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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

domingo, 31 de agosto de 2014

La Ley Electoral.


El sistema electoral que “disfrutamos” en nuestro país es claramente injusto. Ahora, los que con un 30% de los votos de los ciudadanos con derecho a ejercerlo ( lo hiciesen o no, pues hablar de una mayoría legítima, deslegitima a esa “mayoría silenciosa” que decidió no ir a las urnas y, con su decisión, comprensible y legítima, propició la actual mayoría parlamentaria), tienen la pretensión de cambiar las reglas del juego, “en beneficio de la democracia”. El debate sobre la democracia es esencial para entender bajo qué régimen vivimos, de ahí la necesidad de rescatar ideas como la de democracia deliberativa y cualesquiera otra teoría o idea de mejora de la participación ciudadana en la toma de decisiones, en el control e incluso, en la revocación de los representantes.

Dicho esto, y centrándome en el cambio de la Ley que se pretende ( y que si nada ni nadie lo evita, ser realizará) modificar, decir que, además de una movilización ciudadana lo más amplia posible ( y para sumar, hay que explicar los verdaderos objetivos de ese cambio, pero sin aleccionamientos y desde una actitud claramente pedagógica, propiciando que cada cual pueda extraer sus conclusiones), considero que, coyunturalmente, son necesarias otras soluciones que se antepongan (contra hegemónicas) que se antepongan a las que el gobierno, en el uso de la legalidad que le confiere el sistema, pretende imponer.

Me refiero a las coaliciones electorales. Pues, aprovechando instrumentos de la democracia competitiva ( la democracia actual es un “mercado” donde se ofrecen “productos” para la que la ciudadanía “compre” con su voto), se puede variar el sentido de la futura reforma en beneficio del cambio que tantos y tantas desean y por el que trabajan.

Los proyectos partidarios, pese a la apertura propiciada por la dinámica impuesta por las reclamaciones ciudadanas ( fruto del hartazgo con un sistema injusto, al cual se le han visto los objetivos: imponer la dominación de una clase sobre el resto), son proyectos autónomos cuyo objetivo, pese a su legitimidad, puede propiciar la continuidad de gobiernos de derechas ( estén bajo las siglas que estén). Ya se que esto de derecha e izquierda podrá parecer a algunos un recuerdo de un pasado a superar, pero, que le vamos a hacer, soy de los que sigue creyendo que, ni siquiera el travestismo, ni siquiera los montajes lingüísticos quitan validez a una idea. Pero volviendo a los proyectos partidarios: ¿es posible un acuerdo pre electoral que propicie coaliciones en base a programas donde las listas, en cremallera, sean elegidas por militantes y ciudadanos, y donde las propuestas sean debatidas y aprobadas igualmente por los futuros votantes?. Quiero pensar que si. Quiero y deseo pensar que es posible y viable.

En la coyuntura en la que nos encontramos, son precisas ideas que combatan la imposición y la hegemonía para devolver el poder a sus legítimos propietarios, y la idea que estoy intentando transmitir ( coalición) iría en esa línea.

¿Que es difícil?. Por supuesto; mi ingenuidad no llega hasta el límite de no ver y valorar la realidad. Pero considero que, junto con la movilización, son necesarias iniciativas inteligentes, y estas, deben ir en beneficio de ese objetivo que todos dicen defender: la democracia y el interés colectivo.


¿Problemas?. Todos: las personas, las organizaciones, la historia, el curriculum, la desconfianza, el rencor, la recriminación del pasado… Pero eso, se vence con método, y el método es: democracia. Democracia, transparencia, compromiso y responsabilidad. Insisto, es una idea, controvertida, criticable, pero una idea al fin y al cabo.

viernes, 29 de agosto de 2014

¿PODEMOS CRITICAR?

Las críticas siguen cayendo sobre Podemos de forma casi sistemática ( no solo por su sucesión sino porque, en gran parte, vienen de instrumentos, individuales o colectivos, del sistema contra el que se lucha). Hasta ahora, la respuesta, coherente como cabía esperar había primado: el sistema y sus instrumentos ( medios, partidos…) tienen miedo a un movimiento real de cambio que ellos no puedan controlar ni dirigir. Pero las últimas críticas de algunas personas más o menos señaladas (cultural e ideológicamente), parece que han suscitado una reacción que, en mi opinión, parece extemporánea.

Las críticas deben ser analizadas y contestadas; no pueden ni deben ser obviadas en una especie de huida hacia delante. La crítica tiene un sujeto y un objeto, y cuando ésta viene de instrumentos que son, claramente elementos a través de los que el sistema político pretende reproducirse para mantenerse. La crítica no puede verse como una agresión pues, aunque intente serlo, siempre hay que sacar lo positivo y transmitir un mensaje aparejado a la reflexión que ésta provoque.

Cada cual tiene sus mapas: el sistema, los suyos ( perpetuarse  desde una cada día más cuestionada legitimidad), los individuos, los suyos ( personales, ideológicos, sentimentales, de interés, etc. Y todos son legítimos; cuestionables, discutibles, pero legítimos.

El caso de Wily Toledo y de Sabina, por ser dos personas cuya vinculación con la izquierda ( uno más que otro o uno de forma más significativa que otro) parece tener una relevancia para los medios, en esa dinámica de cuestionamiento permanente al proyecto Podemos. Pero ni uno ni otro han dicho nada que deba ser criticable, sino, y en todo caso, contestado de forma razonada y razonable. Si no fuese así, se estaría cayendo en una dinámica que Podemos se ha empeñado en superar y hacia la que tengo clara simpatía.

En el caso de Sabina, éste dejó su carácter contestatario al mismo tiempo que dejó las juergas nocturnas interminables. El argumento sobre la “modernización” ( Bono, el del PSOE, también coincide con Sabina) del discurso ideológico por ser “excesivamente Marxista”, como mucho me provoca una sonrisa, pero nunca debería provocarnos una respuesta agria.

Obviar ( en el caso de Sabina) que la realidad está claramente marcada y definida por un incremento exponencial entre miseria y riqueza ( a favor de la riqueza) y que, para analizar la desigualdad, el marxismo sigue siendo un instrumento, es negar la mayor ( pues en mi opinión denota un desconocimiento absoluto de la teoría crítica que fue, es y será necesaria para ilustrar y demostrar el porqué de esas desigualdades). Wily, simplemente habla de “dejadez ideológica”, argumento que yo enmarcaría en un debate más que en una crítica. El que haya dejado o se haya alejado de Podemos solo es una decisión personal que no debería suponer nada, más allá de una decisión personal ( a menos que el simbolismo que se da a los apoyos, en su proyección mediática y, por lo tanto, propagandística, sea más relevante que el de los miles de ciudadanos que se han comprometido con el método Podemos).


En definitiva, creo que es necesario relativizar las críticas y argumentar las respuestas, desde ese método de dialogo y debate que Podemos defiende y con el que se han comprometido tantos y tantas. Caer en la respuesta fácil y agria forma parte del “teatro” político que se crítica, y por lo tanto, debe igualmente superarse en beneficio de la sensatez que representa el método Podemos, al que, sin necesidad de ocultarlo, tengo mucha simpatía, aunque también alguna crítica, sin que por eso crea que me convierto en un enemigo o un quintacolumnista, ¿o si?.

¿GANAR EL CAMPELLO?

El acuerdo de Ganemos Madrid entre diferentes formaciones políticas y colectivos sociales ( participan IU y Equo) para dar los primeros pasos a una posible y futura coalición política, no es solo una noticia; es una gran noticia. Endogamias a parte, la superación de esa especie de búsqueda unilateral del capital simbólico electoral, hacer ver, en principio ( y a falta de concreción)  con ilusión, una propuesta que verdaderamente rompería con una estática partidaria, causa, entre otras cuestiones, del profundo descontento y malestar ciudadano con el sistema.

Evidentemente, en el proceso de “aprendizaje” de las distintas formaciones políticas y ciudadanas que en un futuro podría cristalizar Ganemos, juega un papel fundamental el empeño de la derecha en cambiar las reglas del juego para autobeneficiarse y así enfrentarse al auge de alternativas políticas que cuestionan abiertamente el sistema y quieren cambiarlo desde dentro de sus entrañas.

Personalmente me alegro, pero Madrid, queda muy lejos, y lo que realmente me ocupa y preocupa es el pueblo donde vivo, y donde me gustaría que vivieran mis hijas ( sin renunciar a ese cosmopolitismo que tanto bien les hará, pero no por obligación laboral, sino por inquietud y ambición personal de mejora y ampliar horizontes, que se suele decir).

La preocupación ( la ocupación es de forma muy indirecta) se fundamenta en la actitud, de momento estática de los partidos y agrupaciones políticas: excepto Compromís ( que lanzó una propuesta pero que, a día de hoy, no ha concretado, corriendo el riesgo de quedar solo en un gesto), ninguna otra organización ha planteado la posibilidad, el interés o la oportunidad de empezar a hablar de Ganar El Campello. Quizá esa superación de los objetivos particulares, de ese capital simbólico autónomo que son los resultados electorales para cada organización,  todavía este pesando en exceso. Quizá, exista una desconfianza, un recelo sobre las “verdaderas” intenciones de los unos respecto a los otros, y viceversa. Lo cierto es que, a pesar ( o a causa, no se…) de que algunos venimos pidiendo, rogando, instando a los que tienen en su mano lanzar el proceso de convergencia, nada ni nadie parece haberse movido o dado por aludido.

Creo que los espacios se van reduciendo y que, desgraciadamente ( si nada cambia) el tiempo corre en contra de los objetivos, sean estos particulares o colectivos. Y el tiempo, de forma inexorable, propiciará que, si la operación Ganemos se concretase más allá del mes de enero-febrero, simplemente parecería un gesto electoral más que los cimientos de un verdadero y profundo cambio.

No me cansaré de pedir, rogar e instar a todos y todas aquellos que, pudiendo, teniendo en su mano la posibilidad de sumar, se nieguen en beneficio de un subjetivismo que, lejos de beneficiarles ( sacar más o menos votos, si el resultado final es la permanencia de la derecha- sea el pp o cualquier otro que “continue” las políticas actuales- en el gobierno, es una pírrica y miserable victoria) nos perjudicará a todos y todas.

Lo objetivo, es el análisis de la realidad, del cómo y donde nos encontramos para poder ajustar de este modo, la subjetividad de cada cual; le visión que cada cual tiene de esa objetividad, a un fin colectivo y, por ende, a una estrategia de convergencia y unidad programática.


Un acuerdo coyuntural será visto con ilusión pero, no por eso dejará de ser oportunista ( por intentar aprovechar la oportunidad): un acuerdo sobre objetivos y el cómo lograrlos va más allá, pues transciende a las propias organizaciones políticas que, en principio, están llamadas a representarlo. Y las transciende, porque el sujeto, en agente de ese cambio son ( somos) la ciudadanía, o al menos eso es lo que creo, vista la más que deteriorada situación del sistema electoral en el que jugamos y valorado y sopesado lo que nos jugamos, más allá incluso del horizonte de mayo de 2015

martes, 26 de agosto de 2014

INSISTO: DOMINACIÓN

El objetivo del PP con sus leyes en "mayoría" está claro: dominar, imponer y someter. Pero, suponer "buenismo" en los cargos políticos de un partido que es más que digno heredero del franquismo fascista, es mucho suponer.
La democracia española, que, en sus justos términos no es más que un sistema electoralista representativo permite éste tipo de cosas: que un gobierno, con "solo" unos millones de votos ( algo más del 30% de ciudadanos con derecho a voto), imponga sus intereses en defensa de los suyos, que no son otros que los poderes económicos ( los suyos y los de los diferentes gobiernos que la "democracia" española ha tenido desde el proceso de travestismo político e institucional al que pompósamente atribuyen el nombre de transición.

La modificación de ésta u otras leyes que afectan a toda la ciudadanía, es un hecho que se ha venido produciendo a lo largo de los últimos treinta años, a pesar de las quejas que ahora salen desde Ferraz ( olvidando el papel que han jugado a lo largo de los años para que se consolidase el régimen electoral-representativo como el único posible). Y es un hecho que se ha dejado en manos de ese concepto tan futil como es el de "responsabilidad". No es posible, ni ética ni intelectualmente que un gobierno, por mucha mayoría que tenga, imponga leyes en contra, no ya del manido criterio del consenso, sino de la mayoría social de éste país.

Lo que la legislación española precisa, entre otras muchas reformas institucionales y constitucionales, es un blindaje de determinadas políticas que afectan, tanto a la vida coyuntural de la ciudadanía de hoy como a los ciudadanos y ciudadanos de mañana: salud, educación laica e igualitaria, derechos socio económicos, derechos democráticos, etc. Si ésto no se hace, la llamada democracia española adolecerá de sentido y se consolidará como una democracia cuatrianual de las urnas.

