Aunque la estrechez de miras así las vea, no son conceptos enfrentados ni
antagónicos. No hay práctica sin dialéctica y no hay dialéctica efectiva sin un
programa de actuación práctica donde ser establezcan los objetivos y los medios
para lograrlos. Otra cuestión es la fantasía. La fantasía revolucionaria es
querer ver levantamiento de masas donde no los hay, querer ver barricadas
antifascistas donde hay una sociedad adocenada y empobrecida moral y económicamente.
El que ve en la dialéctica un camino sin salida es porque, o no conoce la táctica o no confía en que algunos puedan llevar a cabo los objetivos ( aunque estos sean mínimos) que su imaginación elucubra. Esto, en mi opinión, es un derrotismo poco propio de personas de pensamiento político comprometido y, porqué no decirlo, avanzado.
Nadie peca de ingenuidad continuadamente, pero siempre (siempre) hay que aprender de las derrotas ( personales, políticas...) para retomar la marcha y mirar hacia otros objetivos, aunque estos sean más humildes.
No obstante, considero que hay que reaccionar y vencer al derrotismo, tanto personal como político. Afrontar los tiempos actuales desde el análisis y desde la coherencia ideológica, tarea difícil pero no imposible.
El que ve en la dialéctica un camino sin salida es porque, o no conoce la táctica o no confía en que algunos puedan llevar a cabo los objetivos ( aunque estos sean mínimos) que su imaginación elucubra. Esto, en mi opinión, es un derrotismo poco propio de personas de pensamiento político comprometido y, porqué no decirlo, avanzado.
Nadie peca de ingenuidad continuadamente, pero siempre (siempre) hay que aprender de las derrotas ( personales, políticas...) para retomar la marcha y mirar hacia otros objetivos, aunque estos sean más humildes.
No obstante, considero que hay que reaccionar y vencer al derrotismo, tanto personal como político. Afrontar los tiempos actuales desde el análisis y desde la coherencia ideológica, tarea difícil pero no imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario