Hay algo que no se puede negar, y es el hecho de que ha llegado su hora al viejo tipo de familia. No tiene de ello la culpa el Socialismo: es el resultado del cambio experimentado por la condiciones de vida. La mujer, en la Sociedad Socialista, no dependerá de su marido, sino que sus robustos brazos serán los que la proporcionen el sustento. Se acabará con la incertidumbre sobre la suerte que puedan correr los hijos.
Alexandra Kollontaihttp://piniella.blogspot.com
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