Hasta el FMI contempla ya la nacionalización de bancos como una medida que en determinados casos puede ser necesaria. Paul Krugman viene hablando de ello sin tapujos desde hace tiempo. Ayer, sin ir más lejos, leíamos un artículo suyo en El País en el que hacía algunas "sugerencias" a Obama en ese sentido ante la crítica situación de determinados bancos de EEUU.En España no parece que estemos en tesitura tan extrema, pero andamos dándole vueltas al hecho de que los bancos, habiéndose beneficiado de las medidas de apoyo financiero decretadas por el gobierno -tras sus buenos años de dividendos-, sin embargo no actúan como era de esperar a la hora de facilitar créditos a empresas e individuos. Siguen prefiriendo asegurarse sus espaldas, cubrir sus lagunas financieras, hacer acopio de reservas frente al crecimiento de la morosidad, etc. Y hasta el Presidente del gobierno pidiéndoles que pongan de su parte para que los créditos lleguen a donde tienen que llegar. Está visto que esas cosas no pueden dejarse a la "buena voluntad" de instituciones capitalistas por excelencias como son los bancos, que seguirán tratando de asegurar su margen de beneficios. Por el contrario, las contrapartidas que se les reclaman a las entidades financieras -también las cajas de ahorro- hay que reflejarlas normativamente en los decretos-leyes que establezcan nuevas medidas de apoyo financiero si las hubiera o que corrijan las ya aprobadas. Si unos tienen que nacionalizar, qué menos que exigir política y jurídicamente lo que se debe.
Y respecto a todo esto bien viene una reflexión con ejercicio de memoria histórica: los errores de la socialdemocracia estuvieron siempre vinculados a actitudes políticas timoratas, lo que llevaba, cuand menos, a llegar tarde. La crisis actual tiene ya tal cariz que no nos podemos permitir más tardanzas.
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