El debate sobre la justicia o la injusticia de los impuestos es algo que está sobre la mesa continuamente. ¿Es de izquierdas bajar impuestos?. Depende de a quién y para qué. Bajar impuestos, de forma generalizada, no es de izquierdas, pues se benefician en un grado superior los que mayor propiedad tienen, los que tienen en su propiedad la segunda residencia.
Los iimpuestos financian los servicios. Bien es cierto que la super estructura político administrativa ha sido y es desorbitada, y que es susceptible de mayores ajustes. Pero no hay que olvidar que los impuestos financian los servicios sociales, la atención al ciudadano, los servicios de mantenimiento. Sobre éste último punto habría que incidir, racionalizando la gestión de los servicios a través del rescate de algunos que se encuentran privatizados, pues únicamente suprimiendo el beneficio empresarial, se estaría ahorrando.
Y no olvidemos, los impuestos también inciden en la política. Si se potencia el autoempleo cooperativo, si se potencia la formación de los y las jóvenes, si se ayuda a las familias con más y mejores servicios, ¿con qué los financiamos?.
Es un debate necesario, pero que debe llevarnos a una concreción, a la definición de un modelo que rompa con la dependencia del ladrillo y que no cargue el peso sobre la clase trabajadora. Por ésto, no considero lógico que el Impuesto de Vehículos no haya penalizado a los de mayor potencia, que no se aborde una revisión, en lo posible, del IAE, abriendo la puerta a un paquete de medidas que beneficie la instalación de nuevas actividades económicas.
El debate está servido, y la continuación son los Presupuestos Municipales, porque lejos de la perversa premisa que algunos mantienen sobre "habas contadas", es el documento donde se deben plasmar las iniciativas, propuestas e intenciones en política municipal...del gobierno en minoría y de la oposición, si tienen la capacidad de llegar a acuerdos para que las políticas de igualdad y justicia social tengan cabida en el documento político-económico más importante del año.
Los iimpuestos financian los servicios. Bien es cierto que la super estructura político administrativa ha sido y es desorbitada, y que es susceptible de mayores ajustes. Pero no hay que olvidar que los impuestos financian los servicios sociales, la atención al ciudadano, los servicios de mantenimiento. Sobre éste último punto habría que incidir, racionalizando la gestión de los servicios a través del rescate de algunos que se encuentran privatizados, pues únicamente suprimiendo el beneficio empresarial, se estaría ahorrando.
Y no olvidemos, los impuestos también inciden en la política. Si se potencia el autoempleo cooperativo, si se potencia la formación de los y las jóvenes, si se ayuda a las familias con más y mejores servicios, ¿con qué los financiamos?.
Es un debate necesario, pero que debe llevarnos a una concreción, a la definición de un modelo que rompa con la dependencia del ladrillo y que no cargue el peso sobre la clase trabajadora. Por ésto, no considero lógico que el Impuesto de Vehículos no haya penalizado a los de mayor potencia, que no se aborde una revisión, en lo posible, del IAE, abriendo la puerta a un paquete de medidas que beneficie la instalación de nuevas actividades económicas.
El debate está servido, y la continuación son los Presupuestos Municipales, porque lejos de la perversa premisa que algunos mantienen sobre "habas contadas", es el documento donde se deben plasmar las iniciativas, propuestas e intenciones en política municipal...del gobierno en minoría y de la oposición, si tienen la capacidad de llegar a acuerdos para que las políticas de igualdad y justicia social tengan cabida en el documento político-económico más importante del año.
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