Me escribe Paco Aguilar, militante de Izquierda Socialista (IS), para matizar un aspecto de un artículo mío. No todos los socialistas son neoprogres que asumen sin más un discurso pretendidamente feminista, hembrista y progresista. Tiene razón, y me alegro enormemente de que siga existiendo Izquierda Socialista como conciencia del PSOE porque seguramente muchísimas personas ignoran que IS es una corriente interna del propio PSOE. Lo que sucede es que los postulados más conservadores del PSOE se lo han comido todo y ahora se nos presentan como la única izquierda. En efecto, son, de hecho y de derecho, la única izquierda visible. Pero hay otras que siguen hablando y que deben estar ahí para que no desaparezca toda esperanza de pasar de la derecha de Rouco Varela a la derecha de Rajoy y de ésta a la izquierdecha de ZP. Existió un PASOC (Partido de Acción Socialista), reducto del PSOE histórico, que fundó Izquierda Unida. Existió un PSP (Partido Socialista Popular), fundado por Enrique Tierno Galván, que acabó dentro del PSOE. Cuando Carrillo se tuvo que ir del PCE con sus fieles, constituyeron el Partido de los Trabajadores y, en efecto, terminaron casi todos trabajando para el PSOE. A algunos les dieron unas mesitas en las sedes socialistas y a otros los pusieron a hacer fotocopias. Una minoría tuvo más suerte y pisó moqueta. Existió una corriente de profesionales y profesores del PCE, a los que llamaban renovadores o “picos de oro”, por lo bien que hablaban. Terminaron en el PSOE. Luego, en IU volvieron a brotar los renovadores y al final los engulló el PSOE. Y ahora IU es una formación que procura recoger las migajas que le deja el PSOE. Cuando habla Llamazares es como si lo hiciera de nuevo un militante del PSOE, eso es lo que se llama un tonto útil.
El PSOE se tragó a Nicolás Redondo, líder de UGT, lo jodió a través de El País, lo desprestigió. Redondo declaró que se había arrepentido de haber apostado en Francia por Felipe González, cuando el partido se renovó y a Felipe, con el apoyo decisivo de Redondo, lo nombraron secretario general. El PSOE, más tarde, se cargó a Josep Borrell cuando pretendía en unas primarias ponerse al frente del partido, haciéndole la competencia a Joaquín Almunia, el preferido por el “aparato”. Borrell hablaba de reformas internas y de pronto aparecieron en El País unos reportajes de pequeñas irregularidades de colaboradores de Borrell cuando éste era ministro. Adiós a Borrell. A José María Mohedano le ocurrieron cosas extrañas también en el mundo político-mediático y se lo tragó la mano invisible de la historia.
Felipe González viajó a EEUU para recibir consignas (el dinero se lo daban, entre otros, los socialdemócratas alemanes quienes, a su vez, depuraron a sus Juventudes de toda tentación marxista) y en EEUU dijo aquello de que prefería morir en una calle ruidosa de Nueva York antes que en el tranquilo metro de Moscú. Lo comprendo, pero no lo decía en el sentido que yo puedo utilizar sino en el del oportunismo del hombre de Estado que se adapta a lo que hay y lo gestiona, lo administra, y el Poder le encargó el trabajo sucio de llevar a cabo, por ejemplo, las reconversiones industriales en España. Felipe fue y es un listo útil pero no es inteligente ni sabio, un político no tiene por qué serlo y sin embargo hay excepciones, como su amigo o ex amigo Alfonso Guerra, que nunca le gustó al Poder.
El guerrismo también terminó deglutido por esa viscosidad mediocre y electoral en que se ha convertido el PSOE. Lo mataron utilizando a la familia Guerra. Menos mal que queda Alfonso Guerra en pie, al que le ofrecen merecidos homenajes de vez en cuando pero en el PSOE todo el que habla de reformas y de socialismo perece en las fauces insaciables de su nomenklatura. ¿Qué se puede esperar de unas personas como Manuel Chaves, Rubalcaba o Gaspar Zarrías? Los he oído en vivo y en directo y me he dado cuenta del cinismo y la hipocresía que hay que tener para ser político de medio pelo, de cómo la mentira más absoluta triunfa. Y tiene su mérito también eso pero es despreciable comprobar cómo la gente se traiciona a sí misma.
