El qué está claro, y el cómo también: represión,
criminalización, exclusión, etc. Estas son las armas que el sistema emplea
contra cualquier movimiento de protesta. Porqué se emplea a fondo, es una
cuestión que igualmente está clara: podría ( el movimiento de protesta) suponer
una "contaminación" perniciosa para sus objetivos ( que no son otros
que amordazar a la sociedad, sometiéndola a la terapia del miedo y de lo
irremediable). Podría suponer que una parte de la sociedad comenzara a pensar
que la extrema derecha que nos gobierna son los neo franquistas con traje de
"foreveryoung". Y si esta percepción profundizase en la sociedad,
igual su objetivo de someter la voluntad de la ciudadanía comienza a
tambalearse.
Es evidente que la extrema derecha no está
dispuesta a permitir un movimiento de contestación, y es por esto, que las
luchas deben organizarse con mayor ahínco, con mayor disciplina, pero también
demostrando que la democracia es el instrumento, que la construcción de
alternativas desde arriba ha sido, es y será un fracaso. L@s trabajadores y
trabajadoras debemos organizarnos allá donde estemos: partidos, sindicatos,
asociaciones, etc. Y desde esta organización, debatir y coordinar nuestras
acciones en defensa de nuestros derechos, que son los mismos que los de las
generaciones a las que se está condenando a la precariedad de por vida, a la
esclavitud laboral y a la sumisión social impuesta por la fuerza.
El sistema se ha dotado de los suficientes
instrumentos para garantizar "su" orden, y esto es una cuestión que
debe quedar clara: si la policía tuviera conciencia se negaría a emplear la
brutalidad, por mucha orden que recibiese. Por lo tanto, las acciones deben
partir de que los cuerpos y fuerzas de seguridad del "Estado", son
instrumentos cuya misión es ahogar a los ciudadanos y ciudadanas, a los
jóvenes, a los obreros. Al obedecer la orden de carga sin piedad, aceptan ser
la porra en manos del sistema y dejan de ser trabajadores, pues si lo fuesen
tendrían conciencia como tal y se negarían a apalear a estudiantes cuyo delito
es defender una educación igual para todos y todas, unos derechos sociales y
laborales justos para todos y todas.
No voy a recurrir a los clásicos para volver a
decir aquello de que "ellos ya lo dijeron". Debemos aprender de las
experiencias y sacar, colectivamente, las conclusiones que sean, para
reorganizar las luchas, practicar la pedagogía social, recuperar la Asamblea
ciudadana como instrumento de democracia, instar a la organización de Asambleas
de trabajadores y trabajadoras que sean los que organicen las estrategias al
margen de las direcciones de unos sindicatos que, por pactistas y entreguistas
se encuentran donde se encuentran ( quizá la experiencia de auto organización
democrática de los y las trabajadores y trabajadoras les hagan reflexionar y
darse cuenta de que son prescindibles).
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