La Presidente de Andalucía es favorable a un acuerdo entre el PsoE e IU, no sólo para las próximas autonómicas, sino de cara a alcanzar la Moncloa. Y es lógico. Cuando peor estaban los del PsoE en Andalucía, IU estuvo a la altura impidiendo el regreso de los "señoritos y cortijeros" de la derecha. También es cierto que ese apoyo a un gobierno salpicado gravemente con uno de los casos de corrupción más graves, no ha beneficiado a nadie, y está por dilucidar todavía el nivel de influencia de las posiciones éticas de IU-CA en lo que queda de legislatura.
Es deseable un acuerdo de la izquierda, pero no desde la coyuntura de unas elecciones y sujetos a los volubles resultados de las urnas. Es necesario un acercamiento político y no sólo institucional. Los partidos y organizaciones de izquierdas tienen la obligación de cerrar el paso a la derecha: pero a la extrema derecha y a la social derecha.
Acuerdos sobre programas políticos, líneas éticas y compromisos claros que confluyan, no en candidaturas de coalición ( la ambición del PsoE es, a través de la coalición, fagocitar a las opciones minoritarias, teniendo el caso, por ejemplo, de Euskadi ko Eskerra), sino a través de mesas abiertas y democráticas donde no solo participen militantes, sino la ciudadanía, los movimientos sociales, etc. Mesas de Convergencia que al tiempo sean, no solo los vigilen el cumplimiento de los programas y pidan, en su caso responsabilidades, sino que permeabilicen a la sociedad de ideología a través de un debate no partidista pero si claramente político.
Los acuerdos cupulares no son lo que un proyecto unitario de la izquierda necesita. Y si, en su caso, se dieran, no beneficiarían más electoralmente a unos o a otros, pero no a ese proyecto cuyo objetivo es construir un proyecto solidario y colectivo donde las personas sean el centro de la actividad institucional y no al revés. Un acuerdo para un proyecto de país con inmediata aplicación a las leyes electorales, a las leyes económicas y a las leyes sociales.
Yo deseo la unidad, pero no solo coyunturalmente para llegar al poder, sino para que ese poder sea el del pueblo, el de los y las trabajadores y trabajadoras, más allá de los cuatro años que dura una legislatura.
Evidentemente hay muchas cuestiones que nos separan, pero creo y espero que sean más las que nos unen, aunque ( y he de decirlo), la distancia de la actual dirección del PsoE con las posiciones de la izquierda es abismal, e incluso la misma estructura del PsoE, está diseñada únicamente para enfrentarse a los procesos electorales, pero no a un debate político abierto y democrático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario