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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

PRIMARIAS.

El PSOE eligió, de forma "novedosa" a su líder (novedosa, primero por la aplicación de un proceso abierto de elección a la militancia sin que medie la figura del delegado, y segundo, motivo del entrecomillado, porque no es novedad que en el PSOE se anteponga la figura del líder a la del proyecto político, elemento ausente en el Congreso Extraordinario convocado para "glorificar" al nuevo Secretario General), y ahora se apresta a elegir a los candidatos a Alcaldías de diferentes ciudades. Que el requisito para poder ser candidato o candidata sigan siendo "prohibitivos" no parece ser motivo que pongan en cuestión la "apuesta" por la democracia.
El reduccionismo al que se somete a la "democracia" es fundamental para que ésta siga siendo confundida con su proyección liberal: el voto. Y ese reduccionismo, que impide o limita el debate, o que en su caso ( como es el presente) se antepone la cara del cartel a las propuestas del programa sustrae a la democracia su componente liberador, consolidando esa imposición objetiva de un sistema como el "único posible"; cimiento de la hegemonía bajo la que se vive. Y el PSOE, como partido sistémico que es, elegirá a su equipo de "competición", el cual repetirá de forma retórica los mantras electorales necesarios para lograr el voto de los ciudadanos y ciudadanas. Pero, tras el mantra electoral no parece haber nada, excepto la reproducción subjetiva de una dinámica profesional, cuestión que en mi opinión ha llevado ( entre otros abandonos, renuncias y omisiones) al centenario partido a ser un colaborador necesario en esa reproducción del sistema neoliberal, tanto en lo económico como en lo social.
Servirá el proceso para ocupar páginas y minutos en los diferentes medios y plataformas, pero el resultado final podrá observarse en la dinámica cotidiana, tanto en lo orgánico como en lo institucional. Pero, desgraciadamente, y a causa de la negativa de la propia militancia a elegir un camino diferente hasta el ahora recorrido, lo sustancialmente importante no cambiará, pues los integrantes de la pasada, actual y futura élite no está dispuesta a renunciar a los privilegios que la "real polític" les puede seguir garantizando, aunque el poder para transformar la sociedad ( vieja idea y anhelo de la izquierda irredenta, hoy organizada en esa "atomización" que tanto miedo da a la dirección de Ferraz) sea, voto tras voto, miserable.

viernes, 19 de septiembre de 2014

¿SUPRESIÓN DE TASAS?, ¡ENVIDO A LA GRANDE!: REBAJA DE IMPUESTOS.

A la propuesta de supresión de la tasa de recogida de basura realizada por EUPV, responde el PSPV, Compromís e Iniciativa con (y van unas cuantas) una propuesta de reducción del IBI. No me parece ni bien ni mal, pues, compartiendo parte del planteamiento, considero que sigue siendo una propuesta parcial. Me explico.
Comparto con los proponentes en que el pago del IBI, de la Tasa de Basura, del Impuesto sobre Vehículos o cualquier otro pago, se convierte en una odisea para muchas familias de El Campello. Comparto con los proponentes que el afán recaudador del Gobierno municipal olvida a los que sufren ( en silencio) los efectos de una crisis que, en mi opinión, en El Campello ha puesto de manifiesto la inexistencia de modelo económico alguno al margen del ladrillo o la temporalidad del turismo. Pero difiero en algo, y no porque los proponentes lo hayan planteado, sino por no haberlo hecho: la reversión de los impuestos en la ciudadanía.

Los impuestos, cuando no son suficientemente progresivos, se convierten en injustos. El caso del IBI es, de alguna manera, un ejemplo de ésto: pagar en función de un valor catastral desajustado por causa de la especulación es injusto. Pero, ¿qué pensaríamos si los impuestos revirtieran efectivamente en servicios a la ciudadanía ( en estos momentos, principalmente hacia los que más sufren)?, ¿qué pensaríamos si se estuviese invirtiendo efectivamente en empleo, en formación, en servicios a las familias?. Es una pregunta que sería necesario responder. Y voy a poner un ejemplo: ¿Qué ha costado a las arcas municipales ( osea, a todos) el falucho que el Ayuntamiento ha rehabilitado para su instalación como elemento ornamental en el parque municipal?, ¿es una prioridad?, ¿esos miles de euros han generado algún tipo de riqueza social?, ¿qué hubiera ocurrido si se hubiesen ampliado, por ejemplo, las ayudas a los estudiantes a los que se suprimió el bono libro?.

