La piscina vuelve a estar paralizada. La empresa constructora no cobra de la Generalitat y para la obra. ahora, aquellos y aquellas que votaron que si a la piscina, que si a las diferentes modificaciones de precios y proyecto, tendrán que rendir cuentas y asumir su responsabilidad.
En su día, algunos ya mateniamos que la piscina no era una obra necesaria ( aunque si interesante). Que lo necesario son los servicios sociales como elemento de cohesión social. Que lo necesario era la inversión en la renovación ( reconstrucción diría yo) del tejido productivo de nuestro pueblo. Que lo necesario, en cuanto a obras, se centraba en completar los equipamientos de los que carecemos en El Campello ( escuelas infantiles, centro de día y residencia para ancianos, centro de juventud, etc). Pero, con la boca pequeña, algunos apoyaron esta posición mientras llenándose la boca con la retórica pueblerina ( tot per el poble), apoyaban la obra para posteriormente apoyar las modificaciones y los presupuestos añadidos. Todo un acto de (i)responsabilidad.
Es una vergüenza, pero como muchas otras que parecen no preocupar, no ya a los políticos ( preocupados por sus propios intereses), sino a la ciudadanía de El Campello que, penosamente, continua anestesiada y resignada a que nada se puede hacer. ¿Nada?.
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