Los cambios son posibles. Nadie, en el medievo, pensaba que se pudieran superar las relaciones de vasallaje; nadie a lo largo de la dictadura pensó en que el dictador incluso pudiera morir, y con el, su ediondo régimen fascista: antes se pensaba en el fin del mundo que en la transformación. Pero los cambios se dieron, en mayor o menor grado en el último de los ejemplos, por lo que, a pesar de que los instrumentos de "reproducción ideológica" del sistema ( religión, educación, medios de comunicación...) funcionan al mismo ritmo y con los mismos objetivos, sí es posible romper con la dinámica de un sistema como en el que vivimos.

Es cierto que hace diez o doce años, cuando el mismo sistema alimentaba el monstruo del egoísmo acumulador y consumista, nadie pensaba que pudiéramos llegar donde estamos hoy, pero, el sistema era y es el mismo, con los mismos actores, inmerso en un ciclo que nuestros padres ya vivieron pero que ahora parece que vino para quedarse. No es que las gentes de buena fe y mejor corazón estén masivamente equivocadas, sino que son ( somos) victimas de un sistema, pese a que en nuestra mano , con nuestro voto, tenemos la posibilidad de propiciar un cambio del tipo del feudalismo o del fascismo franquista. Pero para que ese voto sea una realidad, además de promesas más o menos atrayentes, los titulares de ese derecho ( el voto) deben ser conscientes, no de como estamos, sino de como vamos a estar y, lo que es más importante, de como van a estar nuestros hijos e hijas, presos en una dominación que condena al desclasamiento y a la pauperización de los trabajadores y sus familias, con lo que ello conlleva ( desigualdad, injusticia, sufrimiento, supervivencia...). ¿Catastrofismo?, no; simplemente una reflexión crítica sobre qué somos.

CONTINUO ESPACIO TIEMPO.

Las diferentes voces que opinan sobre ésta y otras situaciones que se han dado cíclicamente a lo largo de la historia de la humanidad, han teorizado sobre los porqués de cuestiones que, hoy en día parecen argumentos de obras enciclopédicas llenas de polvo. No obstante, si tuviésemos la capacidad de analizar de una forma racional (racionalmente crítica), nos daríamos cuenta de que, aquellos pensamientos, desvelaban hipótesis que, con el paso del tiempo, han podido ser constatadas. Quiero referirme a un hecho que se repite de forma recurrente en nuestros días, pero que ha sido argumentos de innumerables discursos: el ciudadano o ciudadana, lo que quiere es que se le resuelvan los problemas. A ese ciudadano o ciudadana, que de forma insconsciente deambula por la vida y la sociedad, parece que se le quieran plantear soluciones a problemas que se han suscitado, porque sí. Y, en mi opinión y en muchos de aquellos que llenaron páginas, hoy polvorientas, nada más lejos de la realidad.

Una de las señas de identidad de la sociedad en la que vivimos ( que algunos definen como pos moderna) es el individualismo. A los ciudadanos y ciudadanas se les ha inculcado, a través de años de "sabio" trabajo ideológico que, lo importante, son los derechos individuales y que lo relevante es el "yo" frente al "nosotros". Esa racionalidad instrumental, donde cada uno vale lo que tiene y en esa estructura, donde el hecho social se ha transformado en meros agregados inconexos, existe, pese a que nos digan que "todo ( o casi todo) forma parte de la evolución natural", otro hecho que se escapa a la, hoy irreflexiva ( por hedonista) sociedad: el Plan.

No es un pensamiento "milenarista" ni forma parte del catastrofismo del que se acusa a determinados pensadores el pensamiento de que todo forma parte de un plan que, en el continuo espacio tiempo, se ha ido gravando a sangre en la conciencia colectiva de las sociedades. El Plan es sencillo: hegemonía.

Un "palabro" que, junto al de "dominación", deberían formar parte del vocabulario habitual en la sociedad, si ésta fuera partícipe de una mínima racionalidad crítica y no solo de ese incansable instinto impuesto de consumir: consumir información, consumir cultura, consumir bienes... La sociedad del tanto tienes tanto vales ( que ha sido el rasgo que ha definido los años de "bonanza", en la que pocos se acordaban de pensar en el porqué y sus consecuencias) es, en mi opinión y la de otros muchos, la concreción de la dominación que se ha impuesto a través de instrumentos que hoy en día son vistos por muchos como "normales".

Y, junto a la hegemonía que se ha impuesto, a través de medios, tácticas y técnicas tan subliminales, se refiere, principalmente, a la necesidad que tiene el sistema, para sobrevivir, de imponer una cultura basada en el estatus, no como atributo, sino como supuesto fruto del esfuerzo  personal. 

¿A donde quiero ir a parar?. Sencillamente, y siguiendo el argumento de la planificación orquestada desde órganos y organismos que representan y han representado a los poderes económicos, señalar que nada de lo que pensamos es fruto de la casualidad, sino que tiene una causalidad que fue evidente para algunos ( que llenaron páginas, hoy polvorientas y olvidadas por ser parte, en opinión de los que imponen opinión, del pasado ya superado) y que, si el objetivo es despertar a una ciudadanía narcotizada, hay que volver a esgrimir.

Puede parecer que, la posición de intentar volver a demostrar que el capitalismo no es inocuo, sea un objetivo, además de trasnochado, estéril y hasta soberbio, pero nada más lejos de mi intención. Mi objetivo es que, si al menos en una persona, se despierta la curiosidad por saber de donde vienen términos como los de hegemonía, dominación, contrahegemonia, transmisión y reproducción cultural, etc, algo se habrá conseguido y, al menos ese uno o una, tendrá el interés en buscar los instrumentos intelectuales que explicaron y explican el cómo y el porqué de nuestra situación.


sábado, 9 de agosto de 2014

LA PREOCUPACIÓN DEL PSOE

Tras los datos de la última encuesta del CIS, cada uno hace su análisis. En el PSOE, ante la emergencia de Podemos, se aferran al lider bisoño y al escaso tiempo que ha tenido para ser "conocido". Otros simplemente analizar los datos en presunta clave política y aducen que, podemos, se reducirá a su "espacio" cuando las aguas vuelvan a su cauce. También están los que claman por un "discurso" más de izquierdas, a pesar de que el congreso no sirvió más que para mover sillones de un lado para otro y lanzar soflamas más o menos populares o pegadizas ( luego concretadas en la propuesta del reparto de la miseria, porque, mira que hay que ser miserables para proponer que los parados sin percepciones cobre 426...¿ eso qué es, el salario mínimo al revés?).
Pero a pesar de todo, los datos siguen cantando: a pesar de la campaña de difamación que elementos "claramente sospechosos de ser interesados" están vertiendo hacia Podemos. A pesar de el ninguneo y la falta de respeto continua basada únicamente en la defensa del bipartidismo, o en su caso, de la patente de progresismo que enarbolan los miembros de la dirección del "nuevo" PSOE.
Y por otro lado, están los militantes y dirigentes de IU, que parece, como siempre, más preocupados en su cainismo y etnocentrismo particular que en cumplir con sus propios documentos y propuestas sobre convergencia ( seguramente los redactaron pensando en una convergencia donde la "vanguardia" sería la que siempre debió ser...).
En fin, un panorama que debería causar sonrojo en la militancia de izquierdas, si todavía queda en el partido socialista. Y en la militancia de IU, una reflexión seria interesante.