Hecho en falta ( y no de ahora) que las propuestas sobre reducción de impuestos, o vengan acompañadas de ideas sobre la reinversión, o planteen líneas de trabajo para dotar a El Campello de las infraestructuras, servicios y programas encaminados a construir un modelo económico más allá de la subsidiaridad de los servicios y la especulación inmobiliaria. Por esta razón, considero que, estando en parte de acuerdo en la propuesta, considero humildemente que es, en cierta medida, parcial, retórica y, porque no, en cierto modo oportunista.

martes, 16 de septiembre de 2014

Supresión de Tasas

Esquerra Unida de El Campello, a través de las propuestas que ha presentado en el plazo de alegaciones al Presupuesto municipal 2014, plantea la posibilidad de eliminar la tasa de recogida de basura, aduciendo para ello que "beneficiaría" a los más necesitados en nuestro municipio. Desde el respeto que me merecen todas las propuestas que se presentan, pero desde la discrepancia sobre las que considero fruto, más de una acción impulsiva que de un acto reflexivo, quiero exponer mi punto de vista sobre la cuestión.

Suprimir una Tasa o rebajar un impuesto para beneficiar, o a los que la crisis sistémica está masacrando, o al consumo, o a las empresas con la intención de que "reinviertan" sus beneficios en la economía real, es un recurso que tradicionalmente ha defendido el sector liberal. Rebajar un impuesto o suprimir una tasa es una acción lineal, al igual que los "400" o el "cheque bebe". Carecen, en mi opinión, de contenido político, pese a que sí se hace referencia al cómo financiar el servicio en caso de que fuese aceptada la propuesta de supresión.  Y se refiere al remanente de tesorería para "bonificar" tanto a necesitados como a no necesitados; a familias sacudidas por la crisis y a las que no lo han sido; ha empresas que están al borde del precipicio ( o en el) y a las que no. Y esto ocurre porque son imposiciones lineales, o lo que es lo mismo: afectan a todos practicamente por igual.

Financiar una medida que, en mi opinión, es claramente electoralista con fondos provenientes del remanente, es, como si hablásemos de la derecha gobernante que financia obras de final de legislatura con fondos del mismo saco. Creo que, siendo necesaria y de interés la denuncia sobre el superavit, es desacertada la propuesta en el cómo emplearlo, o al menos, en lo que respecta al tema o propuesta que nos presentan en el marco del segundo debate sobre Presupuestos.

En cambio, la denuncia de los vecinos sobre la presunta ilegalidad que se comete en la aplicación de las plusvalias, parte de un planteamiento que, además de hacer referencia a la aplicación de la legalidad, es, podíamos así decirlo, de justicia.

Creo que la proximidad de las elecciones, junto con la presunta aparición en escena de otros "actores" políticos, está provocando un cierto nerviosismo en la Agrupación de Esquerra Unida, pues de lo contrario, no puedo entender el fondo de la propuesta sobre supresión de la tasa de basura. Que se solicite que el superavit se reinvierta en programas e infraestructuras que incidan en la calidad de vida, principalmente de los que sufren en mayor grado la crisis; que se solicite que los ingresos provenientes de la instalación de basuras se utilicen en mejoras medioambientales, tiene un sentido, extremo del que, en mi opinión, carece la propuesta que se plantea sobre la tasa de recogida de basura.

Y finalizo. Simplemente espero que la crítica que desde ésta página personal realizo sea entendida en su contexto y en el marco de un debate que, de una u otra manera se está provocando y en el que la propuesta planteada por EUPV tiene su espacio. Espero que la crítica no sea interpretada como un ataque ni como un acto de agresión hacia una organización que, con toda seguridad, está llamada a jugar un importante papel en la política municipal, pero espero y deseo que desde una posición coherente que compagine sentido común con compromiso y coherencia ideológica.

lunes, 15 de septiembre de 2014

UN NECESARIO DEBATE Y REFLEXIÓN SOBRE LOS IMPUESTOS MUNICIPALES.


