Manifestación sin credibilidad del PP

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Javier Arenas ha puesto especial empeño en la convocatoria de la manifestación que hoy ha hecho el PP en Málaga, diciendo que era contra el desempleo. La verdad es que su interés en luchar contra el paro tiene también motivos muy particulares, pues sabemos que Rajoy, su jefe, y él, por tanto, pueden ir a las listas del INEM -es un decir, pues más vale suponer que cualquier empresa de postín los contratará como asesores- si los cabecillas díscolos entre los populares acaban saliéndose con la suya en cuanto a las conspiraciones que urden contra su presidente. Más allá de ese precavido interés la manifestación de los populares en la Málaga de Francisco de la Torre y Celia Villalobos es poco creíble, lo cual es incluso mucho decir.

No es cuestión de número. Uno más o uno menos en la horquilla que va desde los 13000 que dice la policía y los 50000 que ha contado la organización, no afecta a la cuestión misma. La credibilidad no se mide al peso ni por gente en fila. ¿Es creíble una manifestación contra el desempleo sin apoyo de los sindicatos? ¿Dónde estaban los trabajadores, como colectivo representado, en la manifestación del PP? Alguien puede decir que la pregunta es retórica, pero no puede negar que los afectados por el paro estaban más bien ausentes de la calle Larios en el día de hoy.

Arenas y los suyos, multitudinariamente reunidos, al parecer, han hablado del Pacto por el Empleo que, por otra parte, no favorecen por ahora. Y entre sus propuestas estelares destaca con especial luminosidad la muy neoliberal de reducción de impuestos. No saben decir otra cosa, ya que aún no se le ha oído nada en concreto sobre las reformas estructurales que invocan. Es probable que piensen en reformas laborales del tipo de las sugeridas por sus mentores, y hasta por alguno puesto por nosotros al frente del Banco de España, pero está claro que una cosa como el abaratamiento del despido no da para lucimiento en pancartas.

Lo increíble de la manifestación "popular" viene nutrido desde la realidad misma. Podemos apostar lo que queramos que en las prietas filas de la manifestación, a la sombra de las banderas, no se hablaba de los parados, sino de los imputados por la trama de corrupción que desde Madrid parace extender sus ramas por otros muchos lugares de España, Andalucía incluida. Entre Boadilla del Monte y El Escorial estuvo el nudo de la cuestión y ahora muchos tratan de quitarse de en medio para no verse con la soga al cuello. Esperan, en el fondo, que Garzón apriete, pero no ahogue, sobre todo si explotan bien esa suerte de película que lo situaría entre La escopeta nacional de Berlanga y La caza de Carlos Saura. Entre tanto, lo único claro del PP es que, disimulando ante la corrupción y manifestándose contra el paro, su verdadero y único objetivo es situarse contra el PSOE. Todavía les falta más para enterarse que de falsedades no se vive y de que dando palos de ciego a la contra se hundirán en su propio cenagal.