viernes, 8 de agosto de 2014

PRINCIPIO Y FIN

El último domingo del mes de mayo de 2015, si nada ocurre, se pondrá fin a la presente legislatura ( el cese oficial será antes) con el acto electoral. En el, la ciudadanía decidirá quien o quienes les representarán y gobernarán sus cotidianas vidas durante, al menos, cuatro años. Todo apunta a una corporación plural (otros dirían atomizada), donde serán precisos los acuerdos para formar gobierno. La legislatura que finaliza se inició de la misma manera: cinco grupos sin mayorías suficientes para gobernar en solitario. No obstante y pese a la correlación de fuerzas, fue imposible un acuerdo; lo que permitió al partido popular seguir en el gobierno, en minoría, y como se demostró tiempo después, a la búsqueda de una mayoría cómoda desde la que imponer su política. El discurso de “acuerdo y consenso” fue, en el acto de investidura que dio inicio a la legislatura que ahora acaba, un mero recurso, pues la realidad se ha mostrado bien distinta.
A pesar de que la pluralidad que surgirá previsiblemente de las urnas en 2015 no gusta a algunos y algunas ( la derecha se afana en lanzar globos sonda sobre la “bondad” de que, por ley, sea investido el Alcalde o Alcaldesa más votado, lo que conllevaría una modificación de la Ley electoral que afectaría no solo a la investidura, sino a la moción de censura para consolidar esa investidura) es un hecho que la sociedad ha puesto fin al bipartidismo y busca en opciones diferentes, disgregadas o no de partidos tradicionales, solución y alternativas.
La última encuesta del CIS a nivel estatal ( es una lastima que el recurso estadístico esté tan poco extendido en el ámbito local, pues sería un recurso interesante de análisis, no solo de expectativas electorales, sino de implantación y análisis de políticas públicas) pone sobre el tapete el “cansancio” de la ciudadanía respecto de opciones políticas que, en mi opinión, no han sabido reaccionar a los nuevos retos que la sociedad ha planteado.
Volviendo a la posible pluralidad, habría que decir que ésta, en contra de la opinión de los partidos de la alternancia, es, además de un síntoma de salud social, un reflejo de la sociedad en la que vivimos y, por ende, plantea un reto, aparentemente difícil de asumir por esos partidos: la cultura del dialogo y el consenso. Y cuando digo dialogo y consenso no me refiero a la búsqueda de cómodas mayorías institucionales, sino a la construcción de una mayoría social que se refleje en la composición de un gobierno plural; con una propuesta acordada, debatida y consensuada no solo entre los representantes, sino también con los representados, pues de otra manera, la pluralidad no reflejaría más que un resultado electoral y no una ambición social por cambiar la realidad política.
No se trata de una cuestión de “pequeños y grandes”, de “mayoritarios o minoritarios”. No se trata de qué opción fagocita a la otra a través de un gobierno de coalición. Tampoco se trata de un reparto de poder para que cada uno “gobierne” un “reino de taifas” en forma de concejalía. En mi opinión, se trata de sumar sumando: de sumar una mayoría, sumando las propuestas políticas y consensuando una unitaria y plural donde todos se sientan lo más cómodos posible en el plano programático y desde donde construir (que no reconstruir, pues nada se puede recuperar si no ha existido) una verdadera democracia local de todos y todas y para todos y todas.
Para finalizar, simplemente decir que, el final de ésta legislatura, no solo supondrá el fin de cuatro años de mandato: puede suponer el fin de una dinámica institucional que ( y a las pruebas me remito) no ha beneficiado a El Campello y sus ciudadanos y ciudadanas. Una dinámica de “gestión” sin aportaciones políticas pero sin con aportaciones personalistas y ególatras. Una dinámica, en fin, que, si nada lo remedia, condenará ( y no es catastrofismo, pues los datos y hechos están ahí) a las jóvenes generaciones a una vida anodina y de mera supervivencia.


Es necesario romper con un época: es necesario, en mi opinión, superar el periodo de democracia representativa e institucionalismo preeminente para avanzar en uno de carácter participativo y, por supuesto, de corresponsabilidad. Pero no solo las urnas pueden romper con esa estática aceptada hasta hoy de forma casi acrítica por la ciudadanía local; los partidos y organizaciones deben adaptar sus estructuras y medios para, superando igualmente la endogamia que hasta el día las ha caracterizado y llevado hasta donde están ( en el merecido ojo del huracán social); avanzar en su transformación en herramientas, instrumentos de acción política y social. De lo contrario, las urnas les pasarán por encima y muy flaco favor habrán hecho a su historia y su ideología.

jueves, 7 de agosto de 2014

LO QUE SE PODRIA HACER EN SEPTIEMBRE.

