Para empezar, me gustaría decir que, la mayoría de los/as vecinas desconocen(desconocemos) el Real Decreto que regula las Ayudas a los municipios. Partiendo de esa premisa, decir también que desconocemos los "doce" proyectos ( conocemos algunos, de los que mas se ha hablado, como puede ser el caso del Retén de la Policía, las obras en el Centro Social, la renovación de iluminación en algunas calles de la localidad... y nada más) porque la derecha gobernante no ha tenido " a bien", informar al populacho (si la obligación de los políticos es informar, ¿ no se debe informar de todo y de forma habitual, y no cuando se contesta a las tribunas de los Concejales/as Socialistas?, ¿no cree señor Berenguer?) sobre las "prioridades" que estudiaban a la hora de presentar propuestas al gobierno (socialista) del Estado.
La verdad es que no me sorprende que no hayan contado con los grupos de la oposición municipal, pues como ya he dicho en alguna ocasión, estos chicos de la derecha "gestionadora", se consideran investidos por un poder supremo para tomar decisiones en nombre de los demás únicamente por haber ganado unas elecciones, como si eso diese patente de corso durante cuatro años. No me extraña que no haya pensado en cuestiones sociales para invertir ese dinero que, dicho sea de paso, no es suyo, es de todos/as los/as Campelleros/as, pues la sensibilidad seguramente la disimulan bien, cuando sin sonrojo suprimen (si, ya, temporalmente...pero suprimen) ayudas de comedor, o se permiten el lujo de decirle a los/as trabajadores/as municipales que si quieren mejoras, deben renunciar a derechos ya consolidados, o que su única actuación en materia de Mayores sea llevárselos a todos/as de jarana una vez al año. Para este viaje, no hacen falta Concejales/as de Tercera Edad o de Servicios Sociales...¿a que no?.
Pero, paralelamente a todo esto, ocurre algo de lo que somos culpables todos/as los que estamos metidos en este berenjenal que es la política: la gente normal, la gente de la calle, pasa absolutamente de todo, o lo disimula perfectamente cuando no sale a la calle armada de razones y le dice al gobierno municipal de qué mal tiene que perder las elecciones. y somos culpables porque hemos convertido la acción política en gestión administrativa. Nos hemos transformado en apéndices de la administración, únicamente preocupados de la lectura de expedientes e informes que de lo que realmente siente la gente normal, la de la calle, la que tiene problemas para llenar la nevera, la que siente preocupación cuando sus hijos/as adolescentes no tiene donde ir en sus ratos de ocio ( si, ya lo se, una vez al mes o dos a lo sumo se celebra un acto...llamémosle, simbólico para los jóvenes), que no sabe que hacer con sus padres o madres mayores ya, a los que tiene que cuidar, junto (seguramente se dará el caso) con algún crío/a que todavía no está escolarizado. No escuchamos a la gente y, lo peor, no les decimos diariamente que estamos ahí para luchar por ellos. No por los promotores, no por los especuladores, sino por ellos/as. Que nuestro compromiso se traduce en un trabajo cotidiano junto a ellos, con el objetivo de que tomen conciencia de su verdadero poder, un poder que puede transformar la realidad a la que nos condena una derecha que, sin pena ni gloria, pasa la legislatura vendiendo humo y pandereta, pero que recoge los frutos electorales de su estrategia fundamental: el marketing político.
Nuestro trabajo es, SI denunciar públicamente las trastadas municipales de la derecha, pero también presentar y publicitar nuestras propuestas. Llueve sobre mojado, ya lo se, pero es es necesario que reflexionemos todos/as sobre qué hacemos y cómo lo estamos haciendo. Sacar conclusiones y ponernos a trabajar en construir.
Para finalizar simplemente volver a reflexionar ( lo hago a menudo) sobre la necesidad de unir esfuerzos, de arrimar el hombro, de la obligación moral que la izquierda tiene de tirar del carro desde la unidad. Más que nunca es necesario establecer un dialogo permanente que fructifique en...¡lo que sea, pero que fructifique!. Que unifique propuestas programáticas y que plantee un frente único ante la derecha, hoy más unida que nunca en sus intereses. Una unidad que, al margen del interés de cada organización, ponga sobre la mesa un proyecto de izquierdas que vuelva a ilusionar a las gentes que, aunque en su fuero interno, creen que la única salida de éste largo pasillo que nos dibuja la derecha gobernante, es la izquierda.
