La super estructura del poder capitalista ( el estado y sus instrumentos de represión directos e indirectos) se ceba en las victimas de la ferocidad especulativa de un sistema excluyente y explotador. Por un lado, las estructuras del "orden" velan por los intereses de los que fustigan a la clase trabajadora con desahucios y embargos, actúa con contundencia, pero el resto del entramado, también actúan. Los mecanismos de inhibición que el sistema pone "a disposición" de los trabajadores desesperados, las "valvulas" de escape con la que el sistema hace negocio "indirecto", incide en la destrucción definitiva del ser humano al que los capitalistas consideran un mero consumidor.
La desperación está empujando a hombres y mujeres desesperados al alcoholismo como una forma de olvidar momentaneamente la situación a la que el sistema les ha condenado. Cientos, miles de familias desestructuradas, caen en la humillación de precisar "limosna" ( sea del estado o de las beneficiencia) y arrastrarse como la alfombra que los especuladores quieren.
Es necesario que la rebeldia se instaure; la solidaridad se imponga a la resignación y, entre todos, reconstruyamos la conciencia de una clase anulada por la miseria a la que el capitalismo salvaje la ha condenado.
La desperación está empujando a hombres y mujeres desesperados al alcoholismo como una forma de olvidar momentaneamente la situación a la que el sistema les ha condenado. Cientos, miles de familias desestructuradas, caen en la humillación de precisar "limosna" ( sea del estado o de las beneficiencia) y arrastrarse como la alfombra que los especuladores quieren.
Es necesario que la rebeldia se instaure; la solidaridad se imponga a la resignación y, entre todos, reconstruyamos la conciencia de una clase anulada por la miseria a la que el capitalismo salvaje la ha condenado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario