Y estando a
un paso de 2014, estamos a paso y medio de las elecciones municipales de 2015.
En muchos rincones de la geografía se empiezan a mover gentes, organizaciones y
proyectos para afrontar la cita electoral como algo más que una mera consulta
periódica. Se está intentando que sea un punto de inflexión determinante para
devolver a la ciudadanía el poder que la oligarquía partidaria les ha ido
quitando a lo largo de años de democracia representativa: se está intentando
que ésta, se convierta en una democracia real y participativa. Evidentemente, y
a la vista de los no acontecimientos, en nuestro municipio, esto, no está pasando.
Simplemente se está dejando pasar el tiempo.
Para lograr los objetivos, no solo es necesario
el acuerdo de los actores políticos y sociales, sino la intervención consciente
de la ciudadanía, algo que parece más difícil.
Seguramente,
la parte más consciente de ciudadanxs sí participará en la construcción de ese
proyecto casi de “ruptura” ( democrática y en libertad) con el régimen de la
endogamia. No obstante, una parte importante de la sociedad, seguirá agazapada
tras su comoda miseria ( entendida no solo como económica, sino cultural,
educativa…) dejando que otrxs decidan por ellxs. Se seguirá delegando el voto,
en un acto de profunda irresponsabilidad pues en los diferentes comicios que a
partir de 2014 se van a producir, nos jugamos el futuro de nuestrxs jóvenes, de
nuestrxs hijxs y, por supuesto, el nuestro. No afrontarlo de ésta manera es dar
un voto de confianza al continuismo que, siendo “cómodo” nos ha reportado
dolor, miseria y frustración en todos los ámbitos institucionales. El que las
instituciones sean vistas como entes ajenos a nuestra vida, cuando de ellas
depende nuestro día a día, nos debe empujar a intentar cambiar.
Un ( o una)
avispado comentarista me acusó de plantear plataformas de unidad como elemento
de distracción pues el objetivo real ( afirmaba el comentarista) siempre ha
sido entregar el poder a la derecha. Ese ( o esa) comentarista, me animaba a
trabajar en un partido político para expresar mi compromiso ideológico. Ambas
afirmaciones, por lo gratuitas e interesadas, descubren a quien las hace, y
descubre el objetivo, que no es otro que, a través de la crítica sin más,
atacar a todxs los que discrepamos.
El candidato
a las primarias en Madrid por el PsoE afirma que
“la necesidad de que laizquierda reafirme su "ambición" por ganar la ciudad y plantea"transformar la fuerza social en caudal político", considerando “imprescindiblela alianza entre la izquierda y los movimientos sociales”
Parece que todavía quedan personas sensatas cuyo compromiso es
firme con la lucha por una sociedad justa, igualitaria y con futuro, frente a aquellxs
cuyo único objetivo fue, es y será, la de ubicarse social o laboralmente.
En mi opinión, la "competencia" electoral entre las organizaciones y alternativas de la izquierda social y política, basadas únicamente en el "interés de partido" ( entendido éste como lograr más votos y más representación que el adversario, como si de una carrera se tratase) no van a llevarnos más que a una satisfacción sectorial que en poco o nada ( a menos que el "sorpasso" fuese de una magnitud tal, que permitiese desbancar a la derecha) beneficiará de forma colectiva a la sociedad, principalmente a esa sociedad mayoritaria que, a pesar de silenciosa, existe: la clase trabajadora.
En mi opinión, la "competencia" electoral entre las organizaciones y alternativas de la izquierda social y política, basadas únicamente en el "interés de partido" ( entendido éste como lograr más votos y más representación que el adversario, como si de una carrera se tratase) no van a llevarnos más que a una satisfacción sectorial que en poco o nada ( a menos que el "sorpasso" fuese de una magnitud tal, que permitiese desbancar a la derecha) beneficiará de forma colectiva a la sociedad, principalmente a esa sociedad mayoritaria que, a pesar de silenciosa, existe: la clase trabajadora.
Evidentemente, los discrepantes vamos a seguir haciéndolo, entendiéndose
la discrepancia no como ataque sino como aportación ( quien lo entiende como ataque
tiene un problema de índole personal que confunde con uno político) porque nos preocupa
el futuro del pueblo donde vamos a seguir viviendo y donde lo harán nuestros hijos.
Y, aunque solo sea por un “egoismo” paterno/filial, vale la pena luchar, e incluso
molestar.
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