NUEVO BLOG

NUEVO BLOG
EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

lunes, 15 de junio de 2015

ACUERDOS


Personalmente, creo que lo de “penta, exa, tri, tetra”, son términos que pertenecen a la “vieja” forma de hacer política, donde se repartían cromos en función de preferencias o intereses partidarios y, porque no decirlo, personales. Creo que la nueva etapa que las urnas abrieron el pasado 24 de mayo, debe superar la simpleza de un mero reparto de poder, para empeñarse en un acuerdo político y programático más allá del cruce de programas y, por supuesto, más allá de las matemáticas electorales: sustituir las matemáticas (que servirían de poco al ser las diferencias mínimas entre los “tres de tres”) por la ética política y el pacto programático abrirá, definitivamente, la nueva etapa que tantos y tantas vienen (venimos) pidiendo y pregonando.
Personalmente considero que cualquiera de los o las candidatos o candidatas tiene la legitimidad para optar a cualquier cargo. No obstante, considero que, por el bien del acuerdo, se debería restar relevancia a la carga simbólica del puesto de Alcalde. Se debería firmar un acuerdo y un compromiso ético mediante el cual el o la Alcalde o Alcaldesa pudiera ser removido en caso de desacuerdo manifiesto, tanto de los grupos políticos como de la ciudadanía. Igualmente considero que ese acuerdo ético debería aplicarse a la totalidad de cargos con delegación (alguno de los partidos que hoy se sientan a negociar ya lo llevaban en su programa: revocación). Igualmente considero que la cuestión de esa lucha por el “capital simbólico” que determinadas áreas tienen debería dilucidarse a través de un acto sencillo: la delegación de firma. Acto que conlleva igualmente la delegación de responsabilidades políticas.
Otra cuestión sería, a favor del debate abierto y plural, devolver al Pleno las competencias que puedan estar delegadas en la Junta Local de Gobierno u otros estamentos, así como la puesta en marcha de los instrumentos que ya prevé la ley como base para esa regeneración de la democracia local que deseamos: los consejos sectoriales, el consejo ciudadano y cuantos instrumentos sean precisos para impulsar y facilitar la participación. Pero, insisto: donde cualquier voz tenga el mismo valor.
Evidentemente, no voy a ser yo quien marque (¡líbrenme los dioses de tal ataque de soberbia!), ni el paso, ni el guión de un acuerdo que compete a las organizaciones con representación: únicamente doy mi opinión sobre el “cómo”; simplemente porque considero que el “quien”, pese a los resquicios de lucha por estatus o liderazgos, pasan a un segundo ( o tercer, o cuarto…) plano, siendo prioritario, por emergencia y por higiene democrática, un acuerdo cuya base sea política.
No soy tampoco un ingenuo: soy consciente de que el factor personal e incluso el personalismo ( esté justificado o argumentado políticamente) jugará un papel importante en el proceso: el quién y en cuanto (quien ocupará cada cargo y cual será su remuneración) es un posible escollo, así como posibles “compromisos” de los futuros miembros de ese gobierno plural. Pero creo sinceramente que, si éstos son los escollos principales, los que los esgriman como tales estarán, no solo haciendo una lectura errónea de los resultados, sino perpetrando un serio revés al grito mayoritario que las urnas han lanzado: política, dialogo y acuerdo. Política para recuperar la institución para la ciudadanía, poniéndola al servicio de los y las vecinos y vecinas; dialogo para que todas las voces y opiniones valgan lo mismo sea quien sea el que opine; y acuerdo, porque después de más de veinte años, es necesario un plan serio y valiente para sacar a El Campello del “impas” en el que gobierno personalistas y personales nos han encallado.
Los hombres y mujeres de éste pueblo piden un cambio; y éste debe empezar desde el día siguiente a la toma de posesión del nuevo gobierno municipal. Cualquier dilación, duda o rectificación va a ser entendida como un engaño, por lo que la transparencia, el dialogo, la información  y la democracia deben, en mi modesta opinión,  ser las herramientas que se usen frente al oscurantismo, el despotismo y la soberbia que ha predominado a lo largo de estos últimos años.

Saludo un acurdo que, pese a las dificultades normales en el entendimiento entre diversos, diferentes e incluso divergentes, creo que es, más que posible; necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario