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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

lunes, 27 de julio de 2015

El reparto del empleo.


La reforma laboral del pp ha servido a uno de los fines que la crisis tenía ( y tiene); que algunos vieron de forma tácita, pero hoy, a la vista de los datos sobre el tipo de empleo que se crea en éste país, va tomando forma explícita: el empobrecimiento.
Pese a que éste concepto sea  ajeno para muchos y muchas, o se quiera pasar de puntillas ( el terror económico que la crisis ha puesto en manos de unos pocos es un arma demasiado potente para combatirlo sólo con principios), el empobrecimiento generalizado es un hecho que no escapa a casi nadie. Los pequeños ( o no tan pequeños) agregados de solidaridad son los que están sosteniendo el difícil equilibrio sobre el que deambula la sociedad: padres, suegros, vecinos, ONGs, etc, son las que están sustituyendo a un estado cada día más mínimo: otro de los objetivos de la estrategia global neoliberal.
Desde los Ayuntamientos, y previa autorización de las administraciones competentes en materia de empleo, se puede incidir cuantitativa y cualitativamente: destinar,  parte de los presupuestos actuales destinados a la realización de horas y servicios extraordinarios para la creación directa de empleo. Creo, que la pasada legislatura ya hubo algún grupo que apuntó alguna cuestión, pese a no concretarlo presupuestariamente. Junto a la reconsideración de las partidas destinadas a servicios y horas extras, puede ( y debe) sumarse otros gastos no prioritarios para dotar suficientemente un programa de acción directa.
Las bolsas de empleo son pequeños pero efectivos parches que pueden ofrecer a muchos y muchas trabajadores y trabajadoras un instrumento no solo para la supervivencia, sino también para recuperar algo que, hoy por hoy está bajo mínimos: la dignidad como trabajadores y trabajadoras; en definitiva, como personas. Pero esto no basta: la necesidad de abrir nuevos nichos de empleo al hilo de un cambio de modelo productivo local, más sostenible y sin dependencia de la temporalidad es otro reto que debe ser abordado en El Campello sin prisa, pero sin pausa.
Otra cuestión son el rescate de servicios actualmente en manos de empresas. Aquí no solo basta con la voluntad, sino con la situación contractual en la que se encuentran esos servicios: decir que se va a “municipalizar” un servicio, sin valorar las repercusiones que podría tener el incumplimiento de un contrato sería una irresponsabilidad. No obstante, valorada ésta cuestión, si se pueden crear mecanismos para, a través de la promoción del autoempleo y la iniciativa local, co-gestionar muchos de los servicios que hasta el día vienen prestando empresas. Pero el objetivo no puede quedar en ésta cuestión: la formación, la horizontalidad de esa co-gestión, la sostenibilidad presupuestaria, etc, son cuestiones que deben entrar en el debate ( valorar si una revisión de impuestos y tasas puede o afectaría a éste objetivo)
Como decía, las acciones, pese a necesarias, siempre van a ser parciales y, desgraciadamente, temporales; condicionadas a presupuestos, necesidades e incluso a la adecuación de los servicios a la existencia de trabajadores asociados que puedan asumir la co-gestión. Es necesaria la apertura de un dialogo, donde la institución municipal, el tejido empresarial local, los centros universitarios y órganos supramunicipales, junto con sindicatos y vecinos, hablen de cómo ampliar el modelo económico local, y ahí el papel de liderazgo del Ayuntamiento es imprescindible.

En éstos días, que muchos salen en los medios de comunicación sacando pecho ante los datos del empleo, pese a los apabullantes datos que indican el progresivo empobrecimiento de los trabajadores y trabajadoras asalariados; la fuga de trabajadores y trabajadoras al extranjero, sirva como reflexión un interesante artículo con un no menos interesante título de José Carlos Diez: País de ladrillo y camareros ( Tinta libre del mes de julio). ¿Ese es el futuro?

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