Hoy es 25, y la resaca de lo
acontecido ayer ( 24 de mayo) todavía cuesta digerir. Las urnas han hablado, y
lo han hecho con contundencia, dibujando un mapa político local que, pese a los
agoreros de las dificultades, se presenta, como mínimo, como interesante.
En primer lugar la derecha
tradicional ha perdido 1362 votos respecto al 2011 ( que, porcentualmente
supone una pérdida mayor, si tenemos en cuenta que el censo es ligeramente
superior), o lo que es lo mismo, casi catorce puntos porcentuales y tres concejales.
Y digo que la derecha tradicional, pues la “otra” derecha, la que ha venido a
sustituir a la alianza popular (con demasiado olor a sotana) post franquista, a
entrado con fuerza. Es cierto que esa otra derecha, moderna, simpática y de
aspecto agradable, viene de la mano de una apuesta firme de los poderes
económicos cuyo primer órdago se llevó por delante a UPyD. Esa nueva derecha,
con un discurso menos engolado y más aceptable, sin aparentes lastres
ideológicos (la derecha que gobierna, como decía, tiene un lastre claramente
post franquista que le condiciona de forma clara, y para muestra un botón:
aborto, ley mordaza, etc.)ha sido un sumidero de votos por donde el actual
gobierno municipal ha perdido un buen puñado de votos.
En segundo lugar, el PSOE, el
centenario partido de Pablo Iglesias (Pose), parece que ha culminado un proceso
de desangre electoral y político que se inició en 1995. La perdida de mil votos
y casi once puntos porcentuales con respecto a 2011 le sitúan en una incómoda
segunda posición. En 2011, la ruptura de la organización y una estrategia de
enroque parece que no ha sido suficiente amalgama para aglutinar a una
agrupación que no ha podido sumar los apoyos suficientes como para ser
alternativa de gobierno. El futuro está por escribir, aunque personalmente
considero que una organización como el PSOE no puede resignarse a subsistir,
pues no fue creada para ello, por lo que creo que es necesario que con urgencia
pero sin prisas, los socialistas comiencen a trabajar para rearmar política,
ideológica y personalmente a la socialdemocracia local.
En tercer lugar, la coalición
compromis, pese a todo (ruptura de Iniciativa y abandono de sus principales
miembros) no solo ha mantenido el tipo, sino que se ha consolidado numérica y
políticamente. Una organización cuyo sustrato orgánico es ilusionantemente joven
que tiene que empezar a asumir responsabilidades para demostrar que, más allá
del folclore, hay política ( y mucha). No obstante, decir que la suma de
Compromís e Iniciativa en 2011 daban tres concejales al igual que en éste
momento, pero porcentualmente cuatro puntos sobre el resultado obtenido, algo
que la coalición debería analizar una vez digeridos los resultados y la
felicidad de ser una alternativa cada día más sólida.
En cuarto lugar, el resultado de
la “nueva” derecha ( y conste que no hay tono peyorativo alguno, sino la
constatación de un programa económico y social coincidente), ha entrado en la
institución por la puerta grande. Superando a Compromís en número de votos y porcentaje, ha “desangrado”
, principalmente al pp, aunque algún voto del PSOE ha cogido de pasada. El
escueto programa, junto a la participación en la candidatura de una ilustre
concejala del pp hasta el último mes de legislatura, deja abiertas las
especulaciones y las expectativas por igual.
En quinto lugar, el incremento de
votos de Esquerra Unida a la que muchos daban por defenestrada a manos de
podemos ( o de su marca blanca local el Partit Del Campello), ha resurgido
rozando los mil votos y superando el ocho por ciento de apoyo. Ha doblado
concejales y, en mi opinión, tiene la
oportunidad de consolidarse como una alternativa de izquierdas que puede
gobernar y concretar las propuestas con las que se presentó.
Por último, el Partit Del
Campello (marca blanca de podemos o como les gusta: un partido instrumental) ha
sido una sorpresa. No por su resultado, sino porque ha sido capaz de arrastrar,
tanto a nuevos votantes, como a votantes, principalmente, del PSOE ( y no de
Esquerra Unida como ha ocurrido en otros lugares). Junto a el PDP, Demócratas, con David Alavés
al frente, ha irrumpido en la institución con fuerza ( más de setecientos votos
y casi un seis por ciento de apoyo). Este partido local es, por resumirlo de
alguna manera, el único que se juega su futuro en casa, pues en el caso de
PDP-Podemos y Ciudadanos, las vistas de las organizaciones están puestas en el
horizonte de las elecciones generales, lo que puede condicionar, de alguna
manera, un acuerdo plural a nivel local.
Donde unos ven incertidumbre, yo
la acompaño de una enorme ilusión por ver si lo que la ciudadanía ha expresado
en las urnas, es suficiente mandato para los electos: dialogo, acuerdo,
consenso y entendimiento. Veinte años de imposición monopartidista son
suficientes, y la democracia, pese a la Ley d’Hont, se ha expresado con fuerza
y con contundencia. Ahora la responsabilidad está en manos de esos electos que
nos convencieron de que había que actuar con valentía, de que íbamos a
arreglarlo, de que era el momento de la izquierda, de que la ciudadanía pedía
cambio…
No hay comentarios:
Publicar un comentario