“El Ayuntamiento de
Peligros (Granada) ayudará este curso a los estudiantes de la localidad con
becas educativas para hacer frente al pago de libros y material escolar.”
“Según el alcalde de
Peligros, esta convocatoria de ayudas es “una muestra más de que se pueden
aplicar políticas que piensen más en la gente
El bono libro se suprimió, las becas de
comedor se redujeron hasta el mínimo, el transporte se redujo hasta la
testimonialidad…¿y?. Y nuestro Ayuntamiento se quedó en el gesto, en la foto y
en la declaración.
Existen políticas alternativas, a pesar
de que la demagogia oficial diga que “no se puede hacer otra cosa”. Existen políticas
de respeto a los ciudadanos y ciudadanas, existen actitudes que anteponen el
bienestar a la institucionalidad. Y entre todo esto, ¿qué ha hecho nuestro
Ayuntamiento?: NADA.
Algunos propusimos que el dinero del superávit
se emplease en recuperar la ayuda para libros, en ampliar las becas de comedor,
en ayudar a las familias. Pero el silencio fue la respuesta. Alguna moción casi
simbólica fue la única contestación ( y digo simbólica porque, estando en mayoría,
¿no habría sido más fácil gestionar esas propuestas desde el gobierno?)
A los que todavía piensan que el
Ayuntamiento es la “casa de todos”, simplemente decirles que ya es hora de que
salgan de su error: el Ayuntamiento es la casa de los políticos, y cada día se
aleja más y más de lo que los que lo sufrimos ( los y las ciudadanos y
ciudadanas).
Evidentemente hay otras formas de hacer
política, pero cuando esta dependen de políticos más preocupados por su futuro “profesional”,
de políticos “burocratizados”, de políticos “institucionalizados”, poco, o más
bien nada cabe esperar.
Creo que la situación extrema en la que
vivimos requiere soluciones extremas, por lo que, por enésima vez propongo,
desde mi humilde posición de ciudadano, un pacto entre la ciudadanía consciente
para cambiar el rumbo de las cosas en nuestro pueblo. Y este cambio de rumbo
depende de nosotros, de las fuerzas que seamos capaces de sumar, de lo alto y
claro que se nos escuche. Y ya es hora de que se nos escuche.
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