Estamos inmersos en los calores sofocantes del verano. Algunos afirman que es el “más caluroso…de siempre”. Pero, como siempre, y más en lo relacionado con la meteorología (y en otras cosas también), tenemos, en general, la memoria (en éste caso climatológica), muy corta.
Pero una vez que los sopores veraniegos remitan, que el hecho anecdótico de la aprobación del Presupuesto municipal para 2014 se aprobase con un retraso de más de siete meses, y a la vista del talante “mayoritario” del gobierno municipal, me voy a permitir dar mi opinión sobre lo que yo haría en septiembre.
Septiembre es el mes en el que los estudiantes vuelven a clase, es el mes en el que, en definitiva, la vida parece retornar la rutina. Pero, en lo que respecta a la política local, volver a esa rutina sería catastrófico. De ahí, que me permita dar algunas ideas que, personalmente creo que serían, más que necesarias, ilusionantes para muchos, entre los que me cuento.
La legislatura está prácticamente agotada, y seguir haciendo historia de la misma no beneficia a nadie; y tampoco a los que la hagan desde el resquemor a lo que pudo ser, no fue, y fue al revés. Los grupos y partidos políticos con representación municipal tendrían que empezar a pensar en clave democrática (conste que no digo electoral, pues si así fuera, cada cual empezaría a diseñar su propia candidatura, con sus consecuencias). Y pensar en clave democrática conlleva hacer un ejercicio de humildad y de generosidad. De humildad, siendo autocrítico con lo hecho. De generosidad (creo que, igual generosidad no es el término: sería, de responsabilidad, quizá), pensando que el cargo que se ocupa debe ser compartido con la ciudadanía, pero de verdad, no solo en el discurso.
Los que están y los que quieren estar, tendrían que dejar aparcado el discurso que, aun siendo ventajoso y rentable electoralmente, es atomizador en su génesis. Tendrían, entre todos (los que están, y los que quieren estar) una especie de mesa, foro o como quiera llamársele para, desde el dialogo de lo posible, concretar lo imposible: una propuesta de programa de trabajo unitario. Hablar de qué hacer, del cómo y del porqué. Hablar de cómo conseguir una democracia que pase de ser representativa en lo formal y participativa en lo discursivo, a realmente de la ciudadanía. Una democracia que “enganche”; un verdadero proceso generador (pues la regeneración sería volver a generar, y en el caso de la democracia local, nada hay que regenerar sino que hay que generar) de ilusión. Desde la pedagogía política y social, sin partidismo, sin querer ser protagonistas de nada sino simples vehículos de ese cambio necesario para afrontar el futuro después de veinte años de ostracismo donde la estática (la tradición) se ha impuesto a cualquier dinámica (los cambios). Un cambio donde la capacidad de cambio se transfiera a la ciudadanía, intentando los partidos y grupos ser una herramienta y no un fin.
Hablaría, por ejemplo, de presentar una propuesta general y genérica de presupuesto para 2015 donde, a falta de la concreción de los informes pertinentes, se avanzara en líneas de actuación, en estrategias y en programas: donde los derechos de los “más” se caigan del discurso y pasen a ser una casi realidad (a falta de las urnas). Evidentemente, eso es lo que yo haría, pero me temo mucho que las virtudes a las que antes hacia referencia (humildad y generosidad) pueden chocar contra determinados intereses en mantener la situación como hasta ahora. Donde el estatus (con sus consiguientes intereses) sea lo importante y no un pueblo que, como es más que evidente, asiste mayoritariamente a su futuro como algo ajeno. Hacer un gesto que dentro de unos años sea visto como aquel ejercicio de responsabilidad que devolvió la ilusión y el control de su futuro a los vecinos y vecinas.

Es solo una idea, aunque algunos la verán como un intento de “tener razón”. Aunque ésta (la razón) la dan y la quitan las urnas. Y de poco (esperemos que no) va a servir que cada uno salga el día después a decir aquello de “hemos ganado”, si los que gobiernan son los mismos, con las mismas políticas.

DISQUISICIONES, NO. PEDAGOGÍA, SI.

Enarbolar banderas, argumentar con referencia a autores y ese "academicismo", propio, o de mentes simples faltas de reconocimiento o de soberbios en busca del mismo, no es útil para la lucha en la que nos encontramos. Pero eso no quiere decir que las teorías y propuestas de los "clásicos" no tengan vigencia: lo que quiere decir es que, en mi opinión, es momento de la pedagogía.

Hablar de izquierda y de derecha es algo que hay que hacer, pero llenándolo de contenido. No se puede hacer referencia a una izquierda inconcreta, más sentimental que política y basada en tradiciones socioculturales. La referencia a la izquierda está llena de contenido. Los autores, pensadores, intelectuales y políticos de izquierdas han enriquecido ideologicamente un término que para otros es prescindible. La derecha ha intentado hacer lo mismo: ha falta de una ideología política, su retórica demagógica se ha nutrido de falsas imágenes de la izquierda y un mensaje construido sobre falacias: ellos si hablan de la izquierda, pero obvian a la derecha, prefiriéndo autodenominarse de "centro reformista".

La izquierda tiene que retomar el reto intelectual de "construir conciencia", sin manipulación, sin objetivos de control. Intentando dar argumentos para el debate y que éste mismo debate enriquezca la practica, que en definitiva, es lo que nos conducirá al objetivo. Los grandes discursos, los grandes retos, los objetivos se han convertido en algo cotidiano, pues el sistema bajo el que vivimos nos condena a ello.

Hay que hablar de la manipulación informativa, de la necesidad de analizar y contrastar noticias. Hay que hablar de la coherencia discursiva, tirar de hemeroteca y poner en evidencia los discursos contradictorios e interesados electoralmente. Hay que introducir en nuestro dialogo en nuestro lenguaje cotidiano conceptos como los de dominación, hegemonía, explotación, aparato ideológico o transmisión de ideología dominante. Hay que combatir conceptos como la disfuncionalidad, término que se emplea interesadamente para combatir cultural y mediaticamente a los críticos con el sistema, pues nuestra actitud es funcional porque perseguimos un cambio radical en la democracia, porque anteponemos lo colectivo, porque, en definitiva, trabajamos por una sociedad más humana y, por ende, más justa y solidaria.

Hay que hablar de superestructura, de que determinados cuerpos represivos están al servicio de la clase dominante, hay que introducir un constante sentido crítico a las reflexiones, desterrando el "es lo que hay", arrinconando el "es lo que tenemos" y sustituyéndolo por conceptos como es "lo que queremos".

Hay que hablar de que vivimos bajo una dominación que, siendo racional, cada día es más coercitiva, por lo que la legitimidad que pudiera haber tenido, la pierde día a día. Hay que recuperar el concepto de clase pues el sufrimiento nos hermana en objetivos y, unicamente, el individualismo que desde los aparatos reproductores del Estado se promueve como única cultura es el que nos divide.

Hay que hablar del conflicto, no como algo peligroso o pernicioso, sino como un hecho, como algo inherente a una sociedad dinámica. Y hay que "reconceptualizar" términos como el de democrácia, pues la que vivimos es un mero acto de delegación electoral.

Creo que es necesario un cambio en el talante con el que la izquierda quiere sumar a su lucha: hablar del nosotros, de lo plural, de desterrar del lenguaje las palabras que manipulan la mente y condicionan la vida: es necesario introducir el análisis ante la realidad para la elaboración de reflexiones basadas en contenido y no en meras especulaciones ( en la gran mayoría de los casos, especulaciones fruto de informaciones sesgadas por interesadas cuyo objetivo es imponer un sentimiento: aceptación sumisa y acrítica). Se debe "combatir" a la "mayoría silenciosa" desde la ambición de una "mayoría crítica y reflexiva".

