No se si es conocido por la ciudadanía, pero vivimos con un Presupuesto
Municipal de “prestado”. Y además de prestado ( vivimos del Presupuesto de 2014
prorrogado a 2015 y todavía a lo que llevamos de 2016), vivimos de un
Presupuesto cuyos ingresos no son reales: sólo hay que ver las sucesivas
bajadas del tipo del IBI que conllevan reducción de ingresos ( por lo que
vivimos en un Presupuesto “hinchado” o inflado).
Dicho esto, cabe una pregunta: ¿Porqué la corporación que
tomó posesión tras las elecciones del 15 de mayo no ha presentado un borrador
de Presupuesto a debate?. Los argumentos son diversos e igualmente variopintos.
En un principio, el argumento ( válido) era: estamos aterrizando. Pasado el
tiempo: no tenemos mayoría suficiente como para presentar las cuentas. Siendo
absolutamente comprensible el primero, el segundo se cae si revisamos la
legislación vigente. En concreto, la Ley 27/2013 de 27 de abril de
racionalización y sostenibilidad de las administraciones locales. Esta Ley,
además de para controlar algunos parámetros de la actividad municipal ( el
endeudamiento) le sirvió al gobierno del PP para, sin quitárselas, “quitarle”
competencias al Pleno municipal en el caso de la situación de presupuestos
prorrogados ( la nuestra), bajo la excusa de “superar determinadas situaciones
de bloqueo institucional”, o lo que en mi opinión es: como perderé poder local
en las elecciones, pero seguiré siendo la fuerza mayoritaria, podré, sin contar
con el Pleno ( en el que supuestamente no tendré mayoría) aprobar el principal
instrumento de planificación política. Pero les salió mal, dada la fragmentación
del voto pero su confluencia final en gobierno de distinto signo a los
existentes hasta entonces ( por ejemplo: Comunidad Valenciana, El Campello,
Sant Joan…)
La disposición adicional decimosexta prevé que la Junta de
Gobierno Local ( en nuestro Ayuntamiento compuesta por el actual gobierno en
minoría de tres organizaciones) pueda, tras presentar los Presupuestos al Pleno
municipal, y si éstos son rechazados por el mismo, aprobarlos para
posteriormente dar cuenta al Pleno ( el resto de trámites, como las
alegaciones, serán igualmente competencia del órgano que apruebe el
presupuesto: la Junta de Gobierno).
Si la legislación vigente permite este “vaciado” de
contenido al Pleno, ¿ porqué el nuevo gobierno, con el apoyo del
PSPV-PSOE, no presenta una propuesta de
Presupuesto Municipal, ajustando así las cifras, como mínimo, a la realidad?.
Las explicaciones me las reservo porque únicamente son opiniones.
No obstante, y vista la salvedad de la legislación sobre los
mecanismos de aprobación de los Presupuestos municipales, creo que no se
deberían hacer más cambios ( modificaciones) para salvar el momento y presentar
un documento presupuestario que expresase las reales intenciones del actual
gobierno, pues de lo contrario, dedicándose a vivir políticamente de los “restos”
e inercias, poco o muy poco va a demostrar, aunque tiempo tenemos para
rectificar.
Quizá se está a la espera de que el gobierno del Estado
cambie, pero esto no me cuadra, a menos que ya exista un dialogo entre los
diferentes grupos para que la aprobación no requiera de la excepcionalidad
aprobada e impuesta por la mayoría absoluta del gobierno del PP.
Creo que hay que empezar por algún lado a materializar el
cambio, más allá del carácter de los gobernantes, pues no hay que olvidar una
cosa: éstos son coyunturales, y las normas y acuerdos por escrito y aprobados
por órganos oficiales trascienden la coyunturalidad.