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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Libertad de información

Acogiéndose a la libertad de información, venimos asistiéndo a una verdadera ceremonia de confusión. Por un lado, las corporaciones empresariales privadas, que en nombre de la libertad de información mienten, difaman y difunden medias verdades siempre al servicio de los intereses e conómicos que les dan de comer. Por otro, la televisión pública que, pese a la mejora que ha tenido, peca en no pocas ocasiones de un exceso de celo. Para muestra un botón.
El otro día daban una noticia-reportaje sobre un productor de cocos en Cuba. Después de pormenorizar las penalidades de éste pequeño agricultor de más de setenta años, después de señalar cómo el gobierno le pagaba tarde y mal por su cosecha, apostillaba que, si su producción la hubiese vendido en el mercado privado, su margen de beneficio hubiera sido mayor. Esto es igual a lanzar la idea de que el mercado privado es mejor, pues permite margenes de beneficio mayores gracias a la "libre competencia". Esto es una falacia más de uno de los mejores instrumentos del sistema para afianzar en la opinión pública que el sistema público es pesado, lento y poco rentable, a diferencia de un sistema de beneficios privados. Pero lo que el reportaje no decía es que las penurias y penalidades del pequeño productor español son mucho mayores que las del digno productor cubano que, pese a todo, era definido en por el comentarista como un "ferviente defensor de la revolución". Sin intermediarios, sin especuladores que buscan su margen de beneficio....¿Qué ocurriría con el productor español su tubiese la oportunidad de vender su producción libremente, sin cortapisas de los organismos oficiales, sin el condicionante de los intermediarios?. Si el prqueño productor pudiese vender su producción directamente a los consumidores, principalmente los precios bajarían y el beneficio sería el justo para el productor. Esto lo omitió el reportaje, no por que no sea exacto o porque no se pueda demostrar, sino porque el sistema cree que el mercado es el único instrumento válido en las relaciones económicas de los ciudadanos y ciudadanas.
La constitución española, reformada en función de determinados intereses, promulga que se impulsará el acceso a los medios de producción de los y las trabajadores y trabajadoras. Si éste precepto constitucional (junto a muchos otros) tubiese rango de Ley, y las cooperativas de pequeños productores fueran en realidad dueños de los medios de producción, no solo se estaría profundizando en la igualdad, sino que la democracia económica (puntal de la democracia política pues sin ésta, la otra es una mera formalidad) incidiría en un concepto que ha caido en deshuso: la justicia social, ahora confundida con limosna de subsistencia.
Creo que la clase trabajadora adolece de algo que es fundamental: cultural democratica. Y ésto no supone que sepan qué votar o no, sino que tengan claro que la democracia es decidir qué producir y qué consumir, qué derechos nos asisten a los y las ciudadanos y ciudadanas, y que, la letra de la constitución es algo que debemos asumir como reto y prioridad, al menos en el caso de lo que dispone sobre que el poder emana del pueblo. Somos pueblo, y tenemos el poder. Ahora, ¿sabemos que debemos hacer para ejercerlo?. Pedagogía social hasta cansar. Pedagogía social hasta que seamos capaces de asumir que el hecho colectivo es fundamental y que está al mismo nivel que el hecho individual pues es la suma de intereses iguales. Que la competitividad no es luchar contra el hermano sino cooperar para ser más y mejores.
Todo un reto.

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