Las obras del gasoducto atraviesan el entorno sin explorar de la villa romana
Es cierto. Ahora no toca hablar de cuestiones serias, trascendentales...ahora toca hablar de fiesta. Pero voy a saltarme esta máxima y me voy a larzar al vacio que supone cuestionar de forma machacona la existencia de un gobierno municipal y sí el apalancamiento en el poder de un grupo de malos/as gestores, malos/as políticos y vecinos/as que, en beneficio de ese sufrido "pueblo", siguen trincando para sus bolsillos sin ninguna vergüenza.
La canalización del gas ciudad, la haga quien la haga, debería contar con la posición municipal, siempre que quien ocupa el sillón mullido de la Alcaldía/Diputación provincial, tubiera algo de criterio. Debería contar con una corporación adormecida y vacilante que dando un paso adelante, da dos pasos atras sin ningún rubor y, lo peor, sin ninguna contestación ( sí, he dicho sin ninguna contestación).
Ya nos pasó con la obra del Tranvia. La Consellería dijo cuando, como y por donde, otorgándo la corporación y callando ante lo que suponía y supone la renuncia a una de las reivindicaciones históricas de El Campello: LA SOTERRACIÓN DEL TRENET A SU PASO POR EL CASO URBANO. Pero claro, unos/por el qué dirán, y los otros obedientes esbirros de su amo centralista-valenciano.
Esto seguirá siendo así hasta que no abandonen el Ayuntamiento los inquilinos que están esquilmándolo y condenando a su pueblo a la indigencia social, cultural, económica...Están condenando a un pueblo silencioso y poco dado a la irascibilidad política a un no futuro. Pero,según reza el dicho popular ( con perdón): se tiene lo que se merece. ¿O no es así?. ¿Seguro?. Pues no.
Ni yo, ni mi familia, ni mis amigos, ni los trabajadores y trabajadoras de El Campello se merecen lo que tienen, lo que las urnas dieron como resultado hace dos años. Y ya es hora de removerse en la silla y levantar el culo para echar una mano, para arrimar el hombro en un nuevo proyecto que sustituya radicalmente lo que hay. Un proyecto basado en la democracia más radical, en la transformación del tejido económico, en el urbanismo saludable y sostenible... y en tantas cosas que nos llevaría demasiado tiempo y espacio para exponerlas.
No obstante, soy optimista, pues si no fuera así, no podría seguir luchando por lo que creo: el socialismo.
SALUD Y SOCIALISMO.
La canalización del gas ciudad, la haga quien la haga, debería contar con la posición municipal, siempre que quien ocupa el sillón mullido de la Alcaldía/Diputación provincial, tubiera algo de criterio. Debería contar con una corporación adormecida y vacilante que dando un paso adelante, da dos pasos atras sin ningún rubor y, lo peor, sin ninguna contestación ( sí, he dicho sin ninguna contestación).
Ya nos pasó con la obra del Tranvia. La Consellería dijo cuando, como y por donde, otorgándo la corporación y callando ante lo que suponía y supone la renuncia a una de las reivindicaciones históricas de El Campello: LA SOTERRACIÓN DEL TRENET A SU PASO POR EL CASO URBANO. Pero claro, unos/por el qué dirán, y los otros obedientes esbirros de su amo centralista-valenciano.
Esto seguirá siendo así hasta que no abandonen el Ayuntamiento los inquilinos que están esquilmándolo y condenando a su pueblo a la indigencia social, cultural, económica...Están condenando a un pueblo silencioso y poco dado a la irascibilidad política a un no futuro. Pero,según reza el dicho popular ( con perdón): se tiene lo que se merece. ¿O no es así?. ¿Seguro?. Pues no.
Ni yo, ni mi familia, ni mis amigos, ni los trabajadores y trabajadoras de El Campello se merecen lo que tienen, lo que las urnas dieron como resultado hace dos años. Y ya es hora de removerse en la silla y levantar el culo para echar una mano, para arrimar el hombro en un nuevo proyecto que sustituya radicalmente lo que hay. Un proyecto basado en la democracia más radical, en la transformación del tejido económico, en el urbanismo saludable y sostenible... y en tantas cosas que nos llevaría demasiado tiempo y espacio para exponerlas.
No obstante, soy optimista, pues si no fuera así, no podría seguir luchando por lo que creo: el socialismo.
SALUD Y SOCIALISMO.
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