No me opongo, ¡valgame...! a que celebremos el 31 aniversario de la constitución española. Quizá la izquierda tengamos más motivos para celebrar que otros que, en su momento, se opusieron o pasaron simplemente del texto constitucional, cuando no hicieron campaña en contra o por la abstención. Y tenemos más razones que otros, simplemente porque renunciamos a más, hicimos un esfuerzo mayor que otros sectores de la sociedad española que, representados en la ponencia constitucional, representaban 40 años de dictadura de clase y fascista.
Pero, nosotros, los que renunciamos a, por ejemplo, a la república como forma de gobierno, a la construcción de un estado federal ( un paso más allá del estado de las autonomias), tenemos la obligación moral de reivindicar el 14 de abril como una fecha que supuso un principio para la ilusión en este país. La ilusión de los que menos tenían y de los que más sufrian. La ilusión de los anafalbetos, de los obreros, de las mujeres... Nosotros, debemos reivindicar ese inicio de la constitución que, en tan poco espacio dice tanto: "España es una República de Trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia".
Y para terminar, simplemente decir que, el actual texto constitucional, al que tantos quieren meterle la reforma por lo sano, le queda tanto por desarrollar, que la principal prioridad debería ser esa: impulsar la parte social y desarrollar, por ejemplo el artículo 129.2:
Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción.
SALUD, SOCIALISMO Y ¡VIVA LA 3ª REPUBLICA!.
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