NUEVO BLOG

NUEVO BLOG
EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

martes, 29 de abril de 2014

EDUCAR PARA PENSAR, PENSAR PARA TENER FUTURO.

"No comprendo por qué odian de esa manera a las Misiones. Las Misiones no hacen más que educar. Y a España la salvación ha de venirle por la educación."
Manuel Bartolomé Cossío. (Publicado en el diario Heraldo de Madrid del 3 de septiembre de 1935, a raíz del fallecimiento de Cossío en la madrugada del día anterior).

Es, de alguna manera evidente, que la educación, es un arma poderosísima en manos del poder. La tan retórica frase de "igualdad de oportunidades" se fundamenta, no en declaraciones de intenciones, sino desde el compromiso de formar ciudadanos y ciudadanas conscientes, consecuentes, racionales y, por ende, críticos. Evidentemente esos términos están reñidos con las aspiraciones de un poder cuyo objetivo es seguir reproduciéndose en los mismos términos en los que hasta el día y con los mismos objetivos que hasta ahora.

El intento de los académicos e intelectuales en romper con la dinámica de "miseria cultural" a través de la educación ha chocado historicamente con los intereses de las clases hegemónicas, cuya pretensión, a través, tanto de los aparatos de coerción del Estado, como de la conformación de una especie de cultura de la "acriticidad", es y ha sido el mantenimiento de su estatus social, político, económico y cultural, términos que se complementan por la reciprocidad que existen en el objetivo.

Las agresiones que se han venido produciendo en la educación en España tras la muerte del dictador fascista han incidido efectivamente en la actual situación socio económica. Una educación basada en la excelencia ha diseñado a lo largo de los años un mercado laboral desigual e injusto donde la igualdad de oportunidades ha sido mera retórica. La formación no ha supuesto un avance en la cultura, entendida ésta como vagaje de valores, ideas y practicas que cohesionasen la sociedad, sino todo lo contrario: ha incidido en la conformación de una sociedad cuya composición es de agregados basados en el individualismo competitivo, realidad que ha distorsionado cualquier objetivo de construir una sociedad plena, donde los derechos y la responsabilidad fuese concebida como un hecho colectivo y de iguales.

Las autoridades educativas en mayor o menor medida ( en los actuales momentos históricos, en mayor) han "olvidado" a aquellos hombres y mujeres que apostaron por la educación como instrumento y arma de igualdad, cediendo espacio a los intereses que primaron y priman todavía para que fuese un recurso desde donde legitimar las desigualdades y, por ende, la insolidaridad ( en nombre del mercado), el individualismo ( en nombre de la competitividad) y la acriticidad, con el objetivo de formar buenos y dóciles consumidores. Y desde ese abandono, han dejado que los poderes fácticos les utilizasen a ellos, representantes públicos y políticos, como meros gestores de sus intereses, que no son, por supuesto, los de una sociedad cohesionada y unida por los valores y tradiciones del humanismo y la solidaridad.

Es necesario que se abra una lucha incruenta pero sin cuartel en favor del concepto de ciudadanía. Desde el concepto republicano que confiere a la ciudadanía la centralidad del hecho social, evitando, de la forma más pedagógica posible, el enfrentamiento simbólico; utilizando la razón y los hechos que demuestran que sí que hubo un intento por sacar a la sociedad de la miseria intelectual en la que vivíamos y vivimos, y éste fracasó, por que los mismos que hoy ejercen el poder desde diferentes ámbitos sociales, ya lo ejercían y, si nada lo remedia, lo seguirán ejerciendo, hundiéndonos más si cabe en el embrutecimiento en el que vivimos y que nos condena a no discriminar, no reflexionar y, en definitiva, a no ser más que números, contribuyentes o clientes de un sistema que sostenemos todos y cada uno de nosotros y nosotras como ciudadanos de una sociedad que, aun sin verla ni concebirla como tal, existe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario