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EL HERMANO PEQUEÑO DE RECUPERANDO IDEAS.

viernes, 17 de enero de 2014

TIRARSE A LA "PISCINA"

El pueblo de El Campello, a través de sus representantes electos, se tiró a la piscina cuando la "maldita" obra se aprobó. El Pleno municipal, el que dice representar los intereses de los y las campelleros y campelleras, acordó iniciar un proyecto, propio y apropiado para una sociedad de "plena satisfacción". Una sociedad que no carece de servicios y donde el bienestar es un hecho. Pero ésto, no es así ni de lejos.
En su momento, y militando en el PsoE ( partido del que salí asqueado por las operaciones personalistas que consiguieron reducir el debate político a un "y tu más", "y tu que quieres", " y ahora yo"), desde la corriente Izquierda Socialista, planteamos la necesidad de que los presupuestos públicos se destinasen a bienes comunes y no a obras pintorescas ( ¿necesarias?; no, ¿interesantes; sí, siempre que otros aspectos de la vida colectiva estuviesen cubiertos). Dimos nuestra opinión sobre el Plan E, que se gastó sin criterio ni objetivo alguno ( Edificio Policía Local, oficina municipal...) y dimos nuestra opinión sobre el Plan desConfianza ( piscina y anexos de más de seis millones de euros). Tengo que decir que el entonces grupo municipal Socialista sí se hizo eco de algunas de las propuestas ( Escuela Infantil, Centro de Día para Mayores, etc), pero fue desestimado por la mayoría absoluta de la derecha municipal.
Entonces, el pueblo, igual que ahora, asistió ajeno a todos los acontecimientos. Parecía que las prioridades de un municipio de más de 25.000 habitantes se circunscribiesen únicamente a lo lúdico y festivo.
Algunos y algunas incluso defendieron la "categoría" de la obra, que nos iba a colocar a la cabeza de los que podían presumir de spá y masaje, pero la realidad ha sido bien distinta.
Una obra que no debería haber costado nada a los bolsillos de los campelleros, está costando y va a seguir costando. ¿Sabéis de donde sale ese dinero ( igual que el que los cargos municipales se llevan a casa por el único mérito de haber estado en el partido adecuado en el momento oportuno) que se gasta?: de los bolsillos de todos. Del esfuerzo de todos pagando los impuestos. Del esfuerzo de todos consintiendo que se destine dinero a cosas que no son prioritarias.
Y seguimos con le historia interminable de la piscina. Pasamos junto al esqueleto de la obra y ya nos es incluso familiar; no nos sorprende, no nos extraña, no nos cabrea.
Y seguiremos hablando de lo mismo. Y seguiremos sin agarrar nuestro presente y el futuro de nuestros hijos, y darle la vuelta. ¿Porqué?. No lo se. Quizá tendríamos que recurrir a sociólogos y psicólogos para que nos explicasen el motivo por el que un pueblo se ensimisma y se niega a asumir su propio futuro.
Mientras tanto, seguiremos comprando ( o no) los libros de nuestros hijos e hijas con esfuerzo y sacrificio sin unirnos para decir NO LOS COMPRAMOS. Seguiremos tirando de la solidaridad de nuestros padres y abuelos para comer, vestirnos e incluso tomarnos alguna cervecita. Seguiremos deambulando por nuestra vida al igual que deambulan nuestros hijos e hijas por un pueblo que les niega el presente y el futuro.
Seguiremos pensando que el hedor de la zona norte no es nuestro problema, o que, pudiendo pagar nuestros impuestos, el problema del que no pueda hacerlo no nos concierne. Seguiremos pensando que, las becas de comedor que nos han quitado, las podemos compensar con el plato de caliente que nuestra familia puede poner sobre la mesa. Seguiremos pensando que alguien, dotado de superpoderes y con una barita mágica vendrá y nos arreglará las cosas que nosotros ni queremos, ni creemos poder arreglar. 
Personalmente estoy asqueado ( pues vete, dirán los más avispados: pues no me da la gana, diré yo).
He formado parte de la corporación durante ocho años y no he sido capaz de influir en absolutamente nada ( una frustración personal), pero he aprendido que sí se pueden hacer cosas si hay voluntad y unidad. He formado parte de la estructura política municipal y no me arrepiento de ello, pero si que, ahora, pienso que mucho debe cambiar para que esa estructura municipal sea verdaderamente útil a la gente.
No tengo que demostrar nada a nadie. Y lo que digo lo hago únicamente porque me da la gana, sin ninguna pretensión oculta: solo, intentar despertar alguna conciencia y sumar voluntades en la necesaria lucha por cambiar las cosas.

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