El
candidato electo a la
Presidencia de la Generalitat , Ximo Puig, se ha puesto de espaldas
a la realidad y ha dado rienda suelta a una incontinencia verbal, hasta ahora,
propia de la derecha en cuanto a Podemos se refiere. El Secretario General,
Candidato, miembro de la Comisión Ejecutiva
Federal del PSOE y Secretario de “regeneración democrática”, ha comparado
(aunque haya pedido, de alguna manera, disculpas) a Podemos con el fascismo
Italiano. El argumento, o el recurso utilizado ha sido comparar el discurso de
Podemos con el del político italiano Caetano Mosca. ¿Porqué?. Fácil recurso si
se lee interesadamente la obra de Mosca. Este político teorizó sobre la
degeneración de la democracia, la clase política como élite y la lucha por la
preheminencia (control de las elites a la actividad política, burocratizando y
controlando el acceso de “elementos” externos). Pero, ¿porqué el Señor Ximos
Puig compara interesadamente la teoría de un autor caído en el campo de la
antidemocracia con Podemos?. Por una cuestión de desprestigio. Ha pedido
disculpas, pero la duda podría estar sembrada, con lo que el objetivo o intención
explícita ha confirmado la latente.
Es cierto
que Mosca no es un “paradigma” intelectual, pero el uso de sus teorías por el
político del PSPV-PSOE, si algo demuestra, es la perversidad de un lenguaje
utilizado de forma sesgada con el objetivo de denostar al adversario y así
crear un clima propicio a las posiciones de interés que representa.
Igualmente
podría haber utilizado argumentos de otros autores para defender la opción que
representa, que no es otra que la de una pieza fundamental y necesaria para el
mantenimiento del sistema; el mismo que una amplia capa de la sociedad
cuestiona, critica y abandona electoralmente por injusto, soberbio y excluyente.Pero le hubiera resultado difícil utilizar a intelectuales como Felipe Gonzalez, Zapatero, etc, por su nula aportación, ni intelectual, ni política.
Podría
haber utilizado argumentos, por poner un ejemplo, de Gramsci o de Altuser,
autores de izquierdas (comunistas) que hablaron de la hegemonía y la reproducción
del sistema hegemónico de un sistema, que es de clase. Pero es más fácil, de
cara al objetivo que perseguía, comparar con el fascismo que con determinados
intelectuales de izquierdas pues, por un lado, llega más rápidamente el mensaje a la
sociedad, y por otro , los propios argumentos intelectuales de Gramsci o de Althuser pondrían en evidencia el papel de su partido como "reproductor" de una sociedad cada día más injusta.
El Sr.
Puig, Secretario de Regeneración Democrática tendría que explicar a la ciudadanía
( el y su Secretario General electo) el sentido de esta secretaria. ¿Qué
democracia quiere regenerar?. Para regenerar, primero hay que mirar qué y quién
generó el hecho concreto ( la democracia representativa de corte liberal), en qué
momento histórico y cuales han sido los resultados de lo que se generó: no se
puede regenerar algo que no se generó, y si la pretensión es regenerar, por
ejemplo, el espíritu de la transición, debería hablar igualmente del tutelaje
de los poderes fácticos franquistas que impidieron que la forma de estado fuese
más avanzada o que se impusiese el olvido y el triunfo del revanchismo de los
golpistas del 36. Debería hablar de las limitaciones de la democracia que
impuso un régimen político de derechos e igualdades formales, pues en la
constitución que “disfrutamos” son mera retórica (empleo, vivienda, igualdad
ante la ley…).
Por otro
lado, en el PSOE existe la figura psicológica del “poli bueno y poli malo. La
salida de M.de la Rocha
afirmando que Podemos no es el adversario, y quitando hierro a la comparación
de Ximo Puig con el fascismo es una muestra de esa personalidad bipolar que “disfrutan”
en el centenario partido. Efectivamente; podemos, es una fuerza emergente que
debería preocupar a los nuevos dirigentes del PSOE, ya que con un discurso
claramente anticapitalista ( antisistema para las piezas del aparato),
cuestiona una democracia que cada día representa menos a más. Deberían
preocuparse porque ese referente que en su día fue el PSOE para los hombres y
mujeres progresistas está, como dice el himno, “cambiando de bases”, y
seguramente, para quedarse.
Victima del
PSOE fue, antes que Podemos, el Partido Comunista ( posteriormente IU), por
poner en evidencia el entreguismo y seguidismo de una organización que pasó de
ser instrumento de transformación a empresa electoral al servicio del sistema. Ahora
le toca a Podemos, pensando el estratega de Blanquerias que de esta manera el
voto de EUPV en el País Valenciano se estabilizaría y, de alguna manera, su argumento (soberbio) frenaría la huída electoral hacia la organización emergente, pensando, iluso, que
los posibles y futuros pactos que necesitará serán más sencillos con EUPV que
con Podemos; ingenuo y soberbio al considerar que EUPV será más manejable que
ese grupo “antisistema” de imprevisible actuación y difícil catalogación.
Humildemente
le daría, no un consejo ( ¡que los dioses me libren de la soberbia de dar
consejos!) sino una opinión: céntrese en su partido y en diseñar un proyecto
político lo suficientemente espacioso para que EUPV, Compromis e incluso
Podemos puedan caber o, irremediablemente, fracasará y, por ende, nos condenará
a los valencianos y valencianas a una prolongación mayor del calvario que han
supuesto estos veinte años de gobierno reaccionario y corrupto de la derecha. Preocúpese porque igual le toca a Ud. apoyar a un Presidente o Presidenta de otro partido porque la realidad les ha pasado por encima. Céntrese
en “regenerar” sus agrupaciones locales cuyo papel en la política local cada día
es más irrelevante, por “obra y gracia” de la soberbia, la ausencia de autocrítica
y la primacía de intereses no políticos.
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