El mayor
espectáculo del mundo, le llaman: el circo. A ese noble arte y oficio no se
refería el Alcalde al compararlo con el Pleno municipal ( decir que intentaban
convertirlo en un circo los ciudadanos y ciudadanas que protestaban contra el
vertedero de Las Cañadas). El optimismo del Alcalde ralla la ingenuidad: aunque
lo intentasen, ni los vecinos, ni nadie conseguiría convertir el Pleno en otra
cosa de lo que es.
Se supone
que el Pleno es la expresión de la voluntad del pueblo…pues no, no es así. Es
la expresión municipal de la partitocracia y los espúreos intereses de los que
la sostienen y la comparten. Esos mismos son los que, en defensa de la
institución confunden el culo con las témporas. Esos mismos, nombran a la
institución como si ésta estuviera por encima del bien y del mal y hubiera una
necesidad imperiosa de preservarla contra cualquier contaminación….Un espectáculo
penoso que no aborda los problemas de la ciudadanía, que vive de espaldas a la
realidad y que lo único que merece, como mínimo, es la indiferencia, cuando no
otra cosa. Así pienso, porque todavía no he oído a nadie plantear una
alternativa, y eso que afortunadamente se puede hablar en el Pleno ( y no
gracias a los máximos representantes de la partitocracia repartidora de
alternancias).
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