TRIBUNA DE LA COMPAÑERA MERCÉ SANCHIS, CONCEJALA DEL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA

Son muchos los ciudadanos y ciudadanas de El Campello que se acercan a nosotr@s, Concejales del Grupo Municipal Socialista, para quejarse de cómo se gestionan los dineros públicos desde el Ayuntamiento.

En primer lugar, recordarles que, como es sabido, el Equipo de Gobierno del Partido Popular tiene la mayoría absoluta para hacerlo a su gusto y criterio y que, además, no cuenta para nada con los grupos de la oposición cuando decide unos gastos u otros. Es más, solemos enterarnos cuando la actuación ya está en la calle.

A pesar de ello, tanto en Comisiones Informativas, como en Pleno, como en cada ocasión que podemos, les manifestamos nuestro desacuerdo ante algunas decisiones que consideramos injustas para la mayoría y que sólo son fruto de su obsesión por mantener esos cientos de votos de diferencia que, elección tras elección, les han dado el gobierno del Ayuntamiento. Quizá sea ésta una manera de gestionar partidistamente correcta, pero no es la que le conviene al interés general de un municipio, ni mucho menos la que defendemos los representantes de la izquierda. En momentos de estrechez económica como los que vivimos, hay que hilar muy fino con el dinero de tod@s, y no crear agravios comparativos como los que se están dando en estos últimos tiempos. Tenemos ejemplos cercanos, algunos se han hecho públicos, otros pasan más desapercibidos para la mayor parte de ciudadanos, que certifican su política, por decirlo suavemente, irrespetuosa con la mayoría de ciudadan@s: 35.000 € de dedicación parcial para la Concejala de Turismo, una comida de Navidad para la tercera edad, con un coste aproximado de 30.000 € (para más “INRI” celebrada en un restaurante de otro municipio, necesitando autobuses para desplazar a los comensales), o una comida para los trabajadores del Ayuntamiento, de la que ni siquiera sabemos el coste total. Lo que sí sabemos es que también desplazaron a los comensales en autobús, lo que a nuestro entender, además de un gasto superfluo, fue un insulto para las y los vecinos de Cala D’Or que llevan meses sin transporte urbano de ningún tipo.

Y para terminar el año, la campanada final. Instalan una carpa para despedir2008, en la que los gastos van a cargo del Ayuntamiento, y en cambio los beneficios serán para los que gestionen la barra, que, curiosamente será la barraca festera en la que figura uno de sus concejales. En fin, toda esta serie de despropósitos, sólo por un puñado de votos y por no querer escuchar nunca nuestra opinión, que al fin y al cabo, representa a casi la mitad de la población. Y no es que digamos que todas las actividades que he relatado no se deban hacer. Lo que decimos es que hay mejores maneras de llevarlas a cabo, sobre todo, respetando los derechos .