Ilusión: toda. Ganas: todas. Ahora hay que poner los medios y, sin más dilación, ponernos a trabajar, debatiendo hasta la saciedad, pero demostrándoles a los/as Campelleros/as ( a los jóvenes, a los mayores, a los trabajadores y trabajadoras...) que tenemos mucho que decir, y lo vamos a hacer no solo en la prensa, sino en la calle, en nuestra(s) sede(s), con discusión, debate y democracia, pues no hay otra manera.
Saludos Socialistas.
La verdad es que no me sorprende que no hayan contado con los grupos de la oposición municipal, pues como ya he dicho en alguna ocasión, estos chicos de la derecha "gestionadora", se consideran investidos por un poder supremo para tomar decisiones en nombre de los demás únicamente por haber ganado unas elecciones, como si eso diese patente de corso durante cuatro años. No me extraña que no haya pensado en cuestiones sociales para invertir ese dinero que, dicho sea de paso, no es suyo, es de todos/as los/as Campelleros/as, pues la sensibilidad seguramente la disimulan bien, cuando sin sonrojo suprimen (si, ya, temporalmente...pero suprimen) ayudas de comedor, o se permiten el lujo de decirle a los/as trabajadores/as municipales que si quieren mejoras, deben renunciar a derechos ya consolidados, o que su única actuación en materia de Mayores sea llevárselos a todos/as de jarana una vez al año. Para este viaje, no hacen falta Concejales/as de Tercera Edad o de Servicios Sociales...¿a que no?.
Pero, paralelamente a todo esto, ocurre algo de lo que somos culpables todos/as los que estamos metidos en este berenjenal que es la política: la gente normal, la gente de la calle, pasa absolutamente de todo, o lo disimula perfectamente cuando no sale a la calle armada de razones y le dice al gobierno municipal de qué mal tiene que perder las elecciones. y somos culpables porque hemos convertido la acción política en gestión administrativa. Nos hemos transformado en apéndices de la administración, únicamente preocupados de la lectura de expedientes e informes que de lo que realmente siente la gente normal, la de la calle, la que tiene problemas para llenar la nevera, la que siente preocupación cuando sus hijos/as adolescentes no tiene donde ir en sus ratos de ocio ( si, ya lo se, una vez al mes o dos a lo sumo se celebra un acto...llamémosle, simbólico para los jóvenes), que no sabe que hacer con sus padres o madres mayores ya, a los que tiene que cuidar, junto (seguramente se dará el caso) con algún crío/a que todavía no está escolarizado. No escuchamos a la gente y, lo peor, no les decimos diariamente que estamos ahí para luchar por ellos. No por los promotores, no por los especuladores, sino por ellos/as. Que nuestro compromiso se traduce en un trabajo cotidiano junto a ellos, con el objetivo de que tomen conciencia de su verdadero poder, un poder que puede transformar la realidad a la que nos condena una derecha que, sin pena ni gloria, pasa la legislatura vendiendo humo y pandereta, pero que recoge los frutos electorales de su estrategia fundamental: el marketing político.
Nuestro trabajo es, SI denunciar públicamente las trastadas municipales de la derecha, pero también presentar y publicitar nuestras propuestas. Llueve sobre mojado, ya lo se, pero es es necesario que reflexionemos todos/as sobre qué hacemos y cómo lo estamos haciendo. Sacar conclusiones y ponernos a trabajar en construir.
Para finalizar simplemente volver a reflexionar ( lo hago a menudo) sobre la necesidad de unir esfuerzos, de arrimar el hombro, de la obligación moral que la izquierda tiene de tirar del carro desde la unidad. Más que nunca es necesario establecer un dialogo permanente que fructifique en...¡lo que sea, pero que fructifique!. Que unifique propuestas programáticas y que plantee un frente único ante la derecha, hoy más unida que nunca en sus intereses. Una unidad que, al margen del interés de cada organización, ponga sobre la mesa un proyecto de izquierdas que vuelva a ilusionar a las gentes que, aunque en su fuero interno, creen que la única salida de éste largo pasillo que nos dibuja la derecha gobernante, es la izquierda.
Ilusión: toda. Ganas: todas. Ahora hay que poner los medios y, sin más dilación, ponernos a trabajar, debatiendo hasta la saciedad, pero demostrándoles a los/as Campelleros/as ( a los jóvenes, a los mayores, a los trabajadores y trabajadoras...) que tenemos mucho que decir, y lo vamos a hacer no solo en la prensa, sino en la calle, en nuestra(s) sede(s), con discusión, debate y democracia, pues no hay otra manera.
Saludos Socialistas.
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