El partido
del talante, vuelve a recuperar su discurso institucionaloide para plantear a
la extrema derecha gobernante nuevos acuerdos. No lo entiendo: en definitiva
están de acuerdo en las líneas maestras, pues la alternancia nos ha permitido
sufrir políticas económicas de derecha y neoliberales con las dos formaciones
que se alternan “democráticamente” en el poder institucional.
No puede
haber pacto institucional cuando la sociedad lo que está pidiendo, lo que está
exigiendo es una ruptura del sistema, un proceso constituyente que devuelva el
poder al pueblo. Pero claro, los de la sempiterna renuncia, los que por el
poder vendieron sus ideas, no están dispuestos más que asumir ( en un intento
de fagocitar) migajas de las reivindicaciones sociales que una parte de la
sociedad plantear a grito pelado.
La
izquierda tendría que estar trabajando por la conformación de un bloque plural
de izquierdas en el que todos pudieran, desde la horizontalidad más radical, el
mismo papel y la misma voz, sin tener en cuenta operaciones aritméticas basadas
en número electorales. Un programa común, un compromiso ético y político con la
sociedad civil que devolviera a ésta su protagonismo. Pero, claro, es difícil
renunciar al poder en beneficio de las gentes, pues esto podría ocasionar una
verdadera ruptura, pero con el sistema partidario que nos oprime.
La
autoorganización, la humildad y la generosidad entendida como solidaridad deben
primar en las opciones políticas que podamos construir entre todos y todas, dejando en la cuneta a quienes quieran preservar privilegios institucionales por encima
de la estrategia colectiva. Ese es, en mi humilde opinión, el objetivo sobre el
que tendríamos que estar trabajando y no en acuerdos piramidales para salvarnos
de los problemas que ellos mismos nos han creado.
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