En principio, el encabezamiento de esta entrada, a mi, que soy el redactor, me parece poco apropiado, pero lo voy a mantener. Y lo voy a hacer, porque a las cosas hay que llamarlas por su nombre.
La coyuntura histórica en la que la IS moderna nace ( Largo Caballero encabezó la primera oposición de izquierdas en el PSOE)no solo no ha variado, sino que se ha profundizado. Los peligros que el compañero J.L Gomez Llorente apuntaba siguen, no solo vigentes, sino en la cúspide de los objetivos del partido ( las instituciones por encima de todo, el PSOE como una máquina electoral únicamente, y el "culto" a la personalidad inducido, creo yo, por un problema de ausencia de convicciones firmes que ha de ser compensado con el apoyo de un líder todo poderoso, infalible y casi ubicuo).
Pero, el talante de consenso que tras el 28 congreso demostramos los socialistas de izquierdas no solo no ha sido tenido en cuenta, sino que se nos ha obviado al punto de existir casi exclusivamente para cubrir el apartado de la pluralidad critica en el seno del partido. Vamos, que se nos consiente, pero poco.
Digo lo que digo, y lo que voy a decir a continuación, porque sí, esta bien que expresemos públicamente nuestra posición sobre tal o cual tema, que publiquemos nuestras ideas y propuestas pero ¿para quién, para qué?
Si en verdad asumimos nuestro compromiso como socialistas de izquierdas ( marxista, porque no) con la transformación, en primer lugar del partido, para que este pueda ser el instrumento para transformar la sociedad, debemos asumir la construcción de una mayoría en el partido. Una mayoría que gane congresos, asambleas y tenga capacidad de influir, pero de verdad. Nuestro debate ideológico es gratificante, pero no puede quedar en el onanismo político, dándonos satisfacción moral y espiritual únicamente a nosotros/as. Estamos en el PSOE para que el partido sea útil a la clase trabajadora en la construcción de un régimen que supere la barbarie económica, social y moral que supone el capitalismo. Estamos en el PSOE, a diferencia de otros/as que engrosan la mayoría, para servir al socialismo y no servirnos de nuestra organización para otros fines que no sean la construcción del socialismo. Y, creo que ha llegado la hora de que tomemos conciencia de que, ese asalto al poder por convicción, por ideología y porque no es posible de otra forma, es necesario cuanto antes. Y para eso tenemos que crecer. Tenemos que hacer que la sociedad visualice que dentro del PSOE, con absoluta lealtad a las decisiones democráticas de nuestra organización, existe un sector que, lejos de acomodarse y vivir al rebufo de los acontecimientos, aspira a cambiar el rumbo del partido para variar la historia de los/as trabajadores/as, para poner en sus manos el poder y, por consiguiente, el futuro.
Creo que debemos ser serios en nuestro trabajo político, asumir que nos ha tocado el ingrato ( de momento) papel de "pepito grillo", pero que esto no debe ni puede ser siempre así. Que debemos sumar compañeros y compañeras a nuestro proyecto de cambio interno, que debemos crecer numéricamente en todos los ámbitos de la organización para que esa izquierda que preconizamos, pueda llegar a ser real algún día, a través de la democracia interna, sin más ambición que, como decía, convertir al partido en la vanguardia de los/as trabajadores, mujeres, emigrantes, asalariados/as, parados/as, mileuristas...en definitiva, nuestra gente, la que nos da el motivo de existir como partido obrero.
Seguro que volveremos a opinar y repetir lo que en estas páginas he intentado expresar, pero no me importa, creo en el socialismo y creo que la vía que hemos elegido los/as militantes del PSOE a través de Izquierda Socialista es la acertada, por no decir la única o casi.
SALUD Y SOCIALISMO.
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