Aparentemente, ha bastado una semana para limar las
“asperezas” que propiciaron el bloqueo de la modificación de crédito por parte
de PP/C.s/EUPV. Aparentemente, la explicación pormenorizada ( ahora si) de las
partidas a modificar ha provocado un ataque de responsabilidad en la otrora
oposición inflexible. Los argumentos ( al menos los expuestos públicamente)
son, como mínimo peregrinos y, en mi opinión, no justifica su posición
anterior.
“No bloquear el funcionamiento institucional; favorecer que
los trabajadores y trabajadoras públicos cobren…”. Y en éste último argumento
voy a detenerme para plantear una reflexión que, aunque pueda parecer
incongruente ( dado que pertenezco laboralmente a ese cuerpo de trabajadores y
trabajadoras municipales), simplemente pretende expresar una reflexión que
considero, si no necesaria, si coherente con el “espíritu” que inspiraba las
candidaturas que conjuntamente llegaron al gobierno municipal tras las últimas
elecciones municipales.
Podría intentar hacer un análisis de las políticas
implementadas o al menos anunciadas hasta el momento, pero me resulta difícil.
Como en alguna otra ocasión he comentado, el cambio que más se ha notado ( y no
es poco) es el personal: la cercanía de los ahora gobierno municipal dista
mucho de aquél otro distante y rayando en la soberbia que podíamos ver en
algunos miembros del anterior ejecutivo local. Pero, ¿basta esto para
escenificar un cambio político?. En mi opinión, no. De ahí que me sienta
incapaz de definir la acción de gobierno como de “cambio” político: en todo
caso como un continuismo o una inercia en lo básico, aunque siempre queda la
esperanza de, con el nuevo año, ver como las cosas empiezan a cambiar:
esperanza que, evidentemente, no deberíamos perder.
Centrándome en al asunto que ha provocado mi enésima
reflexión pública: ¿qué cobros pendientes hasta final de año se han aprobado
vía modificación u otro procedimiento?. Principalmente, el abono de la parte
pendiente de la paga extra detraída en 2012 y los servicios extraordinarios y
productividades hasta final de año.
He podido observar que, ni los que han aprobado la
modificación ni los que han “desbloqueado” la gestión ordinaria municipal han
planteado en voz alta la pregunta de, ¿y el borrador de Presupuesto municipal,
tardará mucho?. Y no se si no lo han hecho por puro tacticismo.
En cuanto a los conceptos que, como decía, vía modificación
u otra afectan a los empleados y empleadas públicos, alguien ha preguntado: ¿y,
con la modificación, ha cuanto asciende la partida definitivamente?. Los
números son crueles y ponen de manifiesto que, lo que aparentemente es una
decisión de funcionamiento ordinario, supone la decisión política de seguir
propiciando una situación que, dentro de una presunta irregularidad, lo que sí
supone es una irresponsabilidad política, si de valores y principios éticos de
cambio hablamos. Ahora bien, si los valores y los principios quedaron aparcados
o en el olvido tras el ascenso a las “cumbres” de la élite institucional
municipal, , la cuestión pierde sentido porque habría que formularla de una
manera más política.
Lo que, en mi opinión, se estaba dilucidando, no solo eran
una serie de partidas presupuestarias para finalizar el ejercicio económico: se
decidía continuar en la inercia, dejando la política de compromisos aparcada
tras el simbolismo que ahora se enarbola como argumento frente a propios y
extraños sin que exista una contestación, ni social ni política.
Por último, simplemente dedicar una última reflexión al
papel que quiere desempeñar Esquerra Unida en el nuevo escenario que se plantea
tras su salida del gobierno: ¿considera que seguir argumentando de forma
retórica e incluso contradictoria es la herramienta necesaria para regenerar la
política?.
Que el Ayuntamiento precise de una reorganización de
recursos es más que evidente. Pero lo que igualmente precisa es la ruptura de
una dinámica que propicia, con el consentimiento expreso de la totalidad de
grupos políticos, que cuantiosos fondos sean detraídos de políticas sociales,
de empleo, etc, con destino a “suplementar” los salarios de los y las
trabajadores y trabajadoras municipales, algo que, pese a formar parte de éste
colectivo, sigo sin entender en el marco de una política de izquierdas comprometida,
no con las estructuras funcionariales, sino con la ciudadanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario