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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

lunes, 14 de enero de 2013

UNIDAD: LA LUCHA NOS OBLIGA.

La realidad social de nuestro pueblo es similar a la de otros muchos municipios: apatía. Como hombres y mujeres de izquierdas no podemos resignarnos a que esta situación sea un hecho irremediable.
Las causas son muy diversas. Podríamos decir que el carácter, que la tradición de no participación, pero seríamos poco justos. Evidentemente, y al igual que un alto porcentaje de la sociedad, vive momentos de zozobra, de miedo y, porqué no, de confusión. De ésta situación hay muchos culpables. Los medios de comunicación, que transmiten un mensaje viciado e interesado según el patrón que pague. La cultura de ocio sin ideas, del ocio sin más, como un producto de consumo y no como un elemento de crecimiento personal. En fín, muchas son las causas, pero todas tienen solución: compromiso. El compromiso de los hombres y mujeres de izquierdas; de esa izquierda plural ( desde la social democracia, pasando por el marxismo revolucionario, el nacionalismo de izquierdas, el anarquismo...) tiene que fundamentarse en la construcción de un frente único de lucha cuyos cimientos sean ideológicos y no meramente coyunturales. Esa coyunturalidad es la que ha conducido a las organizaciones de izquierdas ( más o menos radicales en su discurso)a una aceptación tácita de la realidad y a una endogamia que únicamente rompen de forma más o menos oportunista para sumarse a las mareas ciudadanas ( véase la "apertura" a los "independientes" de determinadas organizaciones institucionales). Y es por eso que es más necesaria que nunca la construcción de un verdadero frente de izquierdas ( lo de progreso es un eufemismo que no comparto) desde la horizontalidad, sin que la militancia condicione ni hegemonice el movimiento, sin "vanguardizar" el movimiento y si aportando desde la igualdad y la democracia más absoluta.
Y esa construcción depende de un ambiente cultural, político, ideológico y social que conjunten voluntades en una verdadera voluntad de cambio. En un compromiso con los valores tradicionales de la izquierda, con los principios que han honrado al movimiento socialista-comunista-anarquista a través de la historia. Y, con toda seguridad surgirán las voces de los agoreros del fin de las ideologías aseverando que la antigüedad de las ideas tradicionales de la izquierda están fuera de onda, fuera de las inquietudes de la sociedad. Y ese mensaje, no solo cala en la sociedad, sino que es el primer reto que tenemos los militantes (con o sin partido) de la izquierda revolucionaria: la lucha de clases está a la orden del día, la dictadura de los mercados impone una plutocracia revestida de democracia formal ( electoral) y la sociedad en su mayoría se deja llevar en un va i ven para que nada cambie.
La resignación no es un principio de la izquierda: es un axioma de los movimientos más reaccionarios encabezados por el clero apoyado por los sectores más involucionistas de la sociedad. Y esa no resignación nos debe motivar y reconducir nuestra acción política. De lo contrario, no habremos fallado a nadie más que a nosotros mismos.
La propuesta es clara: una plataforma de resistencia con la participación de militantes de izquierda, personas no adscritas o militantes de partidos, participantes de movimientos sociales, vecinales, juveniles, ecológicos. Una plataforma donde los sindicalistas de clase aporten su activismo más allá de la lucha coyuntural, donde todos y todas sean fundamentales y sujeto activo del futuro.

Y me voy a permitir terminar con una frase de Gramsci ( tan de moda por su criminalización por parte de los sectores más reaccionarios y fascistas incluso en la jurisprudencia post franquista):

"Hay que pensar con el pesimismo de la razón, pero actuar con el optimismo de la voluntad. El socialismo es la esperanza".

Salud y Socialismo.

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