Y además había que enterrar a sujetos que se expresen de forma parecida a la mía, que tengan memoria histórica, que se interesen más por lo inmediato en lugar de escarbar la tierra buscando a Lorca (también el PSOE se ha tragado a Lorca y a algunos de sus descendientes, igual que se ha tragado al andalucismo entero). Lo mismo le interesa al PCE y a IU, gente que no les diga que el PCE ha ido echando a todo librepensador o crítico a la calle, de forma explícita, por marginación o por entreguismo a lo que Marx llamó economicismo y electoralismo/parlamentarismo. IU y el PCE ahora, ahora mismo, no son una ilusión, sino una empresa para unos cuantos, una pequeña empresa, filial de la gran matriz, PSOE, S.L., que tampoco despierta ilusiones. Son empresas especiales, a las que los bancos les condonan deudas electorales millonarias para que no quiebren y la farsa pueda seguir. Luego ellas les devuelven el favor.
En lugar de los cerebros veteranos y menos veteranos pero pensantes, formados y coherentes, se ha levantado una superestructura con personas respetables pero que deberían estar en periodo de formación en lugar de haciendo uso de ligerezas supuestamente progresistas. Ha sucedido algo parecido a lo que el Mercado ha puesto en práctica: jubilaciones anticipadas, despidos, para dar paso a una juventud ambiciosa pero que por muy preparada que esté, actúa con la impulsividad y la ortodoxia de la ignorancia con la que proceden los jóvenes. No hay combinación veteranía-juventud, los veteranos sirven al Poder y forman a los jóvenes en este sentido pero dándoles juguetes con los que entretenerse para que aprendan a captar votos porque los votos son dinero e influencias, votos son gobiernos pero no mandos.
Ya hemos olvidado que el socialismo es una etapa evolutiva superior de la especie, nos centramos (se centran los oportunistas de turno) en lo inmediato, en la poltrona. El resultado es una sociedad con jóvenes abúlicos, con mayores y padres despistados y desconcertados y con una derecha que se fortalece porque estas bagatelas levantadas en nombre del progresismo sólo crean inseguridad y hostilidades. Los responsables del estado actual del mundo son estos neoprogres que se acuestan con el Poder, quieren ser como él, en lugar de contribuir al avance de la empatía y de la justicia. Por eso la carta de Paco Aguilar me ofrece una pequeña luz de esperanza aunque sospecho que sus inquietudes pueden terminar en alguna papelera y no precisamente del PP. El PP no me interesa, está superado por el conocimiento, como toda derecha; a mí me interesa que no me jodan más los principios y la ética que yo mismo me he dado libremente, echando a un lado el pensamiento mítico para adquirir, por convicción, otro más maduro.
Ramón Reig. Director del Departamento de Periodismo II. Universidad de Sevilla (España)
El PSOE se tragó a Nicolás Redondo, líder de UGT, lo jodió a través de El País, lo desprestigió. Redondo declaró que se había arrepentido de haber apostado en Francia por Felipe González, cuando el partido se renovó y a Felipe, con el apoyo decisivo de Redondo, lo nombraron secretario general. El PSOE, más tarde, se cargó a Josep Borrell cuando pretendía en unas primarias ponerse al frente del partido, haciéndole la competencia a Joaquín Almunia, el preferido por el “aparato”. Borrell hablaba de reformas internas y de pronto aparecieron en El País unos reportajes de pequeñas irregularidades de colaboradores de Borrell cuando éste era ministro. Adiós a Borrell. A José María Mohedano le ocurrieron cosas extrañas también en el mundo político-mediático y se lo tragó la mano invisible de la historia.
