Después de
reuniones ( en las que la ciudadanía poco a tenido que ver) y más reuniones,
parece que las cuentas están listas para ser presentadas ante el Pleno
municipal, pero ¿están listas para ser presentadas ante la ciudadanía?.
Un
presupuesto municipal restrictivo y restringido ( por el Estado por establecer
que el superavit debe ser destinado a cubrir deuda y no para inversión) puede
dejar líneas abiertas de actuación que indiquen que la corporación tiene un
plan b para nuestro municipio. Un plan para liberar del secuestro del ladrillo
a El Campello y superar el aparente único recurso económico: el turismo
estacional. Pero no es así. El Presupuesto es un documento con partidas y
cantidades, donde no se hace apuesta alguna por nada, excepto por la
continuidad.
Desde
tiempo inmemoriales se viene pidiendo un anexo ( no requerido, pero si
deseable) en el que el gobierno exponga las líneas estratégicas en materia de
inversión productiva, pues si algo necesita nuestro municipio, no son solo
asfaltados y acerados, no solo farolas, sino una verdadera estrategia para
salvar el futuro de El Campello. Una estrategia plurianual y consensuada, pero
no solo con las organizaciones políticas con representación, sino con todo o
toda ciudadano o ciudadana que desee participar en el debate, con
organizaciones sindicales y empresariales, con técnicos y con todo aquel que
esté dispuesto a aportar algo a un pueblo que carece de tejido económico
estable, por obra y gracia de corporaciones incompetentes y muy, pero que muy
limitadas en el aspecto ideológico y programático.
No se si el
presupuesto se aprobará con los votos o con la abstención de alguien o algunos,
pero lo cierto es que los argumentos sobre la responsabilidad para dejar vía
libre a unas cuentas impropias, no se sostienen, máxime cuando la oposición ha
tenido oportunidad de presentar una propuesta alternativa, ilusionante y
plural. Pero claro, para esto deberían bajarse del machito, abandonar posturas
de prepotencia y soberbia, rompiendo la endogamia partidaria y abriéndose a la
sociedad…Aunque a eso, parece que no están dispuestos los que gozan y disfrutan
los privilegios económicos que todos y todas pagamos, que defienden su estatus
frente a los intereses comunes y que conciben la política como gestos, fotos y
declaraciones.
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