Hoy, a las 19,30, estábamos citados todos los ciudadanos y ciudadanas a las concentraciones contra el "constitucionalazo". En Alicante estábamos los que teníamos que estar. Los y las que no estaban quizá estaban indignándose ante el televisor con las alienantes imágenes del partido de la selección del reino contra una gran potencia económica fruto de su condición de paraíso fiscal. Pero bueno, insisto: estábamos los que teníamos que estar.
Lo cierto es que lo más grato de las manis y de las concentraciones es encontrarse con compañeros de lucha a los que vemos de mani en mani o de concentración en concentración. Los sindicatos convocaron a toda la afiliación y, por supuesto, a los y las delegados y delegadas que siempre deben estar en primera fila, pero haciendo un recuento rápido de los y las asistentes creo que muchos delegados de CCOO y de UGT se dejaron alienar o simplemente tenían cosas más importantes o interesantes que hacer, pues seguro que faltaban muchos y muchas.
Estamos indignados e indignadas. Y lo estamos porque el gobierno cuyas siglas contienen las palabras "socialista y obrero" se ha arrodillado ante los especuladores poniendo en el mostrador de los saldos a la clase trabajadora. Los gobernantes de la social derecha, con su alianza con la extrema derecha ( el amplio acuerdo institucional dota al acuerdo de una proyección parlamentaria pero no significa que sea beneficioso por más que insistan en que "era necesario"). Las voces que se han levantado contra el acuerdo y contra los sucesivos recortes no forman parte de la corte de súbditos del poder y, por lo tanto, no son escuchadas a pesar de la sensatez de sus reflexiones. El Estado, ese ente que cada día es más ajeno a la realidad social y las necesidades de la clase trabajadora, se ha erigido en dictador con la ley en la mano, decidiendo el futuro de los más en beneficio de los menos.
Y una última reflexión: en la concentración habían banderas de diferentes organizaciones pero no vi ( insisto, no quiero decir que no acudiesen, aunque yo no les vi) a los indignados que han protagonizado y hegemonizado el debate político durante los últimos meses. Quizá los partidos que asistieron a la concentración "no les representan", pero tienen toda la legitimidad para defender lo mismo que defiende la ciudadanía "apartidista". Tienen la fuerza que les da años de lucha por una sociedad más justa, igualitaria y solidaria. Nadie tiene el patrimonio de la representatividad, y el objetivo de sumar debe prevalecer por encima de cualquier otro tipo de interés. Insisto; es una reflexión personal cuyo objetivo no es socavar la legitimidad de nadie, sino todo lo contrario: la unión de la izquierda política y social nos hará más fuertes contra la dictadura del Parlamento bipartidista.
Un saludo a los y las compañeros y compañeras con los que pude compartir frustraciones y anhelos, con los que he compartido la complicidad de esas soluciones que para la militancia de base es sencilla pero para las cúpulas parece todo un imposible. Mucha suerte en la lucha, mucho acierto y, seguro, en el camino nos encontraremos, pues la lucha va a ser larga y muy dura.
En todos los pueblos y ciudades, ante las sedes de la social derecha (PsoE) y la extrema derecha, hay que señalar a los que son coparticipes del progresivo e imparable proceso de esclavitud laboral y económica de los y las trabajadores y trabajadoras. Hay que decirles que YA BASTA, que hasta aquí ha llegado su hegemonía, pues ahora, los trabajadores y trabajadoras van a auto organizarse, a debatir y apoyar a esos partidos a los que ellos tachan de extremistas y testimoniales, pero que van a conseguir, a través de la unidad programática, transformar ésta sociedad que ellos quieren repartirse como si de SU botín se tratase.
Salud y Socialismo: UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA Y DE SUS ORGANIZACIONES YA.
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