Detrás de este pomposo título, se esconde únicamente la preocupación por la trayectoria de una corriente que sobrevive en el seno del PSOE desde hace treinta y un años. Una corriente que si por algo se ha significado es por su lealtad con el proyecto democráticamente aceptado por la militancia, desde una posición crítica pero determinadamente constructiva. Quizá hablar de encrucijada es, además de pomposo, algo exagerado pues la Corriente ha estado en infinidad de encrucijadas y todavía, a día de hoy, sigue viva.
Después de la reunión celebrada en Madrid en el mes de octubre, los esfuerzos, no solo por mantener, sino por relanzar la corriente como instrumento de transformación interna en el Partido Socialista, se redoblaron por parte de los militantes adscritos a Izquierda Socialista. Esto, propició, la aparición de páginas, blogs, presencia en redes sociales, etc. No obstante esta aparente efervescencia no ha tenido una transferencia en su actividad orgánica.
El que Izquierda Socialista es un sector minoritario en el PSOE, no solo es un hecho, sino una realidad palpable. Solo tres diputados se adscriben públicamente a la corriente en el parlamento de Madrid y no se sabe cuantos cargos públicos u orgánicos en el resto de la organización. Y no se sabe, simplemente porque no hemos hecho el esfuerzo de tener un mínimo censo oficioso de adscritos y simpatizantes, cuestión que debe anotarse en el debe de una corriente que, a pesar de minoritaria, se autodefine con vocación de lo contrario.
Conozco el trabajo que en otras federaciones se está haciendo, incluso la organización oficial de sectores en Navarra y otros lugares. En Alicante, hace meses se celebró una reunión para adaptar nuestra estructura a la nueva organización provincial y todavía estamos muchos de nosotros a la espera de que se inicie la andadura que nos presente a la sociedad y a nuestra propia organización como una plataforma, un foro de opinión cuyo objetivo es revertir el proceso de derechización que se está produciendo cíclicamente en nuestro partido. Considero, y así lo he afirmado en cuantas ocasiones he tenido ocasión, que nuestro objetivo debe ser crecer. Y crecer para convertirnos en un referente de cambio y un claro contrapeso al sector social liberal en nuestra organización. Pero para crecer hay que presentarse a la militancia y a la sociedad como lo que somos: militantes del PSOE, leales pero críticos, que consideramos que la izquierda debe volver a conectar con la sociedad desde una pacto ético e ideológico con los/as trabajadoras/es como referente social del socialismo ahora y siempre.
Si no asumimos nuestra responsabilidad como socialistas comprometidos con nuestras ideas y aglutinados en Izquierda Socialista, corremos el riesgo de convertirnos en ese pepito grillo, en esa conciencia crítica simpática sin más relevancia. Y eso no es lo que queremos los muchos que estamos en este partido, principalmente por la existencia de Izquierda Socialista y que seguimos considerando que el socialismo tiene la misión histórica de transformar la sociedad en beneficio de la clase trabajadora, como organización mayoritaria de la izquierda en nuestro país.
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