Está claro que por decir ésto, a uno pueden llamarlo de todo; incluso terrorista. Pero lo cierto es que, pese a que la percepción de la realidad está y es constantemente manipulada por los medios creadores de opinión ( llamados erróneamente medios de información) la realidad nos golpea cada día haciendo, o que nos revelemos y enrabietemos momentáneamente o que nos resignemos y confiemos en las divinidades que, según la Ministra de trabajo, vendrán a salvarnos el culo. La corrupción galopante ( la que se ve y la que no se ve, pues el mal de la corrupción aqueja a todos los niveles a pesar de que no se hagan eco los medios), la posición de privilegio de los cargos públicos, la separación de la realidad de las instituciones y su sumisión a la economía por encima de los derechos, es motivo suficiente para cuestionar el qué, el porqué y el cómo.
Es la primera ( y la última) que firmo una opinión como "exAlcalde", pero me ha parecido oportuno refrescar la memoria a todos los que piensan que la pólvora la acaban de inventar. en 1995, un colectivo de personas, de hombres y mujeres de éste pueblo ( algunos ya no están con nosotros, como los compañeros Villa, Bayón y Patiño) decidió que no se daban las condiciones para establecer un acuerdo programático con el resto de la oposición. Esta decisión provocó que los votos cabreados del PsoE me hicieran Alcalde por unos días. Dimitimos y la derecha inició su andadura por nuestro pueblo ( algo de lo que nos han acusado algunos voceros que no tienen ni pajolera idea de lo que dicen, por muy licenciados que sean). Pasado más o menos un año, y tras meses de trabajo, cientos de páginas de acuerdos, clausulas y condiciones, se decidió que era el momento de sustituir al gobierno minoritario de la derecha por una coalición plural sustentada por un acuerdo político. No fue posible, y no voy a ser yo quien busque a estas alturas culpables, a diferencia de los culpables que siempre los buscaron en otros sitios menos en su casa. Y, ¿porqué digo lo que digo?. Sencillamente porque han pasado casi dos años de legislatura ( o más) y la institución municipal ya no representa más que a los partidos que forman parte de ella. Porque el afán recaudatorio no se corresponde con el compromiso con la creación de servicios dirigidos a mejorar la vida de los ciudadanos. Porque el gobierno minoritario está agotado y se sustenta únicamente en peligrosos atisvos de despotismo. Porque es momento de que la sociedad Campellera reflexione sobre su futuro y empiece a decidir por sí misma, sin tutelas ni opiniones mejores que otras: que empiece a organizarse para, cuando llegue el momento, sustituir la actual estructura que sustenta el sistema por hombres y mujeres comprometidos, no con una carrera política, no con un salario público: comprometidos con el futuro.
El sistema ha fallado ( aquí y en muchos otros sitios y nadie va a venir a solucionar nada, porque los "solucionadores" son parte del problema.
Y no estoy diciendo que los partidos políticos no sean instrumentos válidos. Simplemente digo que, con la actual estructura, con el actual funcionamiento, con su actual institucionalismo y personalismo exacerbado, no representan a los ciudadanos y ciudadanas, a pesar de que sigan insistiendo en la legitimidad de las urnas: las urnas dan legalidad, la legitimidad la da el pueblo día a día.
Angel Sánchez
Ex-Alcalde de El Campello y revoltoso por principios.
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