Hay dos tipos de actuaciones políticas en materia de servicios básicos: las de interés y las necesarias. Las de interés podríamos definirlas como aquellas en las que el partido en el gobierno saca rendimiento electoral o partidario y que a pesar de no venir a cubrir prioridades o necesidades básicas, se realicen cueste lo que cueste. El mejor ejemplo, la piscina.
Por otro lado están las actuaciones necesarias. Estas son las que se realizan, de forma planificada, con el objetivo de cubrir las necesidades básicas y prioritarias de la sociedad. Por ejemplo, la Escuela Infantil de 0 a 3 años.
Creo que la diferencia entre las dos acciones queda meridianamente clara, incluso para los más recalcitrantes defensores de la política de escaparate y disparate que desarrolla la derecha en el poder.
La defensa del interés de determinadas actuaciones, en ocasiones choca con la de otras, que siendo necesarias, se antojan menos "interesantes" electoralmente. La lectura de las necesidades sociales, desde la izquierda, debe ser no solo más clara y comprometida, sino más contundente en el caso de que la derecha pretenda sustituir la necesidad de crear las condiciones para la consecución de una sociedad igualitaria, por la del interés partidista justificado con demagógica barata como "era un compromiso electoral".
La izquierda, cuyo objetivo sea reformar profundamente la sociedad, priorizando la cobertura de servicios básicos como una sólida estructura de igualdad social y económica, no puede andarse con contemporizaciones como las que se han mantenido en el tema de la piscina: todos estamos de acuerdo, y nosotros lo venimos pidiendo desde hace... . No es de recibo que no haya circulado por nuestro pueblo un documento diciendo que SI, que la piscina hay que construirla, pero que para vertebrar socialmente nuestro pueblo, para garantizar la igualdad, para que la calidad de vida sea una prioridad, antes hay que acometer otras actuaciones. Nadie ha dicho en foro alguno que hay alternativas ( algunas de ellas se han ido apuntando en diferentes escritos y/o tribunas informativas, sin que hayan tenido más relevancia), nadie ha construido un discurso crítico con el objetivo de sacar a la sociedad del adormecimiento complaciente con la que esta mira de reojo las acciones de la derecha gobernante.
No es posible mantener una posición coherente si no se lanzan las propuestas a debate, si no se promueven un cierto sentido crítico, estimulado desde la existencia de alternativas. No se puede buscar el aplauso, cuando se trata de asuntos tan serios para el futuro de un pueblo.
Y, ante todo esto, el discurso del "que puedo hacer yo", debe dejar paso al "yo lo voy a hacer". No se tienen los mismos instrumentos ocupando un cargo público que siendo simplemente militante de carné, y eso lo se hasta yo que soy bastante obtuso. No se puede uno plegar al estructuralismo jerárquico como excusa. Se debe asumir una responsabilidad, como vecino y como socialista. Y eso ha de provocar que nos lancemos a la calle, al menos, a intentar remover conciencias enarbolando un discurso diferenciado y diferente, un discurso coherente y contundente ante la derecha.
O la izquierda rompe la dinámica institucionalista y recupera mínimamente el pulso de la sociedad, de la clase trabajadora, de las mujeres y los jóvenes... O se hace ya, o mañana será tarde, pues la derecha seguirá consolidando su posición de ÚNICA posibilidad de gobierno municipal. ¿Derrotismo?. No, realismo.
Existe una larga lista de actuaciones necesarias que confrontar con las de interés. Únicamente tenemos que sentarnos, decir si queremos seguir el ritmo de la sociedad ( el idiotizamiento progresivo es un hecho) o queremos cambiar el rumbo, girando en redondo hacia una acción institucional y política radicalmente diferente. Este pueblo lo necesita con urgencia, aunque la duda es, ¿están dispuestos los partidos y representantes públicos a romper con esta dinámica perversa y construir en vez de seguir a rémora de la derecha?.
Por otro lado están las actuaciones necesarias. Estas son las que se realizan, de forma planificada, con el objetivo de cubrir las necesidades básicas y prioritarias de la sociedad. Por ejemplo, la Escuela Infantil de 0 a 3 años.
Creo que la diferencia entre las dos acciones queda meridianamente clara, incluso para los más recalcitrantes defensores de la política de escaparate y disparate que desarrolla la derecha en el poder.
La defensa del interés de determinadas actuaciones, en ocasiones choca con la de otras, que siendo necesarias, se antojan menos "interesantes" electoralmente. La lectura de las necesidades sociales, desde la izquierda, debe ser no solo más clara y comprometida, sino más contundente en el caso de que la derecha pretenda sustituir la necesidad de crear las condiciones para la consecución de una sociedad igualitaria, por la del interés partidista justificado con demagógica barata como "era un compromiso electoral".
La izquierda, cuyo objetivo sea reformar profundamente la sociedad, priorizando la cobertura de servicios básicos como una sólida estructura de igualdad social y económica, no puede andarse con contemporizaciones como las que se han mantenido en el tema de la piscina: todos estamos de acuerdo, y nosotros lo venimos pidiendo desde hace... . No es de recibo que no haya circulado por nuestro pueblo un documento diciendo que SI, que la piscina hay que construirla, pero que para vertebrar socialmente nuestro pueblo, para garantizar la igualdad, para que la calidad de vida sea una prioridad, antes hay que acometer otras actuaciones. Nadie ha dicho en foro alguno que hay alternativas ( algunas de ellas se han ido apuntando en diferentes escritos y/o tribunas informativas, sin que hayan tenido más relevancia), nadie ha construido un discurso crítico con el objetivo de sacar a la sociedad del adormecimiento complaciente con la que esta mira de reojo las acciones de la derecha gobernante.
No es posible mantener una posición coherente si no se lanzan las propuestas a debate, si no se promueven un cierto sentido crítico, estimulado desde la existencia de alternativas. No se puede buscar el aplauso, cuando se trata de asuntos tan serios para el futuro de un pueblo.
Y, ante todo esto, el discurso del "que puedo hacer yo", debe dejar paso al "yo lo voy a hacer". No se tienen los mismos instrumentos ocupando un cargo público que siendo simplemente militante de carné, y eso lo se hasta yo que soy bastante obtuso. No se puede uno plegar al estructuralismo jerárquico como excusa. Se debe asumir una responsabilidad, como vecino y como socialista. Y eso ha de provocar que nos lancemos a la calle, al menos, a intentar remover conciencias enarbolando un discurso diferenciado y diferente, un discurso coherente y contundente ante la derecha.
O la izquierda rompe la dinámica institucionalista y recupera mínimamente el pulso de la sociedad, de la clase trabajadora, de las mujeres y los jóvenes... O se hace ya, o mañana será tarde, pues la derecha seguirá consolidando su posición de ÚNICA posibilidad de gobierno municipal. ¿Derrotismo?. No, realismo.
Existe una larga lista de actuaciones necesarias que confrontar con las de interés. Únicamente tenemos que sentarnos, decir si queremos seguir el ritmo de la sociedad ( el idiotizamiento progresivo es un hecho) o queremos cambiar el rumbo, girando en redondo hacia una acción institucional y política radicalmente diferente. Este pueblo lo necesita con urgencia, aunque la duda es, ¿están dispuestos los partidos y representantes públicos a romper con esta dinámica perversa y construir en vez de seguir a rémora de la derecha?.
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