En estos momentos, todo el mundo habla de la situación en la
que ha quedado la nueva corporación municipal. Unos mantienen la tesis suscrita
por el sistema mediático y el de gran parte de las estructuras tradicionales de
los partidos de la transición: ingobernabilidad. En cambio, otros mantienen una
tesis que comparto: interés por ver si el mandato plural de las urnas se ha
percibido como tal por los nuevos cargos electos.
Los que hablan de ingobernabilidad, hacen cuantas
pluripartidistas: tripartito, tetrapartido, pentapartido…. Yo no estoy de
acuerdo. Personalmente considero que lo que corresponde al momento en que
vivimos es el entendimiento. Un acuerdo basado en objetivos, en programa y en
diseñar, de forma consensuada , plural y abierta al debate y la participación,
del futuro del pueblo en el que vivimos. Creo que la pluralidad debería tener
reflejo en un gobierno sin cuotas de poder, basado en el principio de que cada
uno asuma la responsabilidad que le han otorgado las urnas.
No obstante, mi ingenuidad no llega hasta el punto de negar
la mayor: el interés de partido o dicho en otras palabras: el tacticismo
electoral. Y es que, las elecciones generales están en el horizonte, y alguno
de los nuevos actores ( principalmente el PDP-Podemos y Ciudadanos) que han
irrumpido en el mapa electoral local puede tener condicionada su voluntad de
acuerdo. Me explico. Si Podemos (PDP) y Ciudadanos apoyan un gobierno, digamos,
cuyo Alcalde pertenezca por ejemplo al PSOE, ¿no se vería como un retroceso en
las posiciones “anti casta” que la organización mantiene, no se vería como una
concesión a los que hasta ahora eran considerados cómplices en el
desmantelamiento calculado ( por Europa y los organismo económico financieros
internacionales) del Estado del Bienestar?. ¿No ser vería a Ciudadanos como una
“muleta” del PSOE o del PP?,¿ no se interpretaría como una especie de traición
a los votantes que han visto en esa organización una especie de “frescor”? ( de
ecléctica ideología pero fresco al fin y al cabo acostumbrados como lo estamos
a una derecha con demasiados lastres ideológicos).
El PSPV-PSOE y Compromís, en principio no deberían tener
demasiados problemas en acordar una acción de gobierno. Alguna dificultad más
supondría un acuerdo con Esquerra Unida al mantener ésta organización
posiciones algo más radicales que pueden chocar con el institucionalismo que
todavía pueda subsistir en un depauperado partido socialista.
Las combinaciones son cuasi infinitas, pero lo que considero
que sí debería prevalecer es ese espíritu al que hacía referencia cuando
hablaba de los resultados electorales: pluralidad.
Si se antepone el tacticismo o el interés orgánico frente a
un proyecto que represente a una gran mayoría de ciudadanos y ciudadanas, la
pluralidad emanada del mandato popular se convertirá en la enésima renuncia,
algo que personalmente creo que no perdonarán los y las vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario