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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Modificar la modificación para que nada se modifique.

Aparentemente, ha bastado una semana para limar las “asperezas” que propiciaron el bloqueo de la modificación de crédito por parte de PP/C.s/EUPV. Aparentemente, la explicación pormenorizada ( ahora si) de las partidas a modificar ha provocado un ataque de responsabilidad en la otrora oposición inflexible. Los argumentos ( al menos los expuestos públicamente) son, como mínimo peregrinos y, en mi opinión, no justifica su posición anterior.
“No bloquear el funcionamiento institucional; favorecer que los trabajadores y trabajadoras públicos cobren…”. Y en éste último argumento voy a detenerme para plantear una reflexión que, aunque pueda parecer incongruente ( dado que pertenezco laboralmente a ese cuerpo de trabajadores y trabajadoras municipales), simplemente pretende expresar una reflexión que considero, si no necesaria, si coherente con el “espíritu” que inspiraba las candidaturas que conjuntamente llegaron al gobierno municipal tras las últimas elecciones municipales.
Podría intentar hacer un análisis de las políticas implementadas o al menos anunciadas hasta el momento, pero me resulta difícil. Como en alguna otra ocasión he comentado, el cambio que más se ha notado ( y no es poco) es el personal: la cercanía de los ahora gobierno municipal dista mucho de aquél otro distante y rayando en la soberbia que podíamos ver en algunos miembros del anterior ejecutivo local. Pero, ¿basta esto para escenificar un cambio político?. En mi opinión, no. De ahí que me sienta incapaz de definir la acción de gobierno como de “cambio” político: en todo caso como un continuismo o una inercia en lo básico, aunque siempre queda la esperanza de, con el nuevo año, ver como las cosas empiezan a cambiar: esperanza que, evidentemente, no deberíamos perder.
Centrándome en al asunto que ha provocado mi enésima reflexión pública: ¿qué cobros pendientes hasta final de año se han aprobado vía modificación u otro procedimiento?. Principalmente, el abono de la parte pendiente de la paga extra detraída en 2012 y los servicios extraordinarios y productividades hasta final de año.
He podido observar que, ni los que han aprobado la modificación ni los que han “desbloqueado” la gestión ordinaria municipal han planteado en voz alta la pregunta de, ¿y el borrador de Presupuesto municipal, tardará mucho?. Y no se si no lo han hecho por puro tacticismo.
En cuanto a los conceptos que, como decía, vía modificación u otra afectan a los empleados y empleadas públicos, alguien ha preguntado: ¿y, con la modificación, ha cuanto asciende la partida definitivamente?. Los números son crueles y ponen de manifiesto que, lo que aparentemente es una decisión de funcionamiento ordinario, supone la decisión política de seguir propiciando una situación que, dentro de una presunta irregularidad, lo que sí supone es una irresponsabilidad política, si de valores y principios éticos de cambio hablamos. Ahora bien, si los valores y los principios quedaron aparcados o en el olvido tras el ascenso a las “cumbres” de la élite institucional municipal, , la cuestión pierde sentido porque habría que formularla de una manera más política.
Lo que, en mi opinión, se estaba dilucidando, no solo eran una serie de partidas presupuestarias para finalizar el ejercicio económico: se decidía continuar en la inercia, dejando la política de compromisos aparcada tras el simbolismo que ahora se enarbola como argumento frente a propios y extraños sin que exista una contestación, ni social ni política.
Por último, simplemente dedicar una última reflexión al papel que quiere desempeñar Esquerra Unida en el nuevo escenario que se plantea tras su salida del gobierno: ¿considera que seguir argumentando de forma retórica e incluso contradictoria es la herramienta necesaria para regenerar la política?.

Que el Ayuntamiento precise de una reorganización de recursos es más que evidente. Pero lo que igualmente precisa es la ruptura de una dinámica que propicia, con el consentimiento expreso de la totalidad de grupos políticos, que cuantiosos fondos sean detraídos de políticas sociales, de empleo, etc, con destino a “suplementar” los salarios de los y las trabajadores y trabajadoras municipales, algo que, pese a formar parte de éste colectivo, sigo sin entender en el marco de una política de izquierdas comprometida, no con las estructuras funcionariales, sino con la ciudadanía.

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