Se debería hablar de necesidades sin que los intereses de las urnas condicionasen el futuro. Se debería ser flexible en los planteamientos y plural en el entendimiento. De ahí, una nueva izquierda puede nacer o está naciendo. Una revolución que día a día puede ir prendiendo en la mente de las personas, pero, intentemos que para quedarse y no para ser flor electoral de un día.

Salud.

INCONTINENCIA VERBAL

El candidato electo a la Presidencia de la Generalitat, Ximo Puig, se ha puesto de espaldas a la realidad y ha dado rienda suelta a una incontinencia verbal, hasta ahora, propia de la derecha en cuanto a Podemos se refiere. El Secretario General, Candidato, miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y Secretario de “regeneración democrática”, ha comparado (aunque haya pedido, de alguna manera, disculpas) a Podemos con el fascismo Italiano. El argumento, o el recurso utilizado ha sido comparar el discurso de Podemos con el del político italiano Caetano Mosca. ¿Porqué?. Fácil recurso si se lee interesadamente la obra de Mosca. Este político teorizó sobre la degeneración de la democracia, la clase política como élite y la lucha por la preheminencia (control de las elites a la actividad política, burocratizando y controlando el acceso de “elementos” externos). Pero, ¿porqué el Señor Ximos Puig compara interesadamente la teoría de un autor caído en el campo de la antidemocracia con Podemos?. Por una cuestión de desprestigio. Ha pedido disculpas, pero la duda podría estar sembrada, con lo que el objetivo o intención explícita ha confirmado la latente.
Es cierto que Mosca no es un “paradigma” intelectual, pero el uso de sus teorías por el político del PSPV-PSOE, si algo demuestra, es la perversidad de un lenguaje utilizado de forma sesgada con el objetivo de denostar al adversario y así crear un clima propicio a las posiciones de interés que representa.

Igualmente podría haber utilizado argumentos de otros autores para defender la opción que representa, que no es otra que la de una pieza fundamental y necesaria para el mantenimiento del sistema; el mismo que una amplia capa de la sociedad cuestiona, critica y abandona electoralmente por injusto, soberbio y excluyente.Pero le hubiera resultado difícil utilizar a intelectuales como Felipe Gonzalez, Zapatero, etc, por su nula aportación, ni intelectual, ni política.

Podría haber utilizado argumentos, por poner un ejemplo, de Gramsci o de Altuser, autores de izquierdas (comunistas) que hablaron de la hegemonía y la reproducción del sistema hegemónico de un sistema, que es de clase. Pero es más fácil, de cara al objetivo que perseguía, comparar con el fascismo que con determinados intelectuales de izquierdas pues, por un lado, llega más rápidamente el mensaje a la sociedad, y por otro , los propios argumentos intelectuales de Gramsci o de Althuser pondrían en evidencia el papel de su partido como "reproductor" de una sociedad cada día más injusta.

El Sr. Puig, Secretario de Regeneración Democrática tendría que explicar a la ciudadanía ( el y su Secretario General electo) el sentido de esta secretaria. ¿Qué democracia quiere regenerar?. Para regenerar, primero hay que mirar qué y quién generó el hecho concreto ( la democracia representativa de corte liberal), en qué momento histórico y cuales han sido los resultados de lo que se generó: no se puede regenerar algo que no se generó, y si la pretensión es regenerar, por ejemplo, el espíritu de la transición, debería hablar igualmente del tutelaje de los poderes fácticos franquistas que impidieron que la forma de estado fuese más avanzada o que se impusiese el olvido y el triunfo del revanchismo de los golpistas del 36. Debería hablar de las limitaciones de la democracia que impuso un régimen político de derechos e igualdades formales, pues en la constitución que “disfrutamos” son mera retórica (empleo, vivienda, igualdad ante la ley…).

Por otro lado, en el PSOE existe la figura psicológica del “poli bueno y poli malo. La salida de M.de la Rocha afirmando que Podemos no es el adversario, y quitando hierro a la comparación de Ximo Puig con el fascismo es una muestra de esa personalidad bipolar que “disfrutan” en el centenario partido. Efectivamente; podemos, es una fuerza emergente que debería preocupar a los nuevos dirigentes del PSOE, ya que con un discurso claramente anticapitalista ( antisistema para las piezas del aparato), cuestiona una democracia que cada día representa menos a más. Deberían preocuparse porque ese referente que en su día fue el PSOE para los hombres y mujeres progresistas está, como dice el himno, “cambiando de bases”, y seguramente, para quedarse.
Victima del PSOE fue, antes que Podemos, el Partido Comunista ( posteriormente IU), por poner en evidencia el entreguismo y seguidismo de una organización que pasó de ser instrumento de transformación a empresa electoral al servicio del sistema. Ahora le toca a Podemos, pensando el estratega de Blanquerias que de esta manera el voto de EUPV en el País Valenciano se estabilizaría y, de alguna manera, su argumento (soberbio) frenaría la huída electoral hacia la organización emergente, pensando, iluso, que los posibles y futuros pactos que necesitará serán más sencillos con EUPV que con Podemos; ingenuo y soberbio al considerar que EUPV será más manejable que ese grupo “antisistema” de imprevisible actuación y difícil catalogación.


Humildemente le daría, no un consejo ( ¡que los dioses me libren de la soberbia de dar consejos!) sino una opinión: céntrese en su partido y en diseñar un proyecto político lo suficientemente espacioso para que EUPV, Compromis e incluso Podemos puedan caber o, irremediablemente, fracasará y, por ende, nos condenará a los valencianos y valencianas a una prolongación mayor del calvario que han supuesto estos veinte años de gobierno reaccionario y corrupto de la derecha. Preocúpese porque igual le toca a Ud. apoyar a un Presidente o Presidenta de otro partido porque la realidad les ha pasado por encima. Céntrese en “regenerar” sus agrupaciones locales cuyo papel en la política local cada día es más irrelevante, por “obra y gracia” de la soberbia, la ausencia de autocrítica y la primacía de intereses no políticos.

domingo, 3 de agosto de 2014

EL PSOE, EL PSPV-PSOE Y LA AGRUPACIÓN SOCIALISTA DE EL CAMPELLO.

