Martes 17 de febrero de 2009, por Gonzalo Revilla
Buenas ¿qué desea?
Soy el técnico de la economía…
Si, lo recuerdo de otras veces, pero…
Vengo a repararla…
¿…cómo? Verá, yo no he llamado a nadie…
Ya, ya, no importa… ¿me permite que pase?
Bueno, pero… verá usted, es que no quiero arreglar la economía…
No diga tonterías hombre, hay que arreglarla… ésta es ¿verdad?
Sí, claro, pero le repito que no pensaba arreglarla, iba mal, hacia tiempo que quería cambiarla…
Imposible, hay que arreglarla, tenga, sujete esto…
Oiga, insisto, esta economía estaba mal, centrifugaba a lo bestia, así que ahora no tengo intención de arreglarla, quiero encontrar otra que funcione mejor…
Pero bueno ¿sabe ya como?
No, no se aún, cualquier cosa mejor que esto…
Nada, hombre, nada, deme ese trapo, cuando lo tenga claro ya hablamos de cambiarla, pero ahora será mejor que miremos esto…
¡Oiga, salga de ahí!, deje eso, le he dicho que no quiero que la repare…
Y yo le repito: tenemos que reactivar esta economía, es importante que siga funcionando, centrifugando mal o bien, en cualquier caso no puede estar parada… así que deje trabajar a los profesionales….
¿Profesional usted? Le recuerdo que estuvo aquí hace un par de meses y me dijo que estaba perfecta, que “funcionaba como un reloj”, fueron sus palabras exactas… no parece eso muy profesional ¿no cree?
Veo que es usted uno de esos…
¿Uno de esos? ¿a qué se refiere? ¿quienes son “esos”?
Pues los que no quieren arreglar la economía, los que piensan que es preferible buscar alternativas a una máquina tan eficaz, los que…
¡Espere un poco! ¿De qué está hablando? Tan sólo le digo que no quiero arreglarla, que me parece que no funciona bien, que centrifuga en exceso, y que ahora que está rota es el momento de pensar en otra cosa…
Claro, claro… pero no sabe qué. Tome, éste es el presupuesto, y ya le digo que no queda más remedio…
¿El presupuesto? ¿Se supone que he de pagar esta cantidad para reactivar una economía que no quiero arreglar? ¿Está usted loco?
Bueno, sí, eso es lo que cuesta… deme esos tornillos de ahí…
Pero…. pero… ¿qué gano yo con esto? ¿Es que pretende tomarme el pelo?
Pues, siendo sinceros, usted no gana nada, absolutamente nada… deme los tornillos de una vez.
Tome, y por favor, deje eso, salga de ahí, y le digo que no pienso pagar nada…
No se preocupe por eso, ya se lo hemos descontado de su cuenta, agarre por ese extremo…
¿Por aquí, así…?
Eso es, muy bien, esto ya está casi… pronto estará centrifugando de nuevo…
Claro, centrifugará todo lo que pille, como siempre.
Todo no, menos a unos pocos…
¿Me centrifugará a mí?
Posiblemente
¿Aunque haya pagado la avería…?
Aunque la haya pagado.
Joder…
Bueno, esto está listo.
¡Ah! Gracias.
Ya me marcho.
Vale, hasta otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario