La confrontación estaba servida. El Gobierno se tenía que enfrentar a un Parlamento, cuyo máximo exponente lo encarna la derecha, representante de si misma, de los intereses de esa "grande y libre" España, de las oligarquías, la iglesia y demás elementos de la reacción patria. A mi, personalmente, el discurso del Presidente, aun considerándolo correcto ( en la línea), considero que carece de ese necesario compromiso con la clase trabajadora, salvo en lo dialectico.
Lo que realmente hacía falta hoy en el parlamento, era un Gobierno, socialista, que armado con la razón de la mayoría trabajadora, anunciara el fin, no de la crisis, sino del pasteleo con los poderosos ( por considerarlos necesarios en el retorno de la tranquilidad a los mercados, algo que parece axioma inevitable). Hacia falta una propuesta a l@s trabajadores y trabajadoras sobre fiscalidad, anunciándoles que la progresividad se convertiría en algo más que una palabra y que los ricos y muy ricos pagarían el fortalecimiento del Estado del Bienestar. Hacía falta un anuncio sobre el control del gasto en las administraciones autonómicas y locales, recordándole a la diestra demagógica que no puede uno erigirse en paladín de la racionalidad económica ( recorte de gasto en personal y altos cargos) y no aplicarlo donde se gobierna ( por ejemplo, El Campello, ¿podría servir?).Anunciar desde la tribuna que el mercado de trabajo sí se va a reformar, pero para garantizar mayores y mejores derechos, no haciéndo recaer el mantenimiento de la jubilación en las espaldas de l@s trabajadores y trabajadoras, sino de las grandes fortunas especulativas y de los que cobran salarios con demasiados ceros.
Hoy hacia falta un discurso que se centrara en los trabajadores y trabajadoras, asegurándoles a l@s parad@s, como mínimo el salario mínimo y una fuerte inversión en formación y reciclaje. Un anuncio sobre el fin de los conciertos educativos y, ¡ por fín! todo el dinero público para la educación pública. Un anuncio sobre una urgente regulación de la sanidad, impidiendo que las comunidades de la diestra privaticen ese derecho fundamental. Un anuncio, mirándo a la derecha ( ya sea catalana, vasca o de la meseta) asegurándoles que nadie, nunca, pagará un centimo ( copago) por los servicios de salud. Un anuncio retirando la competencia en materia de Dependencia a las comunidades que, incumpliendo todos los acuerdos, se embolsan los dineros y los dilapidan, por ejemplo en torneos de tenis televisados o grandes premios de formula uno en las calles de valencia. ¿Sirve el ejemplo?.
Pero no ha sido posible. Y lo que no ha sido tampoco posible es oír desde los bancos de la derecha patria más que sandeces y gilipolladas. Propuestas, ni una. ¿Porqué?. simplemente porque les da verugüenza ser tan de derechas. Porque los que les pide el cuerpo es aplicar recortes en sanidad, en educación, en servicios sociales en beneficio de ese mercado, que, no lo olvidemos, es el mismo que hasta hace poco amasaba fortunas al abrigo de un globo que, aunque haya reventado, a ellos ni les ha salpicado.
Esperaba un anuncio sobre el establecimiento de una oficina del ICO en cada localidad mayor de diez mil habitantes para contrarestar la usura de las entidades financieras. Tampoco ha sido posible.
No obstante, y visto lo visto ( salvando ciertos discursos de la izquierda parlamentaria, porque del odioso ser de la R.D, mejor no hablar), es mejor sentar en torno a una mesa a ER, IU-IC, BNG, NB, que a los buitres de la derecha carroñera, que es lo que hoy han demostrado.
Más izquierda no haría daño a nadie, excepto a los que tiene que hacerselo, cosa que, evidentemente, no solo no sentiría, sino que apoyaría con todas mis fuerzas, regocijándome en su dolor, pues eso significaría que, por fín, l@s trabajadores y trabajadoras estamos en la primera línea de objetivos de nuestro gobierno.
SALUD Y SOCIALISMO.
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