No son pocas las voces que piden que tal o cual impuesto o tal o cual tasa se minore, e incluso, se suprima, “en beneficio de los más necesitados”. Personalmente considero ambas propuestas necesitadas de una reflexión, más allá de cualquier lectura electoral.
En primer lugar me gustaría plantear la reflexión en torno a tres impuestos, una tasa y otra partida que, como mínimo, puede resultar curiosa: Impuesto sobre Vehiculos, IBI, Plusvalía, Tasa Basura y, por último, la partida de Intereses de cajas/bancos.

La liquidación del Impuesto sobre vehículos, fue en 2013 de 1.030.000. El de IBI, de 12.670.000. El de Plusvalía de 2.710.000. Del servicio de Recogida de basura se recaudaron 1,547.000 y, por último, “gracias” al rendimiento del dinero en cajas y bancos, el Ayuntamiento obtuvo más de 400.000 euros en concepto de intereses.
Estas cifras, sin más, podrían tener un mero interés contable, pero, si sobre ellas, formulamos la pregunta adecuada, seguramente obtendremos, no la respuesta, pero si otras preguntas que nos introducirían en un debate muy interesante: porqué se deciden determinados gastos, y, sobre todo, si el montante total de lo recaudado revierte y en qué manera en la ciudadanía. Esas preguntas, en mi opinión, deberían ser el eje del debate y no solo la reducción ( o incluso supresión, que no indica si se trataría de una anualidad o de varias en función de la aplicación porcentual del remanente de tesorería).

La ciudadanía debería saber en qué se gastan ( en el caso del presupuesto de 2014, en que se quieren o se han gastado) los fondos municipales los responsables políticos. Y, ya sería una situación ideal, que, incluso, tuviesen la oportunidad de, como mínimo, dar su opinión sobre cómo gestionarlos y sobre qué servicios actuar. Este último extremo, conllevaría un acto de “corresponsabilidad” que no parece estar, ni en la agenda de la ciudadanía ( fruto de la imposición de un modelo de representación meramente “delegativa”); ni mucho menos en la de los representantes. Pero volviendo al tema de la reflexión ( los impuestos), sería interesante plantear a esa ciudadanía; trasladarle la necesidad de valorar si los impuestos son muchos o pocos, no solo en función del recibo, sino de los servicios que se reciben como contraprestación.

Es fácil pedir una bajada, e incluso una supresión ( no se si temporal o no) de un impuesto. Es, incluso, lógico y legítimo pedir que exista, al menos, un equilibrio. Pero para ello, deberíamos analizar los “fines y objetivos” del gobierno municipal en clave crítica pues, ¿quién define esos fines y objetivos?: los servicios vienen establecidos por Ley, pero los objetivos y fines, a quién beneficiar en mayor o menor grado es un terreno hoy por hoy restringido a los representantes sin que los representados tengan mucho que decir.

Podríamos analizar si los servicios que el Ayuntamiento presta son gestionados de forma eficiente y eficaz por los encargados de gestionarlos. Igualmente, podríamos analizar si existen otros servicios en los que la administración no interviene o lo hace en un grado casi simbólico. Sería altamente interesante valorar incluso si la “corresponsabilidad ética” de los representantes se corresponde a la situación o está “por encima de las posibilidades u oportunidades” reales. Todas estas reflexiones y otras estarían enmarcadas en un verdadero acto de responsabilidad política que, aparentemente, no se está en disposición de realizar, más allá de los intereses electorales que cada cuatro años movilizan a la opinión pública.

La realidad es que, sin cuestionar que la “presión” fiscal es alta en nuestro municipio, en mi opinión, lo que es “altísimo” es el bajo nivel de reversión de esa presión impositiva en servicios que incidan en la calidad de vida, no solo de los actuales adultos ( que son los que pagan) sino de las generaciones que “heredarán” un municipio y una sociedad local que disfrutarán o que sufrirán. Y me refiero a servicios que, fruto de un consenso social y político, se creen para permanecer y no que se “vendan” para obtener votos para después, o simplemente olvidarlos, o realizarlos, no en función del interés general, sino del interés partidario cuatrianual.