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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

viernes, 26 de febrero de 2016

CINTURA POLÍTICA


La política local está pasando por una fase de, digamos: extrema complejidad. Voy a intentar explicarme.
La conformación del actual gobierno municipal vino precedido de un debate agrio sobre una cuestión que, pese a haber pasado relativamente desapercibida, no es baladí: el liderazgo. Un acuerdo tácito en la Comunidad Valenciana señalaba que sería el líder del partido más votado o con mayor representación parlamentaria de los actores en dialogo el que asumiera la Presidencia institucional. En el caso de nuestro municipio una “conjunción” de hechos propició que el partido con más votos pero con igual número de concejales y concejalas fuera, por decirlo eufemísticamente: excluido en la carrera por encabezar el nuevo gobierno. Esto, propició un posicionamiento del PSPV-PSOE mediante el cual rechazaba formar parte del gobierno pero apoyaba el documento que propiciaba la formación del nuevo gobierno. El vencedor “inesperado” fue Compromis que, pese a haber visto disminuido su apoyo electoral ( manteniendo no obstante su representación respecto a 2011) veía como esa “conjunción” a la que antes me refería, le posibilitaba alcanzar un logro político inimaginable: la Alcaldía.
La complejidad viene, al producirse una crisis en el flamante gobierno y concretarse una remodelación del gobierno, dejando fuera a uno de los socios iniciales: Esquerra Unida.
Los porqués de esa ruptura pueden ser comentados y, en virtud de la perspectiva desde donde se analicen, podrán favorecer o no a los concejales y concejalas de la coalición de izquierdas, pero lo que parece cada día más claro es la precariedad en la que quedó el hoy exiguo gobierno municipal.
En mi opinión, faltó cintura para mantener en el gobierno a los dos electos de Esquerra Unida, pues a pesar de las acusaciones públicas entre unos y otros y la decisión final de remodelar el gobierno sin su presencia, los votos de ésta organización eran y son necesarios para afrontar ese hipotético proyecto de cambio que se ofreció en la campaña electoral.
Ahora, con los electos de Esquerra Unida en la oposición, nos encontramos con posiciones, no dispares, sino enfrentadas. No voy a hacer ninguna valoración sobre el papel que jugó y juega Esquerra Unida, pero considero que la debilidad en la que se encuentra hoy el gobierno municipal corrobora más si cabe mi afirmación sobre la falta de cintura política.
El apoyo crítico pero mantenido del PSPV-PSOE no va a ser suficiente ( 3+2+1 + 3 suman solo 9, y se necesitan 11 votos para sacar adelante proyectos fundamentales como por ejemplo el Presupuesto Municipal, instrumento básico para planificar y diseñar una agenda política de cambio y avance). El enésimo episodio ha sido la negativa a aprobar una moción de Esquerra Unida sobre uno de los puntos que figuraban en el acuerdo que posibilitó el nuevo gobierno: la auditoria. Y sin entrar en la conveniencia, necesidad u oportunidad, nuevamente se ha carecido de la cintura o carácter político: la moción se podría haber aprobado para posteriormente acordar su gestión institucional y administrativa, y esto no era ni es una concesión excesiva pese a que así aparentemente ha podido ser interpretada, a la vista de los acontecimientos.
Lo que ahora tenemos es, desde mi punto de vista, un gobierno abiertamente institucionalizado y enrocado en una posición de resistencia únicamente sustentado por acciones individuales dependientes de la impronta o el carácter de las personas que están al frente de las delegaciones. Mi impresión, es que se está a la espera de conseguir los apoyos o el consentimiento del resto de grupos para poder sacar adelante nuevos proyectos ( muchos de los que se publicitan como nuevos provienen de la pasada legislatura). Si el actual gobierno municipal quiere, debe poder. Y debe poder porque tiene una responsabilidad que trasciende incluso a las personas que lo componen: diferenciar su gestión con claridad de la realizada por el Partido Popular más de veinte años. Y esto, no solo se hace con “talante” o decisiones personales, se lleva a cabo de forma normativa: aprobando instrumentos que incidan directamente en el presente y en el futuro de las personas que viven en El Campello.
Creo que debe darse un salto cualitativo urgente, y el gobierno actual tiene la obligación de plantearlo y gestionarlo pues para eso, y no para seguir una inercia marcada, accedió al poder.

Otra cuestión es el papel que quiera o pueda jugar el PSPV-PSOE, cuyo apoyo está siendo estable pero que más pronto que tarde debería clarificar su posición como partido que ha gobernado y cuyo objetivo político e institucional debería ser volver a hacerlo, si su compromiso está con el progreso de El Campello.