Obviar el proceso de elección directa de secretario general sería injusto: en el PSOE se ha producido un hito político y casi democrático, pues lo democrático, hubiera sido la elección directa de SG, así como del Comité Federal e incluso de la Ejecutiva Federal. No obstante, estoy de acuerdo en que tantos cambios hubieran sido demasiados para un partido con una estática tan importante y con una dinámica tan condicionada.
No participé en el proceso, pues no soy militante, pero en la medida ( poca) de mis posibilidades(escasas) arrimé un poco el hombro por J.A.Pérez Tápias. ¿Porqué?. Porque era el candidato de la corriente de Izquierda socialista, donde tan buenos amigos dejé y que tantos militantes y dirigentes con principios hay. Porqué en 2010 tuve la oportunidad de conocer y escuchar a J.A. Pérez Tápias y pude comprobar como un intelectual puede ser integro y comprometido con sus ideas, que eran y son las de muchos y muchas social demócratas. Además, también tuve la oportunidad de leer alguno de sus libros ( Argumentos contra la antipolítica, La izquierda que se busca y el último, Invitación al federalismo), encontrando en ellos la esencia de esa social democracia comprometida con los valores de siempre, los que han mantenido el socialismo español vivo más de ciento treinta años.
Concluyendo, J.A. Pérez Tápias no consiguió la secretaría general pero si un patrimonio político importante ( más del 15% de los votos emitidos), algo que espero que Izquierda Socialista sepa administrar con inteligencia y con eficacia, pues el socialismo y la causa de los y las trabajadores y trabajadoras lo necesita.
En el PSPV lo más destacable (una vez elegido al candidato y al tiempo secretario general) es, si acaso, comentar que el candidato, el SG del PSPV es ahora también Secretario en el Comité Federal del PSOE, una acumulación de cargos que, sinceramente, espero que le sean útiles a la ciudadanía del País Valenciano. Lo que hasta el día he visto por parte del candidato, Secretario General y ahora miembro con "cartera" del PSOE, simplemente han sido gestos.Declaraciones y gestos cuando lo coherente, a la vista de las encuestas y del poco tiempo que nos queda, hubiera sido un valiente plan de actuación para aglutinar, al menos programaticamente, a ese sector progresista que parece que desbancará (¡por fín!) al pp valenciano. Ni siquiera la irrupción de Podemos en el panorama político valenciano a inmutado lo más mínimo al "momificado" socialismo valenciano, donde, penosamente, subsisten las "familias" ( solo hay que ver la situación de la ciudad de Alicante) y diferentes grupos de interés que condicionan abierta y claramente la concreción de una alternativa democrática, plural y unitaria junto con el resto de la izquierda valenciana.
Y para terminar, nada pasa en la Agrupación de El Campello. Todo sigue tranquilo, Aquí, la irrupción de Podemos tampoco ha propiciado ninguna reacción. Se espera, con absoluta tranquilidad ( al menos lo parece) a que lleguen las elecciones y así cumplir con el trámite cuatrianual. No se vislumbra un cambio de actitud ni de discursos que propicie un acercamiento. Y quizá no se propicia ese acercamiento porque tampoco se quiere: es preferible ser pocos, pero fieles, a ser más, pero críticos ( ¿no es por eso?). A mi, personalmente, me da mucha pena y bastante rabia. Y me da, porque a pesar de lo que puedan pensar algunas mentes cargadas, además de argumentos, de interés por el estatus, el PSPV-PSOE fue mi partido y creo que todavía puede jugar un papel importante. Eso si: liberandose de carga, abriendo puertas y ventanas a la crítica, y construyendo un proyecto democratico, integrador y plural, que reconozca que la autonomía del proyecto político local del PSPV-PSOE no es tal, sino que depende, tanto de la ciudadanía como de otras organizaciones que, sumando, podrían propiciar que, por fin, se echase al pp del gobierno municipal y nuevos y renovados aires entrasen en la casa que, siendo de todos, la derecha se ha encargado de convertirla en su cortijo particular.

EL PLENO MUNICIPAL.

Tuve la oportunidad de asistir, esta semana pasada, a dos sesiones del Pleno del Ayuntamiento de El Campello. O lo que es lo mismo: asistir en vivo y en directo a lo que se supone que es el contraste público de las diferentes opciones políticas que representan a los votantes ( al menos, a los que ejercieron su voto en las últimas elecciones municipales del año 2011). En la sesión extraordinaria, se debatía el Presupuesto municipal para 2014: sí, así como suena, el Presupuesto municipal en el mes de julio.
La confección del Presupuesto, aparentemente y a la vista de los siete meses de retraso con los que se han presentado las cuentas municipales, ha sido altamente problemática: los ajustes a la Ley de Sostenibilidad de las administraciones locales ( que modifica la Ley de Bases de Régimen Local), parece que ha sido la culpable. Y yo, en mi ignorancia, me pregunto: ¿No han tenido el resto de administraciones locales de nuestro entorno el mismo problema?.
En cuanto a las cuentas, simplemente decir que, con una argumentación superficial, la oposición voto que no a las cuentas. Y mantengo la opinión de superficialidad, porque el simple hecho de presentarlas con siete meses de retraso debería haber motivado mayor contundencia. No ya en su contenido ( El presupuesto estará, si nada ocurre, en ejecución, más o menos para septiembre, osea, tres meses), que es el mismo de siempre, donde no hay ninguna novedad ( y no la hay porque las inversiones, o lo que es lo mismo, el grueso del dinero que van a "ver" directamente los ciudadanos y ciudadanas en la calle, que no en sus vidas, se aprobó en una modificación de crédito sobre el remanente líquido de tesorería, o lo que es lo mismo: sobre el superavit), donde no hay medidas que influyan directamente en la empobrecida vida de la ciudadanía. Deberían haberse argumentado en su contra, por la desfachatez de un gobierno que falta al respeto y que se escuda en la demagogia más torticera ( liderada por el portavoz del gobierno municipal) para justificar lo injustificable. 
En mi opinión, insisto, la oposición, a parte de reclamar los presupuestos, bien podrían haber elaborado un borrador que, a falta de concretar con los correspondientes y pertinentes informes, esbozara una alternativa viable. Y podría haberlo hecho en enero, en febrero, incluso en marzo. Y el hecho de no haber presentado una iniciativa que permitiese a resignado vecino y vecina visualizar esa alternativa de la que hablaba, descalifica a una oposición enrocada en su papel, pero lejos de lo que, con la que está cayendo, necesita la sociedad campellera.

