Hola, respecto a la orientación de movilización que
debemos adoptar, ahí van algunas
opiniones:
1.- Estamos ante la mayor ofensiva de la burguesía
europea y española contra las clases trabajadoras de los últimos 70 años. Y, de
momento, la están ganando. Y en todos los frentes. En el caso español está
además acompañada de una contra reforma educativa, cultural, etc. Las fórmulas
clásicas de ataque a los salarios y a los derechos sindicales de la burguesía
decimonónica parecen ser la guía del PP. La lucha de clases ha sido declarada
unilateralmente y llevan la iniciativa. Conviene recordar que el PP ha ganado
las elecciones por goleada en ausencia de adversarios.
2.- La clase obrera se mueve entre la desmovilización,
la escasa organización efectiva, el retroceso político e ideológico, el miedo y
la impotencia. Son mínimas, por no decir nulas,
las expresiones de resistencia en las empresas y en los sectores. El
paro es devastador en el ánimo de combate si no aparecen perspectivas de lucha
general y victoria parcial.
3.- En España, la izquierda política socialdemócrata y
la social liberal está atravesando una crisis de proyecto, programa e
identidad, más allá de la derrota electoral. IU ha recuperado tono vital y
electoral pero no es capaz de ofrecer una nueva alternativa. La izquierda
revolucionaria tiene una influencia mínima, por no decir nula, en la actual situación.
4.- El movimiento social externo al movimiento obrero
(15 M, etc.) a pesar de su importancia y potencialidad no está en sus mejores
horas ni puede encabezar la movilización social necesaria ante las agresiones.
A su vez -como hemos visto en sanidad y enseñanza y ahora en los estudiantes de
Valencia- el descontento popular es creciente pero desigual. A pesar de las
movilizaciones del pasado domingo -que son un punto de partida básico- no hay
clamor indignado ni revuelta a la vista.
5.- Los sindicatos mayoritarios vienen de una larga
fase de concertación, de una mala "gestión" de la anterior huelga
general, perdieron parte (solo parte y en parte de la sociedad) de su prestigio
y autoridad, atraviesan una crisis financiera sin precedentes (más fuerte que
en la época de Redondo en la UGT) y no disponen de cuadros medios forjados en
la lucha sino en en la gestión cotidiana de la paz social. Y, sin embargo, son
los únicos en ausencia de alternativas reales en el campo sindical, que pueden
impulsar la lucha generalizada. Nunca fue más nítida la inutilidad de impulsar
pequeños sindicatos como también la dificultad de trabajar en los grandes.
6.- Debemos encaminarnos a un proceso de movilización
amplia, prolongada, sostenida y diversa. Ello exige una política de alianzas
sociales de geometría muy variable. Igualmente ocurre con las alianzas y la
táctica sindical. Y por supuesto en el plano político: es evidente que los
frentes y plataformas a crear en los tres planos evolucionarán constantemente.
Reorganizar para el combate a las filas trabajadoras y populares no es tarea de
un par de días ni se hace a golpe de declaraciones, por más que están jueguen
un pequeño papel al que no debemos renunciar, pero sí saber utilizar. La lucha
va a ser muy larga con episodios muy agudos. Exige una orientación táctica
coherente basada en varias herramientas.
7.- La Huelga General es un medio de lucha
fundamental, pero ni es un fin en si mismo ni es el la única baza a jugar. Hay
que desmitificarla y hay que enmarcarla en un proceso de movilización de fondo,
de raíz desde abajo previo pero también de una línea de trabajo posterior de
movilización con objetivos políticos claros
para evitar que embarranque en las mesas de negociación sin resultados
tangibles para la clase obrera ni perspectivas de continuidad de la lucha. Creo que es necesaria organizarla, prepararla
e impulsarla y ello va más allá de una táctica de presión sobre la dirección de
CCOO. Es más, es posible que las direcciones sindicales tengan en su horizonte convocarla
(no lo sé) y más después de la reacción popular del domingo. Pero mal favor nos
haríamos la izquierda revolucionaria si el papel que nos damos es de meros
"presionado
res". Debemos actuar "como si" fuéramos
responsables de la organización de la lucha, de lo contrario nunca podremos
aspirar a serlo.
8.- Las movilizaciones del domingo indican, pese a su
escasa convocatoria que hay enfado ante las primeras medidas del PP, pero no
indican todavía un vuelco en el ánimo de combate de las masas. Si uno salía del
cortejo de la izquierda radical, al menos en Madrid, lo que veía eran caras de
preocupación, alegría por encontrase y pocos muy pocos gritos de lucha. No solo
influye la experiencia pasada defraudada, también la ausencia de perspectivas
políticas a corto y medio plazo, la desorientación sindical y el miedo. Luchar
contra el miedo es más importante hoy que nunca. El miedo atenaza la capacidad
de respuesta y favorece las posiciones menos movilizadoras.
9.- Hay que situar la Huelga General en el horizonte
de las tareas inmediatas pero tareas en plural. Y actuar en consecuencia, como
tarea no como lema. ¿Cuántas charlas, actos, comités de apoyo, reuniones de
secciones sindicales, plataformas unitarias, etc. tenemos en mente poner en
pie? ¿Con qué asociaciones o apoyos de personas con influencia contamos en la
sociedad. Y dentro del sindicato ¿qué cuadros de empresa, sector o territorio
desde la base a la dirección vamos a contactar con la intención de trabajar con
ellos/as?
10.- Y estoy con Dani con la cuestión del tiempo (de
Krono y de Kairos, de ambos). Conviene volver a los clásicos "Todo tiene
su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora"
(Eclesiastes 3.1).
Salu2 Manolo Garí
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