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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

jueves, 30 de octubre de 2014

DEMOCRACIA MUNICIPAL

El título podría inducir a pensar que existe más de un tipo de democracia en un marco institucional determinado por la representatividad como en el que vivimos. No es así. El título se refiere a los retos que, en mi opinión, tienen las organizaciones políticas y ciudadanas que esgrimen el argumento de la necesidad de “regenerar” la democracia en todos sus ámbitos.

Todos y todas asistimos a una desenfrenada carrera por “democratizar” las organizaciones: el PSOE con las primarias abiertas, IU también y Podemos con un método diferente. Ninguno es mejor que otro, y todos son positivos, a pesar de no ser la panacea de la democratización ( las primarias pueden impulsar liderazgos incluso de corte caudillista así como un cierto clientelismo asociado a éste). No obstante, los partidos que nos representan en el ámbito local no han realizado propuestas para mejorar la calidad de la democracia local. ¿Los motivos?. Desde el convencimiento en que la práctica totalidad de partidos y organizaciones “creen” en la representatividad como vehiculo principal ( que no único), parece innecesario plantear propuestas de antemano, pues dependerá del “talante” de los representes respecto a los representados la mejora o no de la calidad democratica municipal. Esto, aplicándose a municipios de pequeño tamaño, donde incluso la elección de los Alcaldes se realiza de forma directa ( los concejos abiertos), podría tener una justificación, pero no en un pueblo de casi treinta mil habitantes.

Por otro lado, la ausencia de debate en torno a medidas concretas para la mejora de la participación pueden partir de la desestructurada representación social: no existen movimientos vecinales movilizadores ( existen, y tienen un carácter reivindicativo, pero no aglutinan a los suficientes vecinos y vecinas como para influir directamente en la toma de decisiones), por lo que para la totalidad de organizaciones ( al menos para las que tienen representación), la opinión pública agregada ( como suma de los juicios individuales a través de los votos  como la define Victor Sanpedro en su obra Opinión pública y Democracia deliberativa)es la única a tener en cuenta. La opinión pública discursiva tiene unos ámbitos y una relevancia, desgraciadamente, poco relevante todavía, así como una incidencia prácticamente inexistente en cuanto a movilización electoral. Y ahí es donde los partidos y organizaciones que defienden en su discurso la “regeneración”, deberían incidir. ¿Cómo?. Voy a plantear algunas ideas.

Como antes indicaba, el movimiento asociativo es, por desgracia, poco influyente en nuestro municipio, algo sobre lo que los miembros de colectivos y asociaciones vecinales y sociales deberían reflexionar. La respuesta de que “ en El Campello, la gente es pasiva e inmovilista” no es suficiente: si lo es, ha sido, al igual que en el resto de localidades, porque la evolución de los Ayuntamientos democráticos no han impulsados mecanismos de participación tales como para que la ciudadanía considerase productiva dar su opinión de forma institucionalizada. Igualmente, el control que de los pequeños colectivos y asociaciones se ha realizado desde las corporaciones ha “maniatado” la posible respuesta que ahora parece tan necesaria pero que nunca ha sido tenida como una prioridad. Y, dicho esto, centrémonos en el mañana y no en el ayer.

Evidentemente, el talante de los representantes es importante, pero en una institución como el Ayuntamiento, la racionalización burocrática es, al tiempo, un condicionante y una oportunidad. Un condicionante, pues la ley limita y constriñe la participación institucional. Y es una oportunidad, porque la misma ley permite vehículos para que, desde ese  talante, desde el compromiso con la regeneración, se concreten acciones que, al tiempo de propiciar la participación de los actores ya institucionalizados actualmente, impulse la creación de otros foros y ámbitos de debate social.

El reglamento de participación es, al igual que comentaba sobre el desarrollo racional de la burocracia institucional, una oportunidad y un mecanismo de control y, por lo tanto, de limitación de la participación. Los derechos, mecanismos y medios que en el se establecen ( información, consulta, divulgación, etc) deberían ser flexibilizados. Pongamos un ejemplo: en la actualidad existe una polémica suscitada por los “plazos” para la presentación de preguntas al Pleno municipal por parte de los vecinos y vecinas. Este punto, debería flexibilizarse llegando incluso a permitir la participación directa en el Pleno municipal de forma regulada y ordenada ( propiciando no solo peticiones de información sino un cierto grado de clima discursivo al suscitarse debate y, por consiguiente, tener la oportunidad de contrastar opiniones en la búsqueda de consensos).

Otros mecanismos son los Consejos Sectoriales ( donde participan los colectivos y asociaciones del ramo: deportivas, juveniles, culturales, etc) así como el Consejo de Ciudad, un organismo que todavía está por desarrollar y que parece que no verá la luz en la presente legislatura.

La información y divulgación de acuerdos y debates municipales, así como de opiniones sobre problemáticas o simplemente informaciones divulgativas deben tener su espacio a través de medios abiertos, democráticos y no controlados por la administración aunque dependientes de ella. La radio, los medios informativos locales son instrumentos que deben impulsarse.

En último lugar ( porque lo anteriormente dicho se dirige principalmente a las instituciones ya en funcionamiento y, en general, a la ciudadanía con el objetivo de promover un cierto grado de discursividad) la posibilidad de organizarse en torno a nuevas instituciones debe tener un cauce flexible así como medios y posibilidades de desarrollar los objetivos para los que se crean ( y no me refiero a subvenciones, pero si a los medios físicos, informativos y divulgativos). Esto mejoraría y ampliaría la discursividad al tiempo que, con la creación de los instrumentos de descentralización necesarios ( un pueblo tan extenso, los precisa: consejos de barrio, asambleas de barrio, concejalías de barrio…) podría abrirse la posibilidad de opinar a muchos y muchas vecinos y vecinas que en la actualidad limitan esa opinión al ámbito doméstico o lúdico.


Y, desde la institución municipal, cuestiones como la comparecencia pública periódica para explicar y rendir cuentas si así se exige, la flexibilización para la presentación de iniciativas populares, la creación de un departamentos de opinión ciudadana que “consultase” la opinión sobre decisiones a tomar y evaluase las adoptadas, son igualmente instrumentos que, aunque en el ámbito del “talante”, deberían ser asumidas como necesidades institucionales de “regeneración”.

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