La derecha apela al mandato divino para diseñar
su programa electoral. Parten de la misma premisa que parte la organización
multinacional católica: la
fe. El elector, lxs ciudadanxs en general deben tener fé en algo que,
sin existir, se sabe de su existencia o se confía en ella.
El líder de la extrema derecha lanza soflamas a
su correligionarios para que su mensaje cale en el ideario colectivo como el
único que será capaz de sacar a éste país del marasmo económico en el que nos
ha metido la social derecha, pero omite la concreción necesaria y apela a la
confianza, pues otra cosa no puede hacer: el programa económico de la extrema
derecha se fundamenta en los mismos principios, pero elevados al cubo. Los
recortes travestidos de "racionalización u optimización" se están
viendo en las autonomías donde gobiernan: privatizaciones de servicios, preponderancia
de la gestión privada y de sus intereses ante el mantenimiento de derechos
fundamentales. Y a todo esto, la corte de creadores de opinión que rodean al
proto líder de la extrema derecha, le hacen aparecer como el "único
defensor" del estado del bienestar.
Ya el franquismo ( antecesor de los cachorros que
hoy dirigen el partido de la extrema derecha nacional) construyó un estado de
"beneficencia". Las organizaciones religiosas, los comedores
populares, la educación pública de ínfima calidad...¿qué más quiere la masa de
obreros y obreras, tener los mismos derechos que los que están destinados a
escribir las más nobles líneas de la historia de éste país ( banqueros,
terratenientes, especuladores en general...)?.
El matrimonio gay está en el ojo del huracán, el
aborto está en el filo de la navaja, la ley de dependencia no existe, tal y
como han demostrado sus dirigentes autonómicos, los derechos laborales son algo
discutible y susceptible de rebajarse hasta los límites de la esclavitud
económica y moral, el copago sanitario, educativo y hasta en justicia es algo
que asomará a lo largo de la legislatura en la que la extrema derecha aspira a
ser hegemónica. Entonces, ¿la ciudadanía en general asistirá impasible a esta
sucesión de tropelías de la extrema derecha sin mover un dedo, sin mover una
neurona?.
Hay que luchar contra el advenimiento del enésimo
pseudo dictador de la extrema derecha. Y hay que luchar con el arma de la
razón, de la ideología y de la justicia. Y eso solo lo puede hacer la
izquierda, de forma coordinada y acordada. Y en esta coyuntura, el patriotismo
sensiblero al que apela la social derecha, poco aporta, si exceptuamos la
consolidación del voto contra la resignación en beneficio propio: flaco favor
de una organización que, habiendo renunciado a la transformación de la realidad
social, vive arrodillada y pide a los demás que nos arrodillemos.
Salud y Socialismo.
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