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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

sábado, 21 de abril de 2012

GOLPE DE ESTADO


Cuando se habla de “golpe de estado”, se piensa en un país atrasado, de población empobrecida, con una economía desequilibrada y la riqueza en manos de unos pocos… No podemos llegar a pensar que en un país como el nuestro, un estado “moderno”, se pueda producir un golpe de estado con las tropas en la calle y los cuarteles alborotados, pero nadie se ha parado a reflexionar sobre los diferentes tipos de golpe de estado que el capitalismo puede impulsar desde la legalidad de las estructuras institucionales.
En el caso de España, el gobierno heredero del franquismo, elegido mayoritariamente por unos ciudadanos embrutecidos por la desesperación y la incultura política, está llevando a cabo un golpe de estado sobre los servicios fundamentales con un objetivo claro: empobrecer a la población, depauperar a la clase trabajadora, someterla a una miseria tal que pueda continuar aplastada bajo la necesidad y así ser un instrumento útil a los fines depredadores del sistema.
El enésimo capítulo es la elección del Presidente del ente TVE. La extrema derecha, que no tiene suficiente con tener a sus incondicionales bien colocados en la parrilla mediática del tdt, arremete contra el servicio público de radio y televisión. Antes, eran necesarios dos tercios del parlamento para designar al Presidente de RTVE, ahora, con la mayoría absoluta de la que disfruta la extrema derecha, será suficiente. ¿Porqué?, pues muy sencillo: la autonomía y la independencia de la radio y la televisión pública no es útil para el objetivo de seguir sometiendo a la sociedad a la desinformación y la manipulación.
Por todo ello, nos encontramos ( aunque no seamos suficientemente conscientes) ante un golpe de estado. La sociedad tiene que reaccionar ante la mentira y la manipulación continua de los poderes fácticos representados por la mayoría parlamentaria de la extrema derecha. Y tiene que reaccionar, organizándose y dando la batalla en la calle, dando la batalla de la conciencia, de las ideas frente al institucionalismo. Desmontando estructuras partidarias y burocrático sindicales para devolver el poder a la clase trabajadora, tanto en las organizaciones políticas como en las sindicales. Oponiéndose a la violencia que el sistema capitalista y los poderes fácticos ejercen y van a seguir ejerciendo. No podemos continuar sumidos en la resignación, no podemos aceptar la miseria como el mal menor y no podemos permitir que con la excusa del parlamentarismo se sustituya el único poder posible en una democracia: el poder del pueblo.

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