Los que tienen la deferencia de leer las
humildes opiniones que, tan amablemente tienen a bien publicarme en La Illeta , saben de mi afición
a opinar sobre cosas y casos que considero interesantes en nuestro municipio.
Y, aprovechándome de nuevo de la amabilidad de La Illeta , me gustaría
plantear dos iniciativas particulares que, a simple vista pudieran parecer poco
significativas pero que, para mi, son sintomáticas de iniciativas que emprender
algunos vecinos y las que debieran tomar nota los representantes políticos
municipales.
En primer lugar, los hechos. Diferentes vecinos
aprovechan la temporada de aceituna para recogerla de los olivos situados en
parcelas municipales. Si éstos vecinos no la recogiesen, seguramente serviría únicamente
para alfombrar los bajos de los olivos. Otro hecho: se han abierto en los
últimos meses diferentes mercadillos en la localidad, promoviendo una novedosa
movilidad ciudadana por las calles de nuestro pueblo, en una actividad
desconocida hasta ahora. ¿Insignificancias?. Quizá no tanto.
Un municipio con más de un veinte por ciento de
desempleo, que podríamos definir como estructural y no solo debido a la
“coyuntura” de la crisis especulativa del ladrillo; un municipio con una
economía basada en la estacionalidad que provoca la dependencia del turismo de
temporada; un municipio con un tejido comercial débil no solo por su propia
estructura sino también por la proximidad de grandes centros comerciales, como
mínimo, debería plantearse la búsqueda de alternativas económicas que
ofreciesen una posibilidad a los vecinos que más están sufriendo la crisis:
jóvenes, mayores de 50, mujeres, etc. Y en éste marco, y siendo propietario el
pueblo de El Campello de diversos solares ( algunos ocupados por actividades de
ocio agrícola), ¿sería descabellado pensar en la agricultura ( alternativa,
sostenible y ecológica, por ejemplo) como alternativa económica potenciada a
través del impulso de cooperativas, por ejemplo?. ¿Sería descabellado pensar en
que una posible herramienta de impulso comercial sería la celebración de
mercadillos específicos en un ya de por si deprimido centro urbano, para así
impulsar una cierta actividad económica?. ¿Sería descabellado impulsar la
formación de jóvenes y menos jóvenes en alternativas económicas, destinando
fondos públicos al impulso de iniciativas económicas locales en vez de hablar
de los “emprendedores” como si esto fuera una actitud al alcance de todos
cuando es todo lo contrario? (emprende, quien tiene ideas y fondos para hacerlo,
por lo que incentivar a los emprendedores a través de campañas y actos
similares, no garantiza, ni de lejos, la igualdad de oportunidades para todo
aquel o a aquella que tiene un idea y lo que precisa es ayuda, no una palmadita
en la espalda). Sería descabellado que, en vez de esperar con ansiedad la
resolución del asunto Universidad, los representantes locales, cogiesen el
maletín y se fuesen a buscar a inversores a cambio de buenas comunicaciones,
buenas infraestructuras ( que igual tenía que asumir el propio consistorio,
pero ¿y que?), etc?
Y una última cuestión. Si de verdad se quiere
ayudas a las familias que sufren la crisis sistémica, bien podría nuestra
corporación pensar en impulsar, con esos fondos de “superávit” de los que tanto
se habla, programas de fomento económico
y de empleo, del tipo de : bolsas de trabajo ( sin creación de plazas, pues la
ley lo impide) destinadas a trabajadores jóvenes, mujeres con cargas
familiares, parados y paradas de larga duración, etc, para atender servicios
municipales.
Y finalizo. Cuando ves iniciativas
particulares, se echa de menos la iniciativa municipal, la de los que deberían
representarnos pero que solo parecen ( y digo parece, desde una opinión
personal) representarse a ellos y sus intereses electorales. Se echa de menos,
quizá, un poco más de cercanía con las gentes que sobreviven en éste pueblo y
sobre todo, a los que vivirán en el en los años venideros: los jóvenes.
Y ahora si que finalizo, pero no puedo evitar
decir una última cosa: ¿existen los jóvenes?. Se les ve deambular por las
calles, sabemos que el instituto de secundaria está lleno de ellos, que incluso
en las diferentes universidades hay jóvenes de El Campello formándose pero,
¿existen realmente para los que nos representan?. Una pregunta: ¿Si hay ocio en un centro público para los Mayores (
cosa que me parece oportuna y justa a pesar de considerar que este colectivo
tiene otras necesidades que no se atienen de la misma forma), porqué no hay un
centro para el ocio de los jóvenes?. La respuesta que se me ocurre es demasiado
obvia.
Como decía, mi intención es solo opinar,
poniendo negro sobre blanco cosas que, incluso hasta a mi me parecen, en
principio, descabelladas, pero si uno se para a pensarlo, igual no lo son
tanto, ¿no?.
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