Felipe González viajó a EEUU para recibir consignas (el dinero se lo daban, entre otros, los socialdemócratas alemanes quienes, a su vez, depuraron a sus Juventudes de toda tentación marxista) y en EEUU dijo aquello de que prefería morir en una calle ruidosa de Nueva York antes que en el tranquilo metro de Moscú. Lo comprendo, pero no lo decía en el sentido que yo puedo utilizar sino en el del oportunismo del hombre de Estado que se adapta a lo que hay y lo gestiona, lo administra, y el Poder le encargó el trabajo sucio de llevar a cabo, por ejemplo, las reconversiones industriales en España. Felipe fue y es un listo útil pero no es inteligente ni sabio, un político no tiene por qué serlo y sin embargo hay excepciones, como su amigo o ex amigo Alfonso Guerra, que nunca le gustó al Poder.
El guerrismo también terminó deglutido por esa viscosidad mediocre y electoral en que se ha convertido el PSOE. Lo mataron utilizando a la familia Guerra. Menos mal que queda Alfonso Guerra en pie, al que le ofrecen merecidos homenajes de vez en cuando pero en el PSOE todo el que habla de reformas y de socialismo perece en las fauces insaciables de su nomenklatura. ¿Qué se puede esperar de unas personas como Manuel Chaves, Rubalcaba o Gaspar Zarrías? Los he oído en vivo y en directo y me he dado cuenta del cinismo y la hipocresía que hay que tener para ser político de medio pelo, de cómo la mentira más absoluta triunfa. Y tiene su mérito también eso pero es despreciable comprobar cómo la gente se traiciona a sí misma.
Y además había que enterrar a sujetos que se expresen de forma parecida a la mía, que tengan memoria histórica, que se interesen más por lo inmediato en lugar de escarbar la tierra buscando a Lorca (también el PSOE se ha tragado a Lorca y a algunos de sus descendientes, igual que se ha tragado al andalucismo entero). Lo mismo le interesa al PCE y a IU, gente que no les diga que el PCE ha ido echando a todo librepensador o crítico a la calle, de forma explícita, por marginación o por entreguismo a lo que Marx llamó economicismo y electoralismo/parlamentarismo. IU y el PCE ahora, ahora mismo, no son una ilusión, sino una empresa para unos cuantos, una pequeña empresa, filial de la gran matriz, PSOE, S.L., que tampoco despierta ilusiones. Son empresas especiales, a las que los bancos les condonan deudas electorales millonarias para que no quiebren y la farsa pueda seguir. Luego ellas les devuelven el favor.
En lugar de los cerebros veteranos y menos veteranos pero pensantes, formados y coherentes, se ha levantado una superestructura con personas respetables pero que deberían estar en periodo de formación en lugar de haciendo uso de ligerezas supuestamente progresistas. Ha sucedido algo parecido a lo que el Mercado ha puesto en práctica: jubilaciones anticipadas, despidos, para dar paso a una juventud ambiciosa pero que por muy preparada que esté, actúa con la impulsividad y la ortodoxia de la ignorancia con la que proceden los jóvenes. No hay combinación veteranía-juventud, los veteranos sirven al Poder y forman a los jóvenes en este sentido pero dándoles juguetes con los que entretenerse para que aprendan a captar votos porque los votos son dinero e influencias, votos son gobiernos pero no mandos.
Ya hemos olvidado que el socialismo es una etapa evolutiva superior de la especie, nos centramos (se centran los oportunistas de turno) en lo inmediato, en la poltrona. El resultado es una sociedad con jóvenes abúlicos, con mayores y padres despistados y desconcertados y con una derecha que se fortalece porque estas bagatelas levantadas en nombre del progresismo sólo crean inseguridad y hostilidades. Los responsables del estado actual del mundo son estos neoprogres que se acuestan con el Poder, quieren ser como él, en lugar de contribuir al avance de la empatía y de la justicia. Por eso la carta de Paco Aguilar me ofrece una pequeña luz de esperanza aunque sospecho que sus inquietudes pueden terminar en alguna papelera y no precisamente del PP. El PP no me interesa, está superado por el conocimiento, como toda derecha; a mí me interesa que no me jodan más los principios y la ética que yo mismo me he dado libremente, echando a un lado el pensamiento mítico para adquirir, por convicción, otro más maduro.
Ramón Reig. Director del Departamento de Periodismo II. Universidad de Sevilla (España)
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