Ya se que no es extrapolable el resultado de unas elecciones locales con unas generales, pero es bueno que recordemos algunas cosas, porque es posible que las conclusiones sean, por así decirlo: más productivas.
En primer lugar, es necesario fijarse en el porcentaje de votantes ( 61,9%), en el número de votos totales a las candidaturas y en el porcentaje que ésto supone para así poder comparar, debatir e intentar sacar alguna conclusión.
En las elecciones locales, el espectro electoral es menor y de menor concreción
que en el local. En las locales, Compromis e Iniciativa se presentaban
por separado y Decido no se ha presentado en las Generales en nuestra
provincia, por lo que son datos que deberemos analizar con claridad.
El voto de UPyD también precisa de un análisis respecto a los anteriores comicios ( europeos).
Pero hay dos datos que son significativos:
La derecha obtiene, respecto a las municipales 2.233 votos más. El PsoE, 175 más, aunque porcentualmente obtiene un mejor resultado en las locales que en las generales a pesar de la diferencia de votos en favor de las Generales ( aproximadamente 2 puntos en favor de las locales).
Es necesario que nos fijemos en la amplia diferencia en favor de las Generales en la derecha local, algo que, en principio debería preocupar mucho a los dirigentes de nuestro municipio al existir, sobre el papel, una desafección negativa hacia la corporación que dirige el Ayuntamiento en minoría.
El castigo al PsoE estatal es claro, dada la enorme cantidad de voto que se desvía en favor de las siglas de la derecha ( entendida derecha como el Gobierno municipal y UPyD). Diferencia que asciende a casi ocho mil votos. ¿Esto significa que El Campello es una localidad de derechas, o simplemente que la desideologización de la sociedad, sumada a la traición de los principios de la socialdemocracia por parte del gobierno Estatal y la desesperación de una amplia capa de familias que sobreviven la crisis financiera y especulativa de la construcción?. Cada cual que saque sus conclusiones.
Lo que está claro ( incluso para el más necio y obtuso) es que la izquierda debe propiciar una reflexión en torno a la actual derechización social y al papel que la izquierda quiere jugar en la sociedad y la institución ( en general, en las instituciones) municipal. Es necesario que alguien impulse una reflexión autocrítica ( ya que tras las municipales nadie tuvo la capacidad de realizarla) y, desde ahí, y desde la humildad y la explicita renuncia a la fagotización política, plantee la necesidad de un proceso de convergencia programática, como mínimo.
Y convergencia no significa seguir desarrollando una actividad ( por frenética que parezca) que pase de puntillas sobre los problemas estructurales de la sociedad campellera ( y en general del País Valenciano y el Estado Español) y se centre en la estrategia mediática antes que en la ideológica, política y programática.
Y concluyo: la izquierda se encuentra en ante una situación de inflexión, o afronta la regeneración ideológica ( junto a una regeneración personal), la recuuperación de la idea de converger desde la pluralidad, o la derecha sin programa ni planteamientos gobernará sin ideas pero con intereses por mucho tiempo ( pero que mucho, mucho).
Seguir mirándonos el ombligo, enfrascados en actitudes de resistencia, no nos lleva ( a la clase trabajadora) más que a la profundización de la desesperanza y, por ende, a que la derecha aglutine a una mayoría de ciudadanos y ciudadanas resignados y resignadas que prefieren en mal menor a cualquier cambio o programa de transformación social.
Salud y Socialismo.
El voto de UPyD también precisa de un análisis respecto a los anteriores comicios ( europeos).
Pero hay dos datos que son significativos:
La derecha obtiene, respecto a las municipales 2.233 votos más. El PsoE, 175 más, aunque porcentualmente obtiene un mejor resultado en las locales que en las generales a pesar de la diferencia de votos en favor de las Generales ( aproximadamente 2 puntos en favor de las locales).
Es necesario que nos fijemos en la amplia diferencia en favor de las Generales en la derecha local, algo que, en principio debería preocupar mucho a los dirigentes de nuestro municipio al existir, sobre el papel, una desafección negativa hacia la corporación que dirige el Ayuntamiento en minoría.
El castigo al PsoE estatal es claro, dada la enorme cantidad de voto que se desvía en favor de las siglas de la derecha ( entendida derecha como el Gobierno municipal y UPyD). Diferencia que asciende a casi ocho mil votos. ¿Esto significa que El Campello es una localidad de derechas, o simplemente que la desideologización de la sociedad, sumada a la traición de los principios de la socialdemocracia por parte del gobierno Estatal y la desesperación de una amplia capa de familias que sobreviven la crisis financiera y especulativa de la construcción?. Cada cual que saque sus conclusiones.
Lo que está claro ( incluso para el más necio y obtuso) es que la izquierda debe propiciar una reflexión en torno a la actual derechización social y al papel que la izquierda quiere jugar en la sociedad y la institución ( en general, en las instituciones) municipal. Es necesario que alguien impulse una reflexión autocrítica ( ya que tras las municipales nadie tuvo la capacidad de realizarla) y, desde ahí, y desde la humildad y la explicita renuncia a la fagotización política, plantee la necesidad de un proceso de convergencia programática, como mínimo.
Y convergencia no significa seguir desarrollando una actividad ( por frenética que parezca) que pase de puntillas sobre los problemas estructurales de la sociedad campellera ( y en general del País Valenciano y el Estado Español) y se centre en la estrategia mediática antes que en la ideológica, política y programática.
Y concluyo: la izquierda se encuentra en ante una situación de inflexión, o afronta la regeneración ideológica ( junto a una regeneración personal), la recuuperación de la idea de converger desde la pluralidad, o la derecha sin programa ni planteamientos gobernará sin ideas pero con intereses por mucho tiempo ( pero que mucho, mucho).
Seguir mirándonos el ombligo, enfrascados en actitudes de resistencia, no nos lleva ( a la clase trabajadora) más que a la profundización de la desesperanza y, por ende, a que la derecha aglutine a una mayoría de ciudadanos y ciudadanas resignados y resignadas que prefieren en mal menor a cualquier cambio o programa de transformación social.
Salud y Socialismo.
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