicado, de forma “eficiente”, la formula de Shumpeter en la que la
democracia es interpretada como el gobierno de los “que saben” ( ahí están las
declaraciones de los dirigentes del gobierno sobre la “necesidad” de
determinadas medidas, en contra de otras opiniones, por ejemplo), así como la
idea del “bien común”, como algo retórico sin demasiado fundamento, más allá de
las cifras macroeconómicas. Y esta actitud le ha valido un castigo desde el único
atril que la ciudadanía puede hacerlo, y que el sistema representativo le
permite: las urnas.
El
otro partido de la alternancia, el PSOE, ha sufrido una continuidad en su
proceso de desintegración como organización política. Todo comenzó en 1978,
cuando tuvo su Bad
Godesberg, y se convirtió en un catch-all party (partido atrápalo todo), rindiéndose
a las élites nacientes y al poder que se avecinaba, renunciando a cualquier
contenido ideológico o programático más allá del colaboracionismo con el
capitalismo neoliberal. El PSOE obtuvo un éxito sin parangón en el año 1982, e
incluso, y siendo justos, deberíamos atribuirle parte de la modernización de
España y del avance primario de un incipiente estado del bienestar (que fue
incapaz de blindar y que ahora la derecha descompone en nombre de esa “necesidad”
nunca demostrada). Pero también es culpable de la creación de una élite que se
apartó de sus representados en beneficio de intereses pseudo profesionales de
los nuevos cuadros. La aceptación de privilegios junto a la práctica de políticas
profundamente neoliberales en lo económico y tímidas en lo social, ha llevado
al PSOE a ser una copia de la derecha con un cierto discurso retórico que
utiliza términos en la actualidad vaciados de contenido.
La aparición en la escena electoral de otras
alternativas ha zarandeado a los hasta ahora
acomodados cargos públicos ( de unos y de otros). Ha sacudido la
realidad hasta el punto de conseguir, convertirse ( caso de PODEMOS) en los
enemigos principales de la derecha, que saca del vademécum más rancio y
reaccionario, argumentos casi ridículos al no tener otros.
Vicent, considera que, siendo preocupante la perdida
de votos de los partidos de la alternancia ( a los que PODEMOS define como
CASTA), la medida debe ser numérica obviando cualquier otro análisis. Yo, no
desde un análisis “sesudo”, sino humilde, simplemente indicarle que, la
manipulación informativa de la que acuso a la derecha local se basa en teorías
que igual el desconoce sobre la dominación política a través de la utilización
interesada de determinados discursos, porque, Vicent, el lenguaje no es inocuo,
y si se utiliza de forma torticera, no solo eso, sino que se convierte en ridículo.
Llámame sesudo, pero no insultes mi humilde
inteligencia.