Las alianzas de Ripoll con los socialistas reducen el margen de maniobra de los campistas en la Diputación y en los municipios
El criterio de Madrid en la sustitución de la estructura comarcal por la provincial en el último Congreso está dando sus frutos. La política institucional provincial, o lo que es lo mismo la actuación de los/as diputados/as provinciales está demostrando lo que realmente representa la estructura político-institucional provincial: clientelismo y compadreo.
Lejos de presentar una propuesta propia, en el marco de un supuesto proyecto provincial, los diputados del grupo Socialista establecen una estrategia en función de...¿qué intereses?. El Plan de obras y servicios elaborado por el "zaplanista" Ripoll contra los "campistas" ha sido apoyado por el grupo socialista sin que éste incluyese una propuesta que favoreciese la visualización de un proyecto propio más allá de prevendas institucionales ( coche oficial, liberaciones, asesores, etc). Esto dice bien poco del proyecto provincial y, ya pasado algún tiempo desde la elección de la estructura organizativa provincial, bien poco del Comité Ejecutivo que no ha sido capaz de, en cooperación con el Grupo Provincial Socialista, elaborar unas mínimas líneas de trabajo que nos diferenciasen de la derecha "zaplanista-ripollista" que gobierna con poco criterio los designios de un órgano ya de por sí difícil de digerir como es la Diputación.
Es necesario, es urgente que el nuevo órgano Provincial asuma la responsabilidad, con la democracia en la mano, de elaborar una línea de trabajo que, por un lado ponga en evidencia el clientelísmo de la derecha, y por otro, que se signifique ante los/as Alicantinos/as como alternativa real a la política de clanes que practica Ripoll y sus secuaces ( aunque entre ellos se puedan contar de momento, los compañeros/as del grupo provincial).
La anulación por obra y gracia de Madrid ( con la excusa de una estrategia electoral poco creíble y poco o nada definida) hace aguas y alguien tiene que poner freno a la actuación de un Grupo que, lejos de romper la dinámica establecida por la derecha, la sigue y la fomenta con su actitud y con sus votos. Los comarcalistas debemos hacernos oir en los órganos donde tengamos representación y exigir ( sí, exigir) una actuación rápida, enérgica y democrática que, contando con la militancia de la provincia de Alicante, establezca las bases para una actuación política acorde con nuestros principios, claramente diferenciados de los de la derecha...o al menos sobre el papel así debería ser (un texto de aconsejable lectura: Nuestra moral y la suya, de Trostky).
¡¡SALUD, REPUBLICA, COMARCA Y SOCIALISMO!!
Lejos de presentar una propuesta propia, en el marco de un supuesto proyecto provincial, los diputados del grupo Socialista establecen una estrategia en función de...¿qué intereses?. El Plan de obras y servicios elaborado por el "zaplanista" Ripoll contra los "campistas" ha sido apoyado por el grupo socialista sin que éste incluyese una propuesta que favoreciese la visualización de un proyecto propio más allá de prevendas institucionales ( coche oficial, liberaciones, asesores, etc). Esto dice bien poco del proyecto provincial y, ya pasado algún tiempo desde la elección de la estructura organizativa provincial, bien poco del Comité Ejecutivo que no ha sido capaz de, en cooperación con el Grupo Provincial Socialista, elaborar unas mínimas líneas de trabajo que nos diferenciasen de la derecha "zaplanista-ripollista" que gobierna con poco criterio los designios de un órgano ya de por sí difícil de digerir como es la Diputación.
Es necesario, es urgente que el nuevo órgano Provincial asuma la responsabilidad, con la democracia en la mano, de elaborar una línea de trabajo que, por un lado ponga en evidencia el clientelísmo de la derecha, y por otro, que se signifique ante los/as Alicantinos/as como alternativa real a la política de clanes que practica Ripoll y sus secuaces ( aunque entre ellos se puedan contar de momento, los compañeros/as del grupo provincial).
La anulación por obra y gracia de Madrid ( con la excusa de una estrategia electoral poco creíble y poco o nada definida) hace aguas y alguien tiene que poner freno a la actuación de un Grupo que, lejos de romper la dinámica establecida por la derecha, la sigue y la fomenta con su actitud y con sus votos. Los comarcalistas debemos hacernos oir en los órganos donde tengamos representación y exigir ( sí, exigir) una actuación rápida, enérgica y democrática que, contando con la militancia de la provincia de Alicante, establezca las bases para una actuación política acorde con nuestros principios, claramente diferenciados de los de la derecha...o al menos sobre el papel así debería ser (un texto de aconsejable lectura: Nuestra moral y la suya, de Trostky).
¡¡SALUD, REPUBLICA, COMARCA Y SOCIALISMO!!
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