En el segundo Pleno, se debatían diferentes mociones de los grupos de la oposición, e incluso del propio gobierno municipal ( ésta, en apoyo al globo sonda del gobierno del Estado sobre la elección de Alcaldes y Alcaldesas). La totalidad de mociones eran de sumo interés, ya que el gobierno municipal, según lo que se desprende de sus manifestaciones, no está para eso, sino para "gobernar" ( habría que analizar eso de "gobernar" con datos plurianuales e impacto de sus políticas).
La lectura de las mociones, acompañada por un debate más o menos interesante, concluyó con uno de los hechos más reseñables de la noche: un grupo de ciudadanos, con camisetas de Podemos, se levantó y dió la espalda al Pleno en protesta por la moción del PP sobre la elección de Alcaldes y Alcaldesas. El gesto, simbólico, fue interpretado por algunos asistentes como una falta de respeto pero, ¿y la falta de respeto de una corporación y, en concreto, de un gobierno municipal que tarda siete meses en presentar el presupuesto, que no cuenta con la opinión de los colectivos sociales para elaborar sus propuestas de inversión, que sigue abandonando a su suerte a jóvenes y parados, a estudiantes de los colegios públicos...no es eso una falta de respeto?.

Por último, simplemente señalar, que los Plenos ordinarios podrían ser, no ya un foro "meritocrático" donde cada uno de lectura a sus mociones, sino un verdadero foro de debate donde la oposición, de forma unitaria, plantease propuestas y pusiese en evidencia la inutilidad de un gobierno municipal que sale muy caro a la ciudadanía, y no solo por lo que cobran, sino por lo que no están haciendo (de forma intencionada).

UNA ESPECULACIÓN: LOS PARTIDOS COMO ESTRUCTURAS SOCIALES Y SU FUNCIÓN

No es mi intención, especular intelectualmente sobre términos y conceptos que, debido a su complejidad son motivo de estudios académicos serios. Pero si me gustaría aventurarme a realizar una comparación cualitativa en torno a lo que los funcionalistas ( dentro del paradigma sociológico contemporáneo) han denominado Estructuras Sociales y, más concretamente, sobre los partidos y organizaciones políticas como parte de ese sistema de estructuras y subsistemas.

Para los funcionalistas, lo importante no es el “quien”, sino el qué, separando ambos conceptos. En mi opinión, en el marco en el que estamos, el quien y el qué tiene una relevancia, pues ambos conceptos se “transversalizan” al existir un “porqué”.

El análisis funcionalista considera que, en la relación social existen unos elementos comunes: estructura y función, que, en principio y para los intelectuales que desarrollan su actividad sociologica desde éste paradigma, son básicos. Las estructuras son “un sistema de reglas de un sistema relativamente estable y que tienen a continuar en el tiempo, a pesar de los cambios. Este extremo, de forma grosera, lo podríamos aplicar a los partidos políticos tradicionales: las reglas son tan estables que, incluso en algunos partidos ( de la derecha principalmente) la democracia ha llegado solo de una manera formal, podríamos decir ( al margen de valoraciones y, de forma objetiva, si planteásemos datos sobre la vida orgánica de éstos partidos podríamos valorar la afirmación, más allá de acalorados debates sobre el entendimiento subjetivo).

Pero voy a pararme en las cuatro características que la sociología funcionalista plantea como mínimo en lo que respecta a una estructura y, sin las cuales, se produciría una “disfuncionalidad” que le restaría carácter. Veamos.
-Las estructuras se articulan y organizan en función de una norma interior que le dan solidez. Así es en el caso de los partidos y en cualquier otra estructura social pues, de lo contrario nos encontraríamos ante un agregado social.
-Formada por un conjunto de instancias coordinadas respecto a normas y participantes que le permiten actuar en virtud de una finalidad determinada. En el caso de los partidos; la lucha por el poder ( entendido poder en su acepción liberal).
-Está adaptada al ambiente en que aparece. Y aquí encontramos la primera disfuncionalidad: los partidos, desde la transición, subsisten “gracias” al apoliciticismo de lo que ahora ha denominado algunos, la “mayoría silenciosa”. O dicho de otra manera: los partidos han vivido gracias a la delegación, que no a la participación ( minoritaria, si valoramos porcentualmente la militancia, por ejemplo, en un municipio) de la ciudadanía, fruto de “aquella” democracia que fue diseñada en la transición como “perfecta” pero que es cuestionada en la actualidad.
-Se transforman en el ambiente en el que aparecen: se adaptan. Y esa es otra cuestión que es claramente disfuncional: los partidos tradicionales no se han adaptado a un ambiente cada vez más crispado contra el papel excluyente de la democracia formal (representativa) en que vivimos. Los partidos, lejos de adaptarse efectivamente, viven de gestos y propaganda con el único objetivo de mantener la dominación ( en términos Gramscianos y, por ende, marxistas) bajo la que vivimos, y que propicia que, todavía, esa mayoría silenciosa no se plantee la movilización para derrocar, a través del único instrumento de democracia directa que el sistema permite ( el voto) a unas organizaciones ancladas a unas funciones latentes ( la manifiesta es la lucha por el poder): la defensa de una seria de privilegios ( subvenciones, salarios, jubilaciones, etc) que el sistema les garantiza y del que se aprovechan utilizando como pancarta la función manifiesta de la lucha por el poder, escudada en los programas electorales, verdaderos documentos de retórica política que parecen copiados unos de otros.

Y me he centrado en el análisis funcionalista, porque es el mismo que confiere, académicamente, una función a cada estructura ( se realizan de forma conjunta) para especular ( nada más lejos de mi intención que demostrar psudo empíricamente, pues ni tengo los recursos, ni los datos, aunque en el análisis cualitativo de lo que planteo, ya coincidimos muchos y muchas desde diversas perspectivas ideológicas), sobre la necesidad de analizar críticamente el papel actual de los partidos, tanto de los que nos gobiernan como de los que quieren hacerlo. En mi opinión, centrarse únicamente en el “buenismo” de sus candidatos o en unos programas electorales inconcretos y en su mayor parte llenos de retórica  ( los programas si pueden ser analizados, y animo a ello), sería un acto, inconsciente o involuntario ( no lo se) de perpetuar a una élite que vive alejada, no solo del papel que deberían jugar, al menos en sus niveles más cercanos, sino del propio espíritu de la democracia, entendida como sistema de representación y de participación.

En otro artículo especulare sobre el concepto de rol y de estatus para, como decía, seguir especulando sobre el papel de nuestros políticos. Aunque lo que deberíamos hacer es, en lo posible, leer las actas de pleno para analizar el discurso político de cada uno, sumándolo a su actividad cotidiana y a un análisis de sus programas, para poder ubicarnos en una realidad institucional más o menos concreta.