Desde que el Gobierno empezó a tomar decisiones claramente lesivas para los intereses y derechos de l@s trabajadores/as estamos mirando con lupa la actuación de nuestros compañeros. Me refiero a los diputados que se han declarado miembros de la Corriente Izquierda Socialista, siendo algunos de ellos integrantes de la Coordinadora Federal. Y esa crítica, fundamentalmente se centra en la razón por la que, a pesar de defender públicamente una posición claramente de izquierdas, de compromiso con los intereses y derechos de la clase trabajadora y defensores de propuestas claramente socialdemócratas, vota a favor, siguiendo las directrices o acuerdos del Grupo Parlamentario. Mucho hemos hablado de la necesidad de posicionarnos, sin reflexionar ( en voz alta)sobre las consecuencias que ese posicionamiento tendría, egoistamente hablando, para los intereses de Izquierda Socialista.
Yo soy el primero que padece ataques de izquierdismo seguidos de épocas de sensatez y reflexión. Me cabrea, al igual que a much@s que se sienten parte de IS, que se vote a favor de la reforma laboral, que se pueda votar a favor de la regresiva reforma de las pensiones. Pero aún cabreándome, considero que no hay más solución que acatar, no ya la disciplina de voto, sino el acuerdo mayoritario del Grupo Parlamentario. ¿Porqué?. En caso de situarnos fuera de esa disciplina o acuerdo, nuestro futuro en el Grupo Parlamentario tendría los días contados. ¿Y eso es tan importante?. Pues si analizamos el efecto altavoz que tiene el escaño para las posiciones que defiende Izquierda Socialista, si, si es importante.
Tendríamos ( antes de exigir posicionamientos a nuestros compañeros Diputados) que reflexionar sobre diferentes cuestiones. La primera: ¿tenemos compañer@s que puedan ocupar puestos relevantes en las candidaturas autonómicas, locales y las nacionales del 2012?. Preparados y válidos sí, pero con el suficiente respaldo orgánico, no. Si partimos de esa primera cuestión, tendríamos que elegir, entre seguir acatando críticamente la política impuesta por la mayoría o situarnos fuera del Grupo Parlamentario y es posible que incluso de la organización.
La segunda cuestión es: ¿Cuant@s somos, es eficiente nuestra actual forma de organizarnos, tenemos una planificación a medio plazo?. Las respuestas son claras y de todos conocidas. No sabemos cuantos somos, nuestra forma de organizarnos tanto a nivel federal como en las federaciones es excesivamente vertical, copiando en muchos casos lo que criticamos en la organización actual del Partido. Es necesario que revisemos nuestra organización y utilizando los instrumentos que tengamos a nuestro alcance, mejoremos la coordinación y la participación de l@s militantes en la toma de decisiones. Esto podría suponer un salto de calidad si los militantes adscritos a IS perciben que su opinión es importante y cuenta.
La tercera cuestión es: ¿Que queremos de nuestro partido?. Lo decimos por activa y por pasiva: un cambio, un giro a la izquierda. Pero, ¿estamos preparando compañer@s para que asuman la responsabilidad de representar nuestras posiciones en los procesos congresuales que se avecinan. ¿Tenemos un plan estratégico para lograr crecer para influir?. No lo tenemos, y esta carencia nos condiciona pues seguimos siendo vistos como una posición residual, importante por la calidad de nuestro debate y aportación, pero residual y minoritaria.
Evidentemente hay muchas más cuestiones que poner sobre la mesa. Hay muchos otros aspectos que tendríamos que concretar, pero lo que yo, personalmente, tengo claro, es que debemos ser claros, contundentes pero coherentes con nuestros planteamientos en función de los objetivos que perseguimos.
Para finalizar, debemos dotarnos igualmente de una estrategia de comunicación y formación. Comunicación hacia nuestro partido difundiendo nuestras posiciones y planteamientos. De cara a la sociedad haciendo posible la visualización de que en el PSOE hay una alternativa que lucha por ser mayoritaria. Haciendo un llamamiento a la clase trabajadora a participar con nosotros, con los socialistas de izquierdas, en ese proceso de cambio. En un partido democrático, las mayorías y minorías las designan los militantes, las concretan las Asambleas y Congresos: ahí es donde nuestra estrategia debe dirigirse.
Podemos seguir siendo críticos ( que lo vamos a ser) con nuestros compañeros, pero seamos consecuentes y valoremos que nuestra continua exigencia de un posicionamiento, puede llevarnos a la desaparición, un objetivo que a la mayoría actual le vendría de perlas pues, a enemigo que huye, puente de plata ( ¿cuant@s compañer@s absolutamente imprescindibles en su momento se han quedado en el camino por plantear posiciones que en su momento supusieron encontronazos con la mayoría del momento?. No cometamos el mismo error. No claudicamos, simplemente actuamos con sensatez y una estrategia clara: devolver al PSOE su carácter de clase, volviendo a ubicarlo junto a l@s de siempre: l@s trabajadores y trabajadoras, las clases populares, los abandonados del sistema.
Podemos seguir siendo críticos ( que lo vamos a ser) con nuestros compañeros, pero seamos consecuentes y valoremos que nuestra continua exigencia de un posicionamiento, puede llevarnos a la desaparición, un objetivo que a la mayoría actual le vendría de perlas pues, a enemigo que huye, puente de plata ( ¿cuant@s compañer@s absolutamente imprescindibles en su momento se han quedado en el camino por plantear posiciones que en su momento supusieron encontronazos con la mayoría del momento?. No cometamos el mismo error. No claudicamos, simplemente actuamos con sensatez y una estrategia clara: devolver al PSOE su carácter de clase, volviendo a ubicarlo junto a l@s de siempre: l@s trabajadores y trabajadoras, las clases populares, los abandonados del sistema.
